LA PATRIA | MANIZALES
Para los jóvenes del colegio Filipense de Manizales la obra más conocida de Héctor Abad Faciolince es El olvido que seremos, pues por lo menos ese era el libro que portaban para que el escritor antioqueño se los autografiara. Incluso, a falta de libro, tres estudiantes de ese centro educativo estiraron sus brazos para que el también periodista los rayara con su nombre.
La firma de autógrafos estuvo acompañada de una que otra pose para una fotografía. Esto ocurrió ayer en la Biblioteca Pública Municipal Aquilino Villegas, una de las nueve bibliotecas que tiene la ciudad y que integra la Red de Bibliotecas Públicas, en donde se realizó el programa Escritores en las bibliotecas, que desarrolla el Ministerio de Cultura, y que tuvo como invitado a Abad Faciolince.
El encuentro comenzó a las 10:30 de la mañana, lo moderó Consuelo Gaitán, directora de la Biblioteca Nacional de Colombia, e hizo un recorrido por algunos escritos de Abad Faciolince como Tratado de culinaria para mujeres tristes, Angosta y La oculta.
En dos horas los asistentes conocieron que Abad Faciolince es poco amante a los libros de ciencia ficción, que capturar lectores no es tarea fácil y que Tratado de culinaria para mujeres tristes fue rechazado por siete editoriales y que salió al mercado gracias a que su pareja de ese entonces costeó la edición.
-Tuvo a su cargo la Biblioteca de la Universidad Eafit, ¿cómo hacer para promocionar la lectura en lo jóvenes?
Lo primero es que uno mismo lea. Uno no puede promocionar la lectura si no es una persona enamorada de los libros, si no ha recibido de ellos alegrías, conocimientos, placeres, tristezas. Creo que lo primero es el ejemplo, ser un lector, leerles a los otros y hacerles ver lo bueno que uno pasa leyendo y la cantidad de cosas que puede aprender no solo leyendo literatura, sino muchos más temas.
-Escribió sobre la guerra, ¿ahora lo hará sobre la paz?
Escribí mientras se realizaron las conversaciones del acuerdo de paz. Traté de convencer a mis lectores de prensa de que era mejor aceptar esa paz imperfecta que no hacerlo, pero perdimos.
-¿El auge digital cambia las formas tradicionales de lectura?
La tecnología no es algo que haga desaparecer a los libros, es algo que se añada. Cuando inventaron la televisión pensaron que iba a desaparecer el cine y no fue así, con la escritura pensaron que iba a desaparecer la memoria y tampoco ocurrió. Hay que añadirle a la lectura digital o al juego digital o al chat o a esa lectura demasiado rápida y corta del mundo contemporáneo, lecturas más lentas y largas, porque producen efectos distintos. No es igual la lectura continua y sumergida de un libro que la lectura salpicada en un teléfono o tableta.
Frases
*"Si no escribo o leo un rato estoy como incompleto"
*"En Angosta intenté contar la vida de mi papá. Ahí había un doctor que terminan matando y de alguna manera, cambiando circunstancias, cuento lo que pasó"
*"Con la muerte de Carlos Gaviria, exmagistrado Corte Constitucional, y Alberto Aguirre, librero de Medellín, perdí a mis editores, pues eran las dos personas a las que les entregaba mis manuscritos".
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