JUAN CARLOS LAYTON
LAPATRIA | MANIZALES
Azeneth Valencia era la única adulta mayor que estaba sentada el sábado en la cancha del Barrio Las Colinas, en medio de unos 80 jóvenes que se disponían a cantar y a demostrar sus dotes artísticos en el género musical del hip hop.
Al consultarle el porqué estaba en dicho encuentro, con cierto dolor recordó que este tipo de espacios le traen recuerdos de su nieto, Julián Gonzalo Montes, quien se suicidó hace ocho meses y era un enamorado del hip-hop.
"Se tiró del puente de Villamaría al río y me duele mucho porque yo lo crié desde que nació y él era quien me cuidaba a mí. Yo venía a escucharlo cantar con sus amigos y me gustaba mucho. Qué tristeza", se quejó, mientras insistía que es una forma de revivir la pasión de su nieto.
En medio del silencio de varios compañeros y amigos de su Julián, Cristian Andrey Idárraga, líder cultural y quien hace parte de la agrupación Ruta 30, destacó que el espacio que se convocó, bajo el lema de "La vida es arte, la vida es bella", es una forma analizar el flagelo del suicidio, y demostrar que cada vida importa.
"Son espacios para reflexionar sobre el porqué se están matando los jóvenes. La vida es bella, a pesar de las dificultades que tenga, y por eso estamos promoviendo el hip hop como una alternativa pedagógica, cultural y artística para insistir en el valor a la vida", indicó Cristian, conocido musicalmente como El Padrino.
Recordaron su dolor
En el encuentro, Regik o Daniel Castaño, oriundo de Medellín, recordó a su madre: "Hoy de nuevo me sucede, que recuerdo, que revivo aquellos tiempos antes de ese cruel tormento, antes de que tu te fueras, que partieras, fue difícil aceptar que en un mañana no estuvieras, no volviera..."
En el espacio, que se prolongó hasta cerca de las 8:30 p.m., también hablaron sobre prevención, sobre los riesgos a los que están sometidos los jóvenes y en la tarde pintaron un mural como símbolo de un pacto por la vida. También encendieron luces como muestra de unidad, cambio y perdón.
Recordaron que aunque personas como Julián ya no están, es vital advertirles a los jóvenes que siempre hay alternativas y razones para vivir y que el suicidio no es la salida.
Azeneth volvió a su casa un poco más tranquila, aunque insiste que el adiós de su nieto es un capítulo triste, difícil de superar.
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