ESPECIAL | LA PATRIA
El contador de una organización cumple una función vital, pues se encarga de garantizar la seguridad y veracidad de los hechos económicos. Se trata de un profesional que sistematiza y da cuenta de las finanzas de una compañía, información que perfila el horizonte de los balances económicos y de las inversiones a futuro en una institución.
Hay empresas que pretendan prescindir de la figura del contador público, y el mensaje es claro para estas: la labor de este profesional no es un lujo, sino una necesidad. No solo compañías, sino algunas personas naturales que restan importancia a la profesión.
Lo anterior en un escenario en el que, por desgracia, se le asignan cada vez más funciones administrativas a los contadores, lo cual es algo que está por fuera de sus obligaciones. Se requiere de una diferenciación urgente y necesaria entre las tareas de un contador y de un administrador de empresas, pues ambos campos de acción se deterioran cuando un profesional lleva a cabo las funciones de ambas carreras.
Esta distinción radica en que el administrador toma decisiones de inversión y compra, determina con los accionistas y dueños de la empresa en qué negocios incursionar. Por su parte, el contador revisa inversiones y se asegura de que sean adecuadamente registradas y guiadas para que cumplan con la normatividad financiera y tributaria. Las labores de parte y parte ya son suficientes para que tengan que ser repartidas entre dos profesionales, y lo injusto sería que solo uno las realice.
En países como Colombia se busca que la figura del contador público tenga el prestigio que posee en Estados Unidos y Europa. Esto a raíz de los bajos sueldos que ciertas empresas pagan a sus contadores, que adelantan un rol clave en el desarrollo social y económico de un país, aunque lamentablemente está subvalorado su papel.
El contador es como un guía de la gestión financiera, contable y administrativa de las organizaciones. Es los ojos de la administración que registra cuentas y transacciones de forma adecuada, bien sean de personas naturales o jurídicas, de allí su importancia.
Claves y puntos por mejorar
* Las empresas deben asesorarse financiera, administrativa y contablemente. Por eso se requiere un contador con bases sólidas en administración, finanzas, contabilidad, auditoría y costos. Esto asegura un buen acompañamiento.
* Al contador público lo han encasillado como una persona que sirve para hacer cosas, pero que no corresponde a su labor. Se convierte en un asesor laboral, comercial y tributario, cuando su función es ayudar en la planificación financiera, administrativa, contable tributaria de la empresa.
* Debe dar fe pública de que todos los hechos económicos y transacciones financieras, laborales y contables estén registradas conforme a la decisión del propietario del negocio. Además, armonizadas con las normas: laboral, de seguridad social, tributarias y contables, y las NIIF.
* El principal problema es que los empresarios no reconocen la importancia de la labor del contador y, además, está mal pago.
La actualización, fundamental
Por ser la globalización un fenómeno relevante en la internacionalización, lo que implica una consideración universal de lo económico, los contadores deben lidiar con los efectos de las transformaciones sociales, políticas y económicas del mundo. Esto debe compaginarse con una voluntad por actualizar conocimientos como en el caso del manejo y dominio de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIFs).
Transparencia
El contador público es un aliado para combatir la corrupción. Esa es la responsabilidad que le dio el Estado colombiano con el fin de que denuncie irregularidades y trabaje por unas cuentas transparentes. Es un veedor social de las normas que deben cumplir empresarios y personas naturales.
Facturación electrónica
Facturar los movimientos comerciales de su empresa en un programa de computador, en lugar de hacerlo en papel, es una posibilidad real. Varias compañías del país han adoptado este sistema de facturación luego de que la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) reglamentó el 24 de noviembre del 2015, y a través del Decreto 2242, la masificación de la factura electrónica.
Estos son los pasos que debe seguir para implementar la factura electrónica:
1. Documentarse e investigar. Leer el Decreto 2242 del 24 de noviembre de 2015 y la resolución 19 del 24 de febrero 2016.
2. Conformar un equipo interdisciplinario que incluya las áreas impactadas por los cambios de la facturación. Deben estar involucrados al menos el área financiera, el área de tecnología de la información, impuestos y contable.
3. Definir un cronograma con pasos a seguir y que sea acorde a los tiempos límite de la DIAN.
4. Contemplar posibles escenarios y definir procesos de prueba a los que se enfrentaría su organización cuando aplique la factura electrónica.
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