LAURA SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Ha sido youtuber, columnista, actriz, abogada y habla de arte, de política de drogas, de masculinidad, de seguridad y siempre le preguntan qué es ser trans. Incluso en este texto.
Matilda González, abogada y exsecretaria de la Mujer y Equidad de género de Manizales, explica el concepto de mujer y a la vez ser trans, dos definiciones que las encapsulan.
“Son unos roles muy estrictos, solo tengo derecho a existir, a pensar y a respirar siendo solo trans. Me limitan mi humanidad. Es lo único que ven en mí. Así estudie en una universidad prestigiosa y tenga
cargos altos seguirá siendo una persona trans”.
-¿Qué es ser mujer?
-“Es una construcción social y cultural para mujeres trans y las que no lo son, es una etiqueta creada por las sociedades para clasificar a las personas”.
Una etiqueta que cuesta hasta la vida misma, según un informe del 2015 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: El 80% de las mujeres trans viven hasta 35 años o menos y la mayoría fueron asesinadas.
Además, con baja escolaridad y poca participación en mercados laborales informales. En las conmemoraciones del Día Internacional de la Mujer, Matilda propone: “Hay que entender la dimensión del derecho al trabajo y cada vez veremos una relación más estrecha entre no tener trabajo y ser asesinadas”.
Shaira Maritza Ramírez, del colectivo Armario Abierto, describe así lo que es ser mujer: “Es difícil porque tenemos un montón de derechos que nos han vulnerado. Ser mujer en Manizales es estar expuestas a burlas, comentarios y discriminación”.
Su activismo camina hacia la igualdad de condiciones en el acceso al trabajo, a servicios de salud y educación en los opina en la página de Facebook Notiguapas, un noticiero web dirigido y presentado por ellas.
En la conmemoración del Día de la Mujer tendrán un capítulo noticioso dedicado a Laura Weinstein, directora de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo Trans en Bogotá, quien murió el pasado 2 de enero.
Violencias sutiles
Ser mujer es difícil y más si se pertenece a un grupo históricamente discriminado como las trans. Matilda opina que aunque hay unos reconocimientos de derechos plasmados en papel, aún faltan más acciones.
“Siempre que se cambia el status quo y nos tomamos lugares en los que no estábamos históricamente, siempre hay una sanción, tienes derecho a estar aquí pero no eres igual al resto, viene una minivenganza y unareacción violenta”. Y menciona tres violencias sutiles que aún padecen las mujeres trans:
1.“Desconfianza de las mujeres trans, nos relacionan con la criminalidad”.
2.“No nos ven como adultas capaces de tomar decisiones, siempre hay unas salvadoras que vienen a hablar por nosotras”.
3.“Consideran que debemos cumplir con ciertas características para ser una 'buena trans'”.
4.“Creen que somos bobas y que no somos capaces de tomar decisiones”.
Hay una escena vivida por Shaira Maritza que encarna la violencia sutil aún pegada en la sociedad. Alguna vez ella entró a un almacén a comprar unos elementos de consumo y al preguntar por precios les respondieron con un “sí, señor”: “¿Por qué ? Si ven es a una mujer, vestida de mujer. Pasa mucho y es muy molesto y yo respondo: No, señor. Es señora”.
Lo mismo se repite en una cita médica: “Siempre me dicen que me llaman como esté en la cédula y la gente hace comentarios en la sala de espera”.
Y que en la cédula no aparezca es normal y Shaira Maritza se lo atribuye a los costos que acarrea el cambio de nombre y género en la cédula. “Es molesto, porque es en cualquier momento del día y en cualquier parte. Afortunadamente hemos hecho trabajo desde las organizaciones transfeministas, uno nota unos cambios y uno rectifica, la gente ha aprendido a respetar”.
Lo que nos falta
Aunque sus luchas han sido colosales, el tránsito a una sociedad entera que las reconozca aún falta. Matilda trabaja en esto y lo fortalece con una beca en el Centro para los Derechos Humanos en American University Washington College of Law (Estados Unidos). Plantea esta lucha en estos frentes:
-Investigación y comunicación legal.
-Trabajar de la mano de las comunidades,
-Fortalecer la educación no formal de pedagogías populares.
-Ser responsables y reparar el daño a las mujeres trans.
“No es solo cambiar el chip, debe haber cambios en las estructuras de la sociedad y que las mujeres estén en más puestos de poder y de representación política, que tengamos una agenda de mujeres”, completa Matilda. En esta discusión están incluidos los hombres con quienes debe tejerse una conversación que los integre a las luchas sociales.
Shaira piensa, por ejemplo, en que a los medios de comunicación aún les falta en lenguaje y enfoques que reconozcan a las mujeres trans en sus publicaciones: “Es molesto que se refieran a una mujer trans como él o como alias, se debe respetar la identidad. Sería un paso para que nos den espacios”.
También se refiere a las responsabilidades de las instituciones. “Hay una política pública LGTBI y está quedada desde el 2019. Hay falta de información en muchos sectores, en los colegios, en las casas, para
indagar cómo es la vida misma, porque sentimos y somos hijas, hermanas, tías”.
Destacado
“Ser mujer es más que ropa, la ropa no hace la gente ni el maquillaje. Es sentirnos y sabernos que somos mujeres, a uno no lo define que tiene en medio de las piernas, los genitales no definen mi sexualidad”. Shaira Maritza Ramírez.
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