LA PATRIA | MANIZALES
“Si quisieras ahora venir
y acabar de una vez con mi vida
yo te lo pido blanca mujer
que me lleves a tu eterna guarida”.
Este verso pertenece a la canción Blanca Mujer, una conversación con la muerte. Hace 20 años la publicó el músico puertorriqueño Robi Draco Rosa en su segundo álbum como solista titulado Vagabundo, uno de los 10 mejores discos en la historia del rock en español, según Billboard.
Dos décadas después Draco pasó de lo maldito a lo sagrado. El nombre de la gira que lo trae por primera vez a Manizales tiene esas palabras, pero al contrario: Lo sagrado lo maldito. De cantarle a la muerte ahora le canta a la vida. Aunque reconoce que con la muerte ha existido un romance desde siempre. “Es como las teclas negras, me llevo mejor con ellas”.
Es un sobreviviente de los excesos que vinieron acompañados del éxito. Es el compositor y productor de las canciones que catapultaron a Ricky Martin como estrella mundial: María, La Copa de la Vida y Livin’ la vida loca, las escribió a la medida de su excompañero de Menudo. Paralelo a su carrera como compositor desarrolló la suya como cantautor convirtiéndose en una artista de culto que ha derrotado en dos ocasiones el cáncer. Tras un trasplante de médula ósea volvió a los escenarios para reclamar el Grammy Latino a Mejor Álbum del Año por Vida, su más reciente trabajo discográfico.
“Yo me imagino que el nombre de la gira tendrá que ver indirectamente con lo que me ha sucedido. No es que esté pensando que pasó algo maldito en mi vida, pero es difícil de evitar pensar en la enfermedad. Cuando estoy en el escenario estoy loco por quedarme, es descansar un poco, es como ese yogui que se retira para meditar. Yo tengo que estar en el escenario para olvidar, para apagar el suiche y no pensar en la realidad. Es una lotería estar vivo”.
“He comenzado a meditar y para mí eso ha sido difícil toda mi vida. Lo tomé en serio, ya lo hago 21 minutos al día y ahora tiene sentido después de lo que pasó. Estoy haciendo un esfuerzo enorme, también me mudé a la finca, estoy viviendo en las montañas, compartiendo con los muchachos, cultivando café”.
Hace dos años ingresó al gremio cafetero con su marca Café Horizonte, nombre de la hacienda en la que vive en Puerto Rico, pero desde hace seis meses se asoció con cultivadores del grano con los que produce un café diferenciado que lleva su nombre: Café Draco Rosa, bajo el programa Agroempresarios, que tiene como propósito desarrollar e impulsar al agricultor de la isla.
Parte de las ganancias que recibe de la venta del café las destina a la Fundación Vox Forte Alliance, una entidad sin fines de lucro establecida por el artista para ayudar a pacientes de cáncer en Puerto Rico que necesitan un trasplante de médula ósea.
“La música está viva. Hice una gira por 13 ciudades de EE:UU., llegué a Boston, entré a una tienda y me compré un banjo (instrumento de origen nórdico que posee cuatro o cinco cuerdas) y cada instrumento ofrece por lo menos una canción. Apareció una allí, ahora hay que grabarla. Para el año que viene voy a sacar algo, si Dios me da salud. Tengo las canciones, lo que me hace falta es tiempo, porque tocar es sanación para mí, disfrutar el instante me brinda felicidad, me siento seguro en el escenario”.
“Yo no soy rebelde, yo lo que tengo es curiosidad. Tengo que tratar el poco tiempo que esté en la tierra de hacer una contribución a la humanidad. Hoy en día me siento como un milagro, porque muchos se han caído con la enfermedad y yo sigo aquí”
Desde hace seis años años dejó de producir y componer para otros artistas. “Muchos quieren hacer conmigo negocios, me ofrecen el oro y el moro. Y yo quiero hacer la mía, componer la música que me gusta. Recuerdo que cuando comencé era poca gente la que estaba a mi alrededor, de repente, con el éxito -no estoy exagerando- abría mis ojos y contaba 16 personas... De dónde salieron todos estos personajes. Llegó el momento donde dije vámonos. Es muy difícil navegar en dos mares, capitán en el Pacífico y en el Atlántico, imposible, yo no lo sé hacer, uno de los dos barcos se iba a hundir”.
“Tú encuentras otros artistas que lo que quieren es ser famosos, entonces llegan muchos proyectos y hay dinero, pero yo no necesito mucho para seguir, debo atender una finca, a mi señora, a mis hijos. Espero que Dios me ayude a cubrir mis cosas o estaría como algunos de mis amigos que son esclavos del sistema”.
“Yo estoy mirando cada vez más adentro. Con 26 años me interesaba mucho la muerte, pero la vida es increíble. Ahora, a los 47, la felicidad y todo lo que representa vida, para mí, es sagrado. Lo maldito es lo que hay. Yo uso esa palabra mucho como metáfora: maldito en el espíritu del rock and roll, la psicodelia... Más que nada es una estética. No es que apoye lo maldito, es solo una idea”.
Esa idea se verá plasmada el próximo sábado en la Plaza de Toros de Manizales, donde ofrecerá un concierto que será muy libre. Hará un recorrido desde su primer disco Frío hasta su más reciente álbum Vida. Advierte a sus seguidores que se olviden de que será como reproducir un disco en casa sino una experiencia mayor, "mi vida es demasiado corta para hacer eso, especialmente ahora", se refiere a ese ahora en el que lo único que quiere es vivir.
"Quiero vivir, como nunca he vivido
la vida con Dios, una copa de luz
tú y yo más allá, más allá del amor
pues ahí estaré, aunque ayer ya murió".
Es el coro de uno de sus último éxitos: Quiero vivir.
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