El colegio INEM, de Manizales: entre la soledad, el deterioro y la esperanza

Óscar Veiman Mejía

LA PATRIA I Manizales

Hace 20 días Jorge Eliécer Rivera comenzó su segundo periodo como rector del INEM. En un recorrido experimentó el frío y la soledad de ese laberinto de entradas, salones, oficinas, escalas, pasillos, zonas verdes, bosques, canchas, bibliotecas, talleres... Sintió que estaba al frente del mayor reto de sus cerca de 40 años en el magisterio: reabrir el colegio, que cumple 16 meses cerrado y sin sus 400 estudiantes. Esperanza: "Estoy ilusionado en que volvamos a comienzos del 2023".

Claudia Pineda completa cuatro años como vigilante de este gigante de 63.100 metros cuadrados, que solo en el Bloque E tiene 5 pisos con 34 salones, 1 taller y 1 área administrativa. Cuando en marzo del 2021 se fueron alumnos, profesores y directivos un sentimiento de vacío recorrió su cuerpo y su mente. Ella, parada en la portería principal que da a la avenida Paralela, considera que sin alumnos, sin su alegría y sin su algarabía no es lo mismo. Esperanza: "Qué vuelvan pronto, nos hacen mucha falta".

En el 2011 Lucero Muñoz se convirtió en psico-orientadora del INEM. Llegó de una pequeña institución rural de Villamaría. Le aterraba la inmensidad de su nuevo lugar de trabajo. Hoy, desde una escalera, mira con nostalgia las aulas multigrado desocupadas. No están los niños en condición de discapacidad, entre ellos los sordomudos. Se enamoró del colegio. Esperanza: "Estoy segura de que en abril celebraremos los 50 años del INEM con nuestra comunidad aquí".

El centro educativo lleva medio siglo educando en la ciudad. Pasó del Ministerio de Educación al Departamento de Caldas y luego al Municipio de Manizales. Según la Secretaría de Educación municipal, tiene matriculadas personas de 142 barrios.

El desplazamiento comenzó en marzo del 2021, ante el mal estado de su red hidrosanitaria y la edificación en general. De manera provisional reciben clases en el Liceo Isabel La Católica, de 12:30 a.m. a 6:30 p.m.

Bloqueado

El rector camina por los corredores detallando cada avería. "Es un colegio muy grande, su mantenimiento cuesta mucho. Cuando lo tenía la Nación se le invertían los recursos, después pasó al Departamento y más adelante al Municipio, ya no era tanta la plata".

El deterioro es de punta a punta, desde el acceso central por la Paralela hasta el de la parte baja. La maleza saliendo por las dilataciones de escaleras y pasos peatonales es un anuncio. Los árboles, adornos del colegio, crecen sin control.

A continuación una parada por este itinerario de abandono y olvido. Desde un corredor se observa que la humedad café y verde entra, como pedro por su casa a la edificación, baja por paredes y columnas.

Abundan los candados para reiterar que se cumplen 17 meses por fuera de servicio, a la espera de adecuaciones en sus redes hidrosanitarias, eléctricas, mejoramiento de las cubiertas y de espacios deportivos.

D y E

Hay paredes desmoronadas, cielorrasos destapados, ventanas y puertas metálicas y en madera en mal estado, que con las paredes piden a gritos: pintura.

El golpe a la continuidad educativa lo reciben, además de los 400 alumnos y sus docentes, la tecnoacademia del Sena, la Biblioteca Orlando Sierra, la cancha que ha servido al balompié aficionado.

Un estudio que contrató la Alcaldía, por $280 millones, y que lo presentó al Concejo analizó la vulnerabilidad sísmica, el diseño de reforzamiento estructural y complementarios para los bloques D y E, que son los que se pretende habilitar primero y permitir el retorno.

También hay filtraciones de agua por techos, que humedecen paredes; pisos levantados; acabados desbordados, como los de la cocina que impiden cumplir condiciones sanitarias. La lista es larga. A canales en concreto, que conducen aguas lluvias, les falta limpieza y mantenimiento.

Como lo dicen el rector, la psico-orientadora, la celadora, padres y profesores todo en el INEM tiene solución. La Alcaldía trabaja en el plan de reforzamiento estructural, ampliación y modificación de los bloques D y E. Lo anterior con el propósito de que funcione de nuevo.

“Presentamos tres alternativas al colegio, en la que se incorporan una intervención estructural con reforzamiento en sismorresistencia y otras dos de mitigación a corto plazo”, señaló Guillermo Orlando Sierra Sierra, secretario de Educación de Manizales. Ver recuadro Soluciones propuestas.

Al subir las escalas se pasa por un salón. El paso del tiempo pasa sus facturas. El vidrio de la ventana está reventado. Los cielorrasos de otras aulas están desprendidos.

En la entrada al aula E-410 un letrero indica que el director de grupo es Daniel Haissen Albarracín. 28 sillas y dos escritorios, en desorden, esperan a los alumnos y a su profesor. El melancólico escrito, en el tablero: "Estoy con el Inem" da cuenta de una reunión reciente por salvar este querido y legendario colegio, con nada más ni nada menos que 50 años educando a miles de caldenses.

Soluciones propuestas

1. Adecuación total de baños, comedor y cocina. Además, habilitar espacios de laboratorios y talleres en los bloques D y E. Contempla la reparación de cubiertas y canales, trabajos que tendrían un costo cercano a los $ 2.100 millones. Demoraría entre 12 y 14 meses.

2. Reparar instalaciones hidráulicas, cambiar puertas, pintar paredes y muros, entre otras, para lo cual se requeriría de un monto cercano a los $ 1.000 millones. Demoraría entre seis y siete meses.

3. Reforzamiento total. Costaría cerca de $18 mil millones. La intervención sería a largo plazo.

4. Las tres primeras iniciativas son de la Alcaldía. Esta cuarta surge del Comité Salvemos al Inem. Consiste en que la comunidad lidere acciones ante la sociedad, la empresa privada y otros con el propósito de recoger fondos y agilizar reparaciones. La meta es que esto permita reabrir el colegio a principios del 2023.