LA PATRIA | Manizales
Estoy con Manizales es un colectivo de ciudadanos y de instituciones que durante casi 10 años buscaron la transformación de la ciudad. Una especie de tanque de pensamiento en el que se generan ideas para el cambio como sociedad, un proceso de voluntarios e incluyente, en donde todos los temas eran posibles.
La facilitadora de este ejercicio ha sido María Leonor Velásquez, psicóloga y coach, quien junto a Carmela Aristizábal, exdirectora del Comité Intergremial de Caldas, escribió las memorias de este proceso en el libro Voces que transforman ciudad, que se presenta hoy a las 11:00 a.m. en el Centro Cultural Rogelio Salmona en un conversatorio con Natalia Marulanda, directora de la Corporación para el Desarrollo de Caldas; Valentina Vallejo, directora del Comité Intergremial, entidad promotora de este libro y Fernando Alonso Ramírez.
Hablamos con Velásquez sobre este trabajo.
- ¿A quién le puede interesar este libro?
A todos los manizaleños y caldenses; permitirá reconocer y explorar dinámicas de transformación que se han dado en esta región desde el año 2005, las cuales se derivan de conversaciones en las cuales han participado personas de diferentes grupos culturales, que podrían representar el sentir y formas de pensar de muchos. También es para las instituciones y personas, de esta y otras regiones, interesadas en mantener viva una conversación incluyente y diversa que convoca para movilizar dinámicas de transformación del territorio. Y es un documento que puede interesar a la academia por cuanto presenta una metodología de planeación, más allá del ejercicio tradicional de direccionamiento estratégico, donde la conversación y la construcción de relaciones entre diferentes actores tienen un papel fundamental.
- ¿Cuáles son los aprendizajes que deja un proceso como Estoy con Manizales para los ciudadanos?
Voy a mencionar solo algunos. Empiezo por la importancia de transformar con y para la gente, para seres humanos que tienen historias, necesidades y condiciones diferentes. No creo en los planes de papel, creo en los procesos de conversación dinámicos, incluyentes, participativos, con propósito, que invitan a la reflexión y permiten tomar conciencia sobre la responsabilidad que cada uno tiene para construir una mejor familia, empresa, sociedad, planeta. Estoy con Manizales deja lecciones sobre la importancia del compromiso, que va más allá de la palabra y que nos invita a preguntarnos por el nivel de coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos en nuestra vida; la necesidad de aprender a escuchar no solo lo que nos interesa y coincide con nuestra forma de pensar, sino lo que es diferente y nos reta a abrir la mente y el corazón. El valor de espacios donde se permite pensar en lo impensable y conversar sobre lo inconversable; la necesidad de dominar dos lenguajes que son fundamentales para solucionar problemas y construir un desarrollo integral: el del poder y el del amor.
- ¿Qué sigue para este proceso?
Una pregunta que le haría a quienes están al frente de la institucionalidad de la ciudad-región, así como a cada ciudadano y especialmente a las nuevas generaciones. Más bien preguntaría ¿Estamos viviendo en la ciudad que queremos? ¿Cuáles son esos temas que nos quitan el sueño? ¿Qué necesitamos hacer para enfrentar exitosamente los nuevos retos, basados en lo que ya hemos logrado? Y desde allí ¿Cuál es la siguiente etapa del proceso que contribuya a continuar avanzando en la dirección que queremos?
- ¿Pensar la ciudad para qué?
Para estar despiertos, para tomar conciencia, para reconocer y valorar la importancia de las divergencias, para construir con los que piensan diferente, para abrir nuevas posibilidades hacia el futuro, para no conformarnos con lo que propone el mandatario de turno, para tener un norte claro que inspire y movilice a cada ciudadano a tomar responsabilidad sobre el ejercicio de su ciudadanía; para que el largo plazo no sean los cuatro años de las administraciones públicas; para saber que estamos vivos, tenemos capacidades y podemos aportar a la construcción de un mundo mejor.
- Al repasar la historia de este proceso para escribir, ¿Qué la sorprendió?
Desde el año 2010, cuando se inició Estoy con Manizales, el proceso pasó por diferentes etapas; en algunas, como consultora me sentí muy sola, en otras sentí que éramos muy pocos los que realmente queríamos una ciudad diferente, en otros sentí que se abrían posibilidades inmensas hacia el futuro; fue un viaje con sorpresas y regalos maravillosos y con frustraciones y tristezas importantes. Escuchar de nuevo las grabaciones, leer memorias, testimonios y publicaciones, ver las imágenes del proceso fue como si viera una película completa por primera vez. En algún momento de conversación con mi compañera de escritura, Carmela Aristizábal, le dije: Solo ahora me doy cuenta del verdadero valor de este ejercicio, creo que sí valió la pena todo el esfuerzo, por las personas maravillosas que estuvieron en los diferentes momentos, por las lecciones y aprendizajes sobre la ciudad, por el dinamismo de un proceso que, con la claridad en un propósito de largo plazo, tuvo que reinventarse año a año.
- ¿Qué espera que la lectura del libro genere en quienes lo lean?
Lo que tenga que generar en cada persona que lo tenga en sus manos. Espero y me gustaría que después de abrir la primera página quieran seguir adelante, que cada página los lleve a la siguiente, que cada pregunta y cada tema los cuestione y les abra muchas preguntas, que disfruten la belleza de la diagramación y las imágenes y se atrevan a entrar en los contenidos, algunos más livianos y otros más profundos. Y al final, como en el poema Ítaca, de Constantino Kavafis, que cada persona sienta que valió la pena leerlo y que quiere que otros lo conozcan.
- ¿En dónde se podrá conseguir el documento?
El libro es una publicación del Comité Intergremial de Caldas con el apoyo de instituciones aliadas y patrocinadoras de este proceso, que estoy segura les gustaría que tenga una gran demanda lo que motivaría una segunda edición más amplia, esta primera es de 600 ejemplares, para que sirva como impulsor de esta transformación que estoy segura continuará con el liderazgo y participación activa de muchos manizaleños y caldenses.
Este libro es una memoria viva de la ciudad donde se encuentran voces, imágenes y relatos que hablan de un territorio que se transforma y busca nuevas posibilidades para ofrecer cada día una mejor calidad de vida para todos.
La obra fue impresa en los talleres de Editorial LA PATRIA.
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