Andrés Villamizar
LA PATRIA | Manizales
Las promesas aparecen oportunamente en el momento en que todas las cámaras se proyectan sobre la tragedia, pero luego se olvidan los plazos para los proyectos con los que se comprometen y empiezan los contratiempos. En Pensilvania se presentan al menos dos ejemplos.
El primer caso corresponde a campesinos del corregimiento Bolivia, afectados por un vendaval el año pasado; el segundo, a las víctimas de las olas invernales entre 2009 y 2010 en zonas rurales de ese municipio. Ambas situaciones tienen que ver con el reiterado incumplimiento de la fecha de entrega de las viviendas para estas familias damnificadas.
LA PATRIA habló con personas beneficiarias de estas casas que siguen esperando su entrega, así como la respuesta de los mandatarios municipales y regionales.
Las casas prefabricadas
El 14 de agosto del 2020 un vendaval afectó cerca de 200 viviendas en el corregimiento de Bolivia. La Alcaldía de Pensilvania y la Gobernación se comprometieron, en un convenio, a atender la tragedia y brindar casas prefabricadas a seis familias que perdieron totalmente sus hogares.
De acuerdo con beneficiarios del proyecto, prometieron entregarles sus viviendas en diciembre pasado, pero aún siguen esperando.
Ocho meses
Lo preocupante es que estas personas quedaron sin techo; algunas fueron recibidas en casas vecinas, otras se endeudaron pagando arriendo, las demás recurrieron a armar improvisadas casas con las latas de zinc que quedaron de sus antiguas viviendas.
La familia de Leonor Ramírez, de 39 años, resultó damnificada: “Armamos una casita con tejas de zinc, colocamos una cama y en el piso tenemos otro colchón porque somos cinco hijos y mi esposo, entonces, nos toca tirar otro colchón al piso para acomodarnos todos, pero cuando llueve es horrible. El techo tiene rotos por todos lados porque las latas de zinc son viejas”.
Igualmente, la cochera que antes albergaba marranos ahora es una recursiva cocina creada con una antigua nevera, a la cual llenaron de arena y le pusieron una parrilla encima para que funcionara de fogón.
Circunstancias parecidas enfrenta Darío Chaverra, de 66 años: “Viví en la casa del vecino. Hace unos días me pasé por una pieza que hice de latas y guadua porque el vecino necesitaba la casa y me tocó desocuparle. Yo en este momento estoy sufriendo, porque estamos muy mal acomodados, con mi esposa en una sola habitación, con tanta cosa que tenemos ahí”.
¿Por qué la demora?
Según los beneficiarios, hubo derechos de petición y varias denuncias por redes sociales tras el incumplimiento y silencio de los mandatarios ante las demoras. Lo que habría ocasionado una polémica que condujo a que el 6 de abril, la Alcaldía de Pensilvania citara a una reunión para explicar a los damnificados, también con la presencia de la Gobernación y del contratista encargado de ejecutar la instalación de las prefabricadas.
Las familias coinciden en que en esa reunión les explicaron que el acero estaba escaso por la pandemia y que, por tanto, a esto se debían las demoras en el avance de las obras.
Jorge Orlando García, alcalde de Pensilvania, dio esta misma explicación a LA PATRIA cuando se le preguntó sobre el retraso en las entregas. Además, indicó que para el cumplimiento de la obra acordaron un convenio con el Gobierno departamental. En este quedó estipulado que la responsabilidad del Municipio era hacer las planchas (losas de contrapiso o placas) y la Gobernación, las viviendas.
Agregó que el Departamento a través de su contratista era responsable de la demora. “Terminamos las placas el año pasado entre noviembre y diciembre, ya la Gobernación sería la encargada de construir las prefabricadas sobre las placas. El contratista tuvo dificultades con la consecución del acero que estuvo escaso y por eso los retrasos”.
LA PATRIA confirmó con la empresa multinacional Ternium, cuya sede principal está en Caldas, que sí hay una escasez en productos de acero en Colombia por efectos de la pandemia de covid-19.
En contraste, el secretario de Vivienda y Territorio de Caldas, Jahír de Jesús Álvarez, dijo que los contratiempos se deben a que la Alcaldía no entregó las placas en diciembre, fecha acordada. “No podíamos esperar a que Pensilvania nos entregara la losas para poder arrancar el proyecto, empezamos en los demás municipios que ya tenían las losas instaladas”.
