ANDRÉS RODELO
LA PATRIA | MANIZALES
La reacción de Hércules era la misma cuando veía a un animal en la calle: gruñía y quería atacarlo. Lo anterior preocupó a Cristian Andrés Mayorga, dueño de este pitbull de seis años y medio. "Era dominante y tenía mucho temperamento. Decidí que lo mejor era adiestrarlo".
Jonnathan Preciado, de Edukan Manizales, recibió al perro cuando tenía seis meses. "Noté el cambio a los 30 días", señala Mayorga. Hoy, Hércules duerme incluso con el hijo de cuatro años del propietario. Es un animal diferente, curado de los vicios del pasado: "Lo recomiendo para las razas potencialmente peligrosas", agrega.
Adiestrar a una mascota no consiste en volverlo un ser mecánico. "No es solo repetición de acciones, sino algo metódico y consciente. Se sienten satisfechos de aprender y de recibir recompensas", explica el adiestrador Julián Henao. Moldear la conducta de los animales permite que tengan un buen comportamiento, pues corrige la agresividad, el impulso por dañar cosas y le indica tiempos y lugares correctos para sus necesidades.
Conectados
"Es una comunicación directa con el perro. Genera un vínculo, un apego entre dueño y mascota", agrega este profesional de la empresa Agility Caldas. La enseñanza los vuelve atentos y educados, gracias a unas indicaciones llamadas comandos que el animal aprende a través de varias técnicas, entre ellas el condicionamiento.
Preciado explica: "Es una forma de reforzar el canal de comunicación con el animal. Se le enseñan órdenes básicas para que identifique las acciones positivas y negativas que hace".
Comandos
A continuación, Henao enseña dos comandos de adiestramiento positivo para perros, es decir, se basan en el respeto y el bienestar del animal. El experto dice que estas órdenes deben impartirse con la ayuda de mollejas de pollo e hígado.
La razón es recompensar al canino con un alimento que le guste mucho y que conecte con su instinto. "El perro es familiar del lobo, animal que al cazar devora las vísceras y el corazón de la presa. Esto está en el ADN de los perros. Obtenemos una respuesta efectiva al hacerlo con estos alimentos. El concentrado y otras comidas no funcionan".
Henao aconseja dárselo al animal en pequeños trozos para mantenerlo interesado. "Quedará saciado si le damos un pedazo muy grande y ya no querrá aprender". De igual forma, dice que las sesiones de enseñanza no pueden durar más de cinco minutos para no desgastar al canino.
Muy bien
"Lo primero es cargar el comando para que el cerebro del perro entienda que tendrá una satisfacción cuando le diga: muy bien. Entonces le digo: muy bien y, seguidamente, le doy el alimento. Luego, una vez más: muy bien y le doy comida otra vez. De esta forma, el animal asocia que esta expresión le dará una recompensa".
Sentado (a)
"Le ponemos el alimento a la altura de la nariz para que lo olfateé. Luego, el propietario se lo pone sobre el pecho para que el animal mire hacia arriba, se canse y, por ende, se siente. En este punto, hay que ser rápido, pues cuando el perro se esté sentando, hay que decirle: muy bien y darle el alimento. Hacerlo varias veces para que se convierta en una costumbre".
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