Benjamín Patiño
LA PATRIA | MANIZALES
El Siglo XX fue un periodo de esplendor para la arquitectura. Se simplificaron las formas y se evocaron fachadas y decoraciones exteriores que enriquecieron los estilos modernos.
El art nouveau, estilo francés de finales del Siglo XIX y principios del XX, y el art deco, de los años 20 y 30 del siglo pasado, marcaron un época en Europa y Estados Unidos, donde su apogeo se extendió hasta inicio de los años 50. Las clases altas de algunas de las grandes ciudades de Latinoamérica también se inspiraron en estos movimientos para desarrollar proyectos urbanísticos. En nuestra región la circulación de dinero proveniente del cultivo y comercialización del café dinamizó la construcción. Manizales, Pereira y Armenia se convirtieron en centros de desarrollo con expansión urbanística en áreas residenciales.
La modernidad
Surgieron entonces barrios como Versalles, en Manizales; Circunvalar, en Pereira, y El Bosque, en Armenia, donde era patente el creciente desarrollo urbano con imponentes casas quintas en las que se destacaban los pórticos de acceso enmarcados en columnas, portalones, áticos, zócalos, ventanales de madera enriquecidos artísticamente, vitrales, cornucopias (adornos con figurasdel cuerno de la Cabra Amaltea) y escaleras de caracol con pasamanos en bronce y hierro forjado. Los antejardines complementaban la ornamentación de las edificaciones.
En la primera mitad del Siglo XX este esplendor multiformal enriqueció los sectores emergentes de la región y le concedieron categoría por su alto valor estético y económico.
Los sesenta
A partir de 1960 nuevas dinámicas constructivas, el encarecimiento de la tierra, el crecimiento de la población y las nuevas corrientes urbanísticas generaron presión sobre estas edificaciones. Se comenzaron a ver como desperdicio de espacio en el que construcciones unifamiliares ocupaban inmensos lotes. Esto precipitó la demolición de inmuebles con grandes valores estéticos,arquitectónicos y ornamentales en las capitales de los departamentos del Eje Cafetero.
Hubiera sido posible la conservación de esas edificaciones como patrimonio cultural, generando espacios de interés público amparados por políticas gubernamentales.
Ejemplo
En San Petersburgo (Florida - Estados Unidos) se preservan con cuidado edificaciones de gran riqueza artística, como las que se han derribado en nuestras ciudades.
Del esplendor del barrio Versalles, las edificaciones de la Calle 50 en Manizales, poco queda. Lo mismo sucede con la Circunvalar en Pereira y laCarrera 14 de Armenia. Cómo falta de conciencia y de visión, el valor de estas edificaciones supera lo material, su significado en el contexto cultural, patrimonial y artístico genera un valor intangible, con una taza de retorno que se materializa a través del turismo y el desarrollo de las propias zonas.
Sin embargo seguimos indiferentes destruyendo lo poco que queda, dejando edificaciones destechadas esperando que el clima haga lo suyo acabando silenciosamente con todo, contrariando las normas expresas de protección vigentes.
La barbarie se manifiesta de múltiples formas en el devenir de las ciudades. Ojalá este ejemplo gráfico sirva de reflexión frente a lo que hemos perdido por indiferencia, descuido y ambición desmedida que arrasa sin compasión.
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