Álvarez añadió que hubo un compromiso entre la Alcaldía y los beneficiarios, para que estos colocaran parte de los materiales de río para la construcción de las losas de contrapiso, pero hubo familias que no tenían la posibilidad de comprarlo y por esto se generaron retrasos.
El mandatario municipal aceptó que sí hubo percances para iniciar con las placas. Lo cierto, es que, existieron contratiempos en el trabajo de las losas y solo estuvieron totalmente listas en diciembre.
El enredo de los materiales
En el momento del siniestro en el corregimiento de Bolivia, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y otros organismos realizaron un censo de los hogares afectados. De acuerdo con la información recopilada, la UNGRD proporcionó materiales según las necesidades de cada una de las 209 familias afectadas.
Conforme a información proporcionada por una familia, esta es la lista de materiales que le correspondía
*2.200 bloques
*120 bultos de cemento
*100 varillas de media
*50 tejas de zinc
*25 perfiles
*10 caballetes
El alcalde García expresó que las ayudas enviadas por la UNGRD fueron utilizadas en los damnificados, pero que a las seis familias que perdieron totalmente su vivienda se les otorgó la posibilidad de elegir entre los materiales y la casa prefabricada.
La Administración municipal puso la condición de que si los beneficiaros escogían la vivienda, debían aportar el material de río y una malla electrosoldada para la construcción de la losas; mientras que la Alcaldía proporcionaría el cemento y las varillas porque estos elementos sí estaban disponibles en las listas enviadas por la UNGRD.
García argumentó: “Les dimos a escoger qué querían explicándoles lo que tenían que aportar, y estuvieron de acuerdo y firmaron unas actas. La verdad es que, nosotros no podíamos darles ladrillos, perfiles y hojas de zinc cuando les íbamos a dar la casa”.
Algunas de las seis familias no tenían recursos para solventar los materiales que tenían un costo aproximado de $1.200 mil, por lo que hicieron el reclamo y, finalmente, la Alcaldía terminó por ayudarles a dos hogares a conseguir el material.
Aunque la Alcaldía manifiesta que los damnificados estuvieron de acuerdo, algunos de ellos (*) confesaron su descontento con el tema de los materiales:
*LA PATRIA se reserva el nombre de los beneficiaros que aportaron su testimonio para proteger su identidad.
Foto | Suministrada por beneficiario | LA PATRIA
Leonor Ramírez perdió su hogar en el vendaval del 2020. Ahora ella, su esposo y sus 4 hijos menores de edad viven en un improvisado refugio.
Al consultarse al secretario de Vivienda y Territorio de Caldas sobre el tema de los materiales, contestó: “El Municipio de Pensilvania es el responsable de que las personas hayan tenido que gastar dinero. En el convenio quedó claro que la responsabilidad de las losas era del municipio, este tomaba la decisión de qué manera contrataba o cómo conseguía los materiales, es decir, ya es un tema de gestión del alcalde directamente”.
Álvarez precisó que en un mes las viviendas prefabricadas ya estarán instaladas. El domingo varios campesinos confirmaron tener instalados los perfiles y recibir visitas de los ingenieros.
El proyecto está enfocado en familias damnificadas, que lo perdieron todo y están en situación de vulnerabilidad, lleva en espera 8 meses y contando.
La entrega de la foto
El segundo caso es el proyecto Urbanización La Esperanza, de la Alcaldía de Pensilvania y la Gobernación de Caldas, consta de 48 viviendas ubicadas en la vereda Los Jazmines, obedece a un plan de reubicaciones para personas que habitaban en zonas de alto riesgo, beneficiaría a familias campesinas que sufrieron derrumbes por el invierno de 2010 y 2011. Desde entonces han pasado cuatro alcaldes y solo se hizo una inauguración para la foto, pero siguen sin ser habitadas.
El show
El proyecto lleva casi tres años de retraso y las personas seleccionadas para ser beneficiarias cuentan que ya están cansadas porque nunca les cumplen con la fecha de entrega que les prometen.
En julio del 2020, la Alcaldía y la Gobernación realizaron un evento de sorteo para asignar la casa correspondiente a cada familia; sin embargo, esto se prestó para que se entendiera que las viviendas habían sido oficialmente entregadas, pero a los beneficiarios no se les ha dado las llaves de estos hogares.
