LA PATRIA | MANIZALES
Es un viejo conocido de esta región. Estuvo como tercero al mando de la Policía Metropolitana de Manizales entre 2017 y 2019. Hizo curso de ascenso, pasó a ser comandante de Pasto y toda la experiencia que recogió allí quiere aplicarla en nuestro departamento.
Se trata del coronel José Arturo Sánchez Valderrama, nuevo comandante de la Policía Caldas. Lleva ocho días en la ciudad y ya pudo recorrer tres distritos.
"Complacido de volver. En Nariño trabajamos en equipo con la Alcaldía, la Gobernación, comprometidos con los planes y estrategias para superar todas las dificultades. Pretendo contar acá con el compromiso de toda la institucionalidad. Espero visitar esta semana el resto de distritos para recoger toda la información sobre lo que aqueja a municipios y corregimientos, sobre todo en venta de estupefacientes, bandas dedicadas al hurto, conflictos internos, ingesta de licor y riñas después de los cierres. Elaboraré un plan estratégico, ojalá de la mano de los alcaldes".
Indicó que tiene un plan establecido: con el inventario, las especialidades empiezan a trabajar, la inteligencia verifica la información, se determina si existe o no el problema y de una vez pasa a la Sijín, empieza la judicialización -de la mano de la Fiscalía- y luego a cumplir con órdenes de Policía Judicial y capturar a los delincuentes.
Por ahora, Chinchiná, La Dorada y Viterbo, que están estrategicamente ubicados y colindan con otros departamentos. No se trata tanto de controlar ahí, sino de ir al otro lado, coordinar con los comandantes de las demás regiones para hacer operaciones y evitar el acceso de delincuentes a Caldas. Quiero articular a alcaldes y fiscales de esas regiones para adelantar ofensivas. Evitar tanto trámite para no darles ventajas y confort a esas organizaciones.
Una vez la Policía captura, los detenidos deberían estar en una permanente mientras pasa el proceso de judicialización y llegan a una condena. Pero eso puede demorarse hasta dos años. Eso es responsabilidad de los entes territoriales, no de la Policía. Tienen que estar en las permanentes, no en los calabozos de las estaciones, que no son lugares adecuados para tenerlos. Incluso, los perjudica, pues fuera de que no tienen las condiciones, no dirimen penas mientras están en nuestras celdas, no pueden tener visitas familiares y conyugales. Los espacios que se poseen son transitorios, para máximo 36 horas, donde se llenan formatos, se leen derechos y se evalúan médicamente para llevarlos a la audiencia de legalización. Pero hay personas que ajustan hasta un año ahí. Hago un llamado a todos los que hacemos parte del sistema para evitar ese hacinamiento.
Estas personas no debían estar en la estación, sino en una permanente. Plantearemos un proyecto para que se construya una a donde lleven a los detenidos, se les garanticen derechos y se asegure que no escaparán. En las estaciones tienen todo el tiempo para fraguar una fuga, pues estos lugares no cuentan con las condiciones adecuadas, ni el número de uniformados para vigilarlos. O los cuidamos en las estaciones o ayudamos a la gente en la calle. La Policía hace un esfuerzo grande de resguardar a esos detenidos, pero esa no es nuestra misión. Muchos aprehendidos requieren cuidados especiales, por enfermedades.
246. Me preocupa es que planeamos una ofensiva contra el crimen y fácilmente presupuestamos unas 250 capturas en tres meses. Ya hay un trabajo adelantado para cumplirles a los caldenses. Toca articularnos para saber dónde van a quedar. La Policía no maneja cupos, son cuarticos para meter a los de las riñas, los de casos de última hora. Nos ha tocado adecuar hasta bodegas, lo que puede facilitar una fuga. 96 personas tengo en Chinchiná, por ejemplo y no estamos preparados para recibir personas de alto perfil delincuencial. Me reuní el miércoles con la Regional del Inpec y se comprometió a recibirme más internos.
Los uniformados se están retirando con 20 años de servicio y hay déficit en todo el país. El proceso de selección e incorporación dura mínimo año y medio, y no se ha podido cubrir ni el 20% de lo que se ha retirado. El Gobierno quiere reincorporar, pero ha sido difícil, pues se debe propender porque no se nos cuelen personas que no cumplan con el perfil y con todo lo que la gente reclama. Todo los días hay más trabajo y los uniformados corren sus descansos, aplazan vacaciones. Destaco el proyecto en Caldas, convenio Gobernación-Policía, para formar a 160 nuevos uniformados, que ingresarían al departamento.
Sigue vigente la recompensa de $70 millones para ayudar a capturar a los responsables de los hurtos y asesinatos en dos peajes.
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