COLPRENSA|LA PATRIA
HBO llevaba tiempo interesado en realizar producciones en Colombia. Solo faltaba el proyecto que considerara perfecto para dar ese paso, hasta que hace dos años y medio le llegó 'Guerras Ajenas'.
Se trata de un documental que será visto en 40 países desde hoy a las 8:00 de la noche, cuando será el estreno. El trabajo explora la controversial campaña de aspersión aérea en Colombia, como medida de lucha contra el narcotráfico.
Grabado completamente en 4K tuvo dificultades muy particulares, pues cada persona que aparece y da testimonio en este tipo de trabajos debe firmar con su documento de identidad, dando consentimiento para el uso de las imágenes. Cuando llegaron a zonas como el Putumayo, las personas de producción encontraron que muchos de sus pobladores nunca habían tenido cédula de ciudadanía, por lo que en vez de firmar, grabaron un video dando dicho consentimiento.
Todo el interés nació porque durante años Colombia era el único país del mundo que diseminaba este herbicida desde el aire, dando lugar a agrios debates entre aquellos que defendían que era un producto inofensivo y quienes sostenían que estaba afectando la salud de los colombianos.
Carlos Moreno fue el responsable de la dirección de esta pieza, idea original de Lilia Luciano. Moreno tiene formación como documentalista, pero ha forjado su carrera en el campo del cine publicitario y luego en producciones de ficción, como la galardonada Perro come perro o Todos tus muertos, El cártel de los sapos: la película y ¡Que viva la música!
El director habló con Colprensa.
- ¿Qué es Guerras ajenas?
El tema de las aspersiones aéreas con glifosato en Colombia es un apéndice más del conflicto armado entre la guerrilla y el Estado. Guerras Ajenas es una invitación a entender y reflexionar, como pocas veces lo hemos hecho los colombianos y los latinoamericanos, en el drama de las víctimas anónimas de la guerra contra las drogas. No es una historia en blanco y negro, con buenos y malos. El documental tiene la virtud de nacer en esta zona gris, donde se escuchan las voces de quienes han sido abandonados, ignorados e incluso, silenciados.
- Son más de 30 entrevistas realizadas, ¿en algún momento pensaron incluir a los consumidores finales en la cadena del narcotráfico?
Realmente no, porque el narcotráfico se puede tomar desde diferentes puntos, pero el ADN de la investigación periodística era el daño colateral y los campesinos en medio del fuego cruzado, partiendo de las fumigaciones como estrategia de guerra, que ha generado muertes y desplazamiento, pero también como un serio problema de salud pública que no ha sido tratado.
- ¿Cómo fue el ensamblaje de entrevistas con más de 30 personajes?
Fue de las cosas más complejas, que llegó a producir debate y discusiones dentro del equipo de trabajo, por la sencilla razón de que es un tema que está vivo. Algo que ayudó fue que siempre tuvimos muy claro el balance del trabajo, con las voces a favor y en contra de las fumigaciones. Les damos voz a los campesinos que viven en medio del conflicto.
- ¿De todas esas historias, cuál le impactó más?
El documental tiene algo transformador; nos muestra cómo todos llegamos a ser cómplices y tenemos una ligereza muy grande, que desde la comodidad de la ciudad podemos definir si queremos o no la guerra, mientras que desconocemos cómo viven muchas comunidades en medio de ella. También, los campesinos que ven al Estado como un establecimiento militar y no como aquel que llega con la escuela o que vela por una buena atención en salud. Todo esto es una derrota y es lo más impactante que muestra el documental, son la guerra y el abandono en un paraíso, porque esas regiones son llenas de belleza.
Con los personales
- ¿Difícil llegar a ciertos personajes?
Hubo muchos testimonios que se quedaron en la edición, también muchos personajes que nos habían dicho que no en un inicio, se fueron animando después, muchos porque se enteraban que otros sí habían decidido participar.
- Es un tema que en Colombia se conoce, pero no mucho en otros países en los cuales el documental será presentado...
Fue algo que siempre tuvimos en cuenta, porque podíamos caer en pensar que ciertos puntos podrían ser obvios para los colombianos, pero no para los demás televidentes. Era clave recordar siempre que Colombia era el único país que estaba realizando estas fumigaciones, por lo que seguramente es un tema completamente desconocido para los televidentes de otros países.
- ¿Fue un tema complejo de abordar?
Es realmente difícil. Encontramos, por ejemplo, que si bien las avionetas que realizaban las fumigaciones tienen un plan de vuelo, este fácilmente puede cambiar, porque están sobrevolando zonas de guerra y muchas de ellas fueron derribadas o sufrieron impactos de proyectiles, entonces desviarse, parece que era el pan de cada día.
- ¿Les quedaron temas por fuera?
Varios, como el ambiental, que lo teníamos dentro del plan de trabajo, pero cuando hicieron la investigación periodística, buscaron las instituciones idóneas y estas no tenían datos, porque es una zona de guerra y no se pueden hacer investigaciones ambientales en el lugar.
"En la Universidad del Valle, donde estudié, la fortaleza era el documental y entonces no existía la Ley de Cine, así que hacer cine de ficción era una utopía y para ello tenías que tener contactos o dinero; yo no tenía ninguno de los dos", Carlos Moreno, director de Guerras ajenas.
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