“En ese mes estuvieron el alcalde y el gobernador, sacamos unas balotas con el número de las casas que nos correspondían. Dijeron que en tres meses las entregaban y vea, ya estamos en abril y nada”: confirmó un beneficiario.
¿Por qué no las han entregado?
Todos los beneficiarios que se consultaron dijeron que las casas no han sido entregadas porque no cuentan con instalaciones eléctricas.
Según la Administración municipal, el problema recae en que los planos eléctricos no los había aprobado la Chec: “No sabíamos que el contratista no tenía esa responsabilidad del tema de los planos y de la energía para el servicio de luz, entonces tocó salir a solucionar eso”, indicó el alcalde.
Jahir de Jesús Álvarez, secretario de Vivienda de Caldas, aclaró que ellos dejaron listas las instalaciones internas de luz, que de acuerdo al convenio firmado con la Alcaldía, corresponden al contratista. Agregó que las instalaciones externas de luz, o sea las que faltan, eran responsabilidad del mandatario municipal.
La molestia de las familias
Willian Hidalgo Arboleda, de 42 años, vivía hace un tiempo en la vereda El Silencio, a dos horas de Pensilvania. La zona en la que residía fue declarada de alto riesgo, por ende salió beneficiado con una vivienda en La Esperanza.
William confiesa que los damnificados ya no pueden regresar a su antiguo hogar. “En el momento en que salimos beneficiados nos dijeron que tocaba terminar de tumbar las antiguas viviendas, esperanzado en la nueva casa fui y tumbé la que tenía allá y ahí sigo esperando”. Actualmente sobrevive cultivando café y plátano, ahora reside en la vereda San Miguel donde paga un arriendo.
Al igual que este productor agrícola, también hay beneficiarios de la Urbanización La Esperanza. Tumbaron sus viviendas para recibir la nueva casa prometida, pero llevan tres años esperando recibirla.
Algunos de ellos reconocieron sentirse enojados por la situación. “Yo le dije al alcalde que estaba jugando con el campesino como si fuera una pelota de fútbol, que aprendiera a respetarnos”, contó uno.
El alcalde anunció que esperan entregar definitivamente las viviendas para antes del próximo 15 de mayo. “Esta semana nos aprobaron los planos que se requieren y la Chec se comprometió a que en los próximos 15 días instalará los postes y todos los sistemas eléctricos”, finalizó el funcionario.
Las familias campesinas, aunque dicen haber esperado mucho tiempo, siguen confiando en que pronto podrán disfrutar de su nuevo hogar. Saben que en más de una ocasión solo han vivido de ilusiones y promesas, pero se rehúsan a perder la esperanza.
Foto | Rubén Darío López | LA PATRIA
El alcalde de Pensilvania explicó que en la Urbanización La Esperanza hay tres proyectos: unas casas que hizo la Gobernación, otro que realizó la Secretaría de Vivienda de unas prefabricadas y otra de la Administración municipal con regalías.
La Alcaldía de Pensilvania se comprometió a pagarle un subsidio de arrendamiento a los damnificados del corregimiento de Bolivia este año, mientras reciben la casa prefabricada. Los damnificados manifiestan que apenas empezaron a recibirlo la semana pasada. Una de las familias de las seis dice que paga $100 mil de arriendo, por el momento, la Alcaldía solo les ha consignado $160 mil pesos de los $400 mil correspondientes a los 4 meses que van corridos de 2021.
Así fue el convenio para el proyecto de las casas prefabricadas. Estas son las principales responsabilidades que tenía cada administración:
*Alcaldía
*Gobernación
La frase
“Uno está viviendo en este momento de ilusiones, de que vayan a terminar eso y nos cumplan, uno lo hace es por los padres, porque a uno le duele verlos por ahí rodando, mirando la casita en el suelo porque no les han cumplido con eso. Por uno no, a uno le duele es por los cuchos, y uno vive con la esperanza de que sí van a acabar y algún día las entregarán”, Edwin Torres, damnificado del corregimiento Bolivia.
Foto | Suministrada por beneficiario | LA PATRIA
Estas casas prefabricadas pertenecen al proyecto “Vivienda Prefabricada – Primera Etapa” de la Secretaría de Vivienda y Territorio del Departamento de Caldas, el cual consiste en la construcción de 52 viviendas en zonas rurales de diferentes municipios de la región.
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