MIGUEL ORLANDO ALGUERO
LA PATRIA | MANIZALES
Carolina Marín Ruiz vendía cupcakes y galletas en la universidad para costear sus gastos, mientras estudiaba Ingeniería de Sistemas. Esta actividad que parecía rutinaria hace nueve años se convirtió en su empresa de pastelería y repostería.
Esta manizaleña es reconocida en la ciudad para cocinar, crear y armar tortas grandes y altas, personalizadas y con figuras al gusto de cada cliente.
“Es una empresa que no se planeó. Luego le puse el nombre de Pastelerina. Mi hermana, que es diseñadora, me ayudó a vender los cupcakes, con la imagen del logro. Mi interés era tener ingresos, como cualquier estudiante. Después monté las redes sociales y así arrancó este negocio”, recuerda.
Inicios
Cuenta la anécdota que alguien en ese tiempo le preguntó si vendía tortas y ella le dijo que sí, sin tener la experiencia suficiente. “Busqué en Youtube tutoriales de cómo decorar tortas. No sabía, pero me atreví y los vendí. Luego hice otros pedidos y en cuestión de un año tenía pedidos diarios”.
Para Carolina, este es un ejemplo de cómo antes de terminar los estudios universitarios se puede tener una empresa. “Nunca he ejercido mi profesión, le he dedicado todos estos años a Pastelerina y se ha expandido gracias a las redes sociales y al voz a voz”.
Cuando pasó este año la empresaria contrató a una persona porque no daba abasto sola.
Cambio
En la historia de su negocio hubo un hecho que la marcó. En el 2015 la llamaron para participar en un programa de televisión para escoger al mejor pastelero de Latinoamérica. “Estuve en el reality, conocí a muchas personas y técnicas de pastelería. Ahí aprendí a hacer tortas altas y de estructuras. Desde ese momento mi empresa comenzó a crecer y a cambiar de modelo. Además, estudié cursos y clases sobre pastelería”.
A partir de esta experiencia Carolina se enfocó en tortas esculpidas, grandes y en estructuras. “Mi valor agregado es ofrecerles a mis clientes productos personalizados. Ahora la gente me relaciona con tortas grandes y mientras más grande sea es un reto al que muchos pasteleros no se atreven”.
La pastelera afirma que su negocio es una microempresa que funciona en su casa y que genera cuatro empleos en promedio. “No quiero que la producción sea industrial, sino algo artesanal y personalizado”.
Pandemia
La cuarentena por la pandemia del coronavirus generó otro cambio, pues impulsó a muchas personas a montar sus negocios de pastelería en redes sociales. “Este trabajo es divertido, incluso puede ser extra a otras labores y, como la gente en Colombia sabe hacer tortas en sus casas, entonces se convirtió en una moda y muchos se volvieron pasteleros”.
Carolina comenta que para afrontar el confinamiento se ideó un kit para que los niños hicieran galletas en sus casas, vendía la masa preparada, cortadores y el fondant o pastillaje para decorar, y otro kit de cupcakes para hornear y decorarlos. Luego sacó a la venta otro producto para enviarles a los familiares que no se podía ver.
“Este sector se reactivó con tortas pequeñas. Apenas se están haciendo eventos grandes, pero la gente siguió celebrando fechas especiales porque el amor siempre se celebra. Además, hay cierta sensación de que las personas están de vacaciones y eso aumentó la venta de pastelería, ahora cualquier día a la semana hay una celebración. Esto me ha beneficiado mucho”, concluye Carolina.
Viral por Coco
El 4 de octubre Carolina se hizo viral en Twitter luego de que publicara una foto de la torta que hizo inspirada en Coco y el director de esta película la compartiera en sus redes sociales.
“Uno siempre quiere hacer una publicación viral, pero no hay una clave para eso. Ese pastel me pareció muy lindo. Lo compartí en mi perfil y lo compartieron las personas correctas en el momento perfecto. Fue abrumador las notificaciones, pero respondí todos los mensajes que me llegaron”, narra Carolina.
Agrega que esa torta era para la celebración de unos gemelos. “Empiezo a maquinar en mi mente los colores y figuras porque lo principal es que el pastel tenga sentido y se relacione directamente con la temática de la fiesta”.
Carolina y su equipo de trabajo duraron tres días creando y armando esta torta.
Recomendaciones
*La planeación y organización en este tipo de negocios es fundamental. Lo recomendable es tomar los pedidos hasta con 10 días de anticipación.
*Es importante saber escuchar a los clientes, cuál es su idea, qué quieren y cómo lo quieren: tamaño, sabor, relleno, cantidad, colores y figuras.
*Tratar de no hacer copias, ser originales. Fusionar la idea del cliente con la creatividad propia, esto es la clave para personalizar las tortas.
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