LA PATRIA | MANIZALES
¿Y sus hijos?, le pregunté en la Galería de Manizales a Arturo Dussán Delgado. El señor, de 70 años, cerró sus ojos, miró hacia el cielo y me respondió: "Lo último que supe es que los mataron. Eran tres, luego de que me dejaron abandonado se metieron en malos pasos. Los asesinaron en Medellín, como que eran indigentes y estaban entregados a la droga. Mi esposa también murió".
A Arturo le cuesta caminar. Repitió una y otra vez que es un duro para la talabartería, que diseña, estructura y modela sillas de montar a caballo, pero por su edad y por un problema en la pierna derecha no le dan trabajo. "Antes de la covid-19 pude trabajar y pagar un localito, luego gasté lo poco que tenía en el tratamiento. Uno que otro por ahí me permite ayudar en actividades, le ayudó a un artesano, pero ya no puedo explotar mi talento", me comentó.
Él vive de la caridad. La comida se la da Fray Juan Torres, director de la Fundación Orden Franciscana de la Divina Compasión, de la Plaza de Mercado y en esa misma institución le pagan por estos días una piecita para que pase sus noches. "A veces tocaba dormir en las salas de espera de las residencias o en cualquier rincón de la calle, donde me devora el frío".
La historia de este adulto mayor es, quizá, la que viven muchos en Caldas, no sabemos cuántos, abandonados por los hijos a su suerte en las calles o en las puertas de los ancianatos.
Entre 32 y 108 meses de prisión establece el delito de abandono, que se configura cuando se comete sobre un menor de 12 años o una persona que se encuentre en incapacidad de valerse por sí misma, teniendo deber legal de velar por ellos (mayor de 65 años). Si se deja tirada en un lugar despoblado o solitario, la pena aumentará hasta en una tercera parte.
Jorge es un anciano, habitante de calle, quien dice tener dos hijos que nunca velaron por él y lo abandonaron por la situación de alcoholismo.
“Crecí en un barrio popular de Manizales, vivía con mis padres y mis tres hermanas. Contaba con mi propio negocio en La Galería. Vivíamos bien, pero después de la muerte de mis papás las cosas empezaron a cambiar, me fui quedando solo y me aparté de mi casa porque me convertí en una persona que bebía mucho. Ese problema se fue agravando hasta convertirme en un alcohólico, eso dañó mucho la convivencia con mis hermanas y empecé a pasar mucho más tiempo en la calle. Hace unos 10 años ellas me dijeron que ya no tenían más espacio en la casa y que era difícil tenerme. Ya había perdido mi negocio y empecé a vivir de la caridad, en la Unidad de Protección a la Vida (UPV) me ayudan con ropita y con la atención que necesito".
Carlos Enrique López Cano, profesional universitario de la UPV, de la Secretaría de Gobierno de Manizales, comentó sobre estas situaciones que el concepto de abandono de adulto mayor es definido como la desatención de un cuidador para con una persona mayor incapaz de atender sus necesidades de higiene, vestuario, alimentación y salud.
"El factor económico, entendido como un cambio en la etapa vital de mayor productividad se convierte en un aspecto determinante, donde el adulto mayor se percibe así mismo como una carga potencial para sus familias, situación que puede llevar a que un cuidador tome la decisión de recluirlo en un hogar geriátrico, más si se tiene en cuenta que algunas familias no cuentan con suficientes recursos para atender de manera adecuada las necesidades de la persona".
Otra de las principales causas, anotó, es el estado de salud por el que atraviesan los ancianos y cuyos cuidados no pueden ser asumidos por el núcleo familiar, las ocupaciones diarias que incluyen actividades laborales, educativas, cuidados de niños, que no dejan tiempo ni espacio suficiente para su protección, y por la misma seguridad del anciano.
"Aunque algunos desearían estar al lado de su familia, tienen claro el panorama y lo aceptan con respeto. El abandono también puede evidenciarse de otras formas más allá de la negligencia en el cuidado y esto se refleja en el maltrato psicológico, emocional y aislamiento. Esta situación puede darse por lo económico, siendo el anciano víctima de conductas autoritarias y humillantes. También hay adultos mayores en constante comunicación con su familia y amigos, con apoyo monetario de estos. Sin embargo, muchos manifiestan olvido de sus seres queridos, incluso evitando hablar del tema, expresando que no tienen familia o que quizá nunca la tuvieron".
María Mercedes Martínez, de 78 años, rememoró que lleva unos cinco años lejos de sus tres hijos, que se fueron y la dejaron sola.
"Soy enferma, tengo artrosis, y no me dan empleo. Me iba a operar, pero duro así, en silla de ruedas, sin quién me lidie, me bañe, me haga de comer. Me defiendo tomándome la droga. Vivo en el barrio Estrada, del subsidio de la tercera edad, de la Alcaldía, y con eso pago la pieza. La comida me la da el padre Juan. Soy casada y viuda. El papá de mis hijos me dejó embarazada, se fue para Bogotá para donde otra y allá murió de viejito. Trabajé en un hotel hasta el último parto. Al año apareció con ganas de acomodarme otro, pero lo despaché y se devolvió".
No volvió a saber de sus parientes, intentó buscarlos a través de un programa de televisión nacional, pero no logró contactarlos. "No sé si quiera verlos, no conozco qué vicios tendrán y hoy en día los hijos les pegan a los papás. Hay que cogerlos a consejos, no a garrote".
Mediante un derecho de petición elevado por LA PATRIA a la Secretaría de Desarrollo Social, la entidad indicó:
La Dirección Territorial de Salud de Caldas, en el Día mundial de toma de conciencia contra el maltrato de las personas mayores, que se conmemoró el 15 de junio, indicó que en el departamento hay 205 mil 487 adultos mayores, por lo que es necesario que se fortalezcan las estrategias y actividades de prevención contra la negligencia y el abandono a este grupo poblacional.
La contratista Leidy Jhoana Bueno Bañol, referente de envejecimiento y vejez de la dimensión de gestión diferencial de poblaciones vulnerables de la DTSC, indicó que acompañan técnicamente a los municipios y exponen la Ley 1850, que penaliza el maltrato y negligencia contra los adultos mayores.
"Entre los principales tipos de maltrato en Caldas está el verbal, el abandono, la negligencia, el maltrato físico de cuidadores y familiares o, en algunos casos, los ancianatos, que en ocasiones no cuentan con todas las condiciones mínimas que se requieren para brindar la mejor protección".
Puede hacerlo en el ICBF, línea gratuita nacional 01 8000 91 80 80. En Medicina Legal 01 8000- 914 860 y 01 8000- 914 862. Policía Judicial 01 8000- 910- 112.
Foto| Facebook Personería| LA PATRIA
"Ante reporte del Hogar del Anciano Santa Catalina, del presunto estado de abandono cerca de sus instalaciones para una adulta mayor en estado de vulnerabilidad, acudimos al sitio en compañía de la Comisaría de Familia para verificación de derechos", escribió a principio de año la Personería de Aranzazu.
Anotó que ante la intervención lograron el traslado de la señora, en primera medida, al Hospital San Vicente de Paúl para recibir atención médica prioritaria.
"Luego pudimos ubicar a la familia, de muy escasos recursos. Hablamos con ellos y no fue claro si abandonaron a la señora o ella se fugó de la casa. Ante la situación y grado de vulnerabilidad fue internada en el hogar del anciano del municipio y lastimosamente hace pocos días le fue diagnosticado un cáncer en estado muy avanzado y falleció", relató el personero.
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