LA PATRIA | Manizales
Con tendidos llenos se realizó el pasado 29 de julio la primera edición de la Corrida de la Independencia como aniversario 207 de la primera corrida celebrada en Colombia, justo sobre las fechas libertadoras del 20 de julio de 1810.
Es de resaltar que esta corrida se efectuó gracias a la organización de un grupo de jóvenes, entre ellos dos manizaleños, que buscan promover la tradición taurina en Colombia. Todos ellos, menores de 25 años de edad, lograron sacar adelante la conformación del cartel y la celebración del festejo.
Los anuncios para convocar en medio del ayuno taurino de la mitad del año sedujeron al público con los nombres de Rafaelillo, Manuel Libardo y Juan de Castilla, este último un fresco torero colombiano que tomó la alternativa este año, pero que demostró que ha cuajado en experiencia.
Cerca de mil 800 aficionados asistieron a la plaza de toros de Puente Piedra, propiedad del rejoneador Luis Miguel Londoño, para presenciar un encierro serio de Mondoñedo.
Rafaelillo se topó con el peor lote del encierro, aunque se apreciaron destellos de toreo clásico, peleándose con los animales y lidiando como lo hace en España con toros de Miura y Victorino Martín. Manuel Libardo tuvo dos toros potables que, de no haber sido por la espada, hubiera podido alzarse con buenos trofeos.
El último momento fue para el triunfador de la tarde, Juan de Castilla, un humilde joven del barrio Castilla en Medellín que a propio pulso se labra su camino como lo demostró la pasada Feria de Manizales en condición de novillero cuando cortó cuatro orejas a sus dos ejemplares.
El primer momento fue para Fogonero, toro cinqueño y el más pesado de la corrida. Animal negro, chorreado en verdugo, que Juan recibió de capa con una serie de verónicas que debió cambiar rápidamente por una lidia a la antigua, pues el toro salía con la cara alta y eminente peligro.
El banderillero manizaleño Emerson Pineda propuso una lidia sobresaliente.
Juan de Castilla brindó a los empresarios y salió a jugarse la vida frente a un astado que revistió alta dificultad. Anduvo firme y con exquisito gusto intentó matar recibiendo, pero la espada cayó baja y corto una oreja de ley en cualquier plaza del país.
Con su segundo toro, de nombre Hoyador, salió por todo. Sacándole provecho al tranco del toro, citaba de lejos al animal, recordando así por algunos episodios a César Rincón en sus épocas doradas en la Plaza de Las Ventas de Madrid (España). Toreó exquisitamente un astado codicioso al que finiquitó con una estocada de libro: dos orejas. Los gritos ¡torero, torero! no se hicieron esperar.
Salió a hombros con tres orejas en el esportón y como triunfador de la tarde.
Sobre su piel mostró la satisfacción de haber cumplido con éxito su cita frente a los míticos toros de Mondoñedo. Ahora guarda la ilusión de que su triunfo repercuta como cupos logrados en franca lid para llegar a las plazas principales del país. Colombia tiene torero y se llama Juan Pablo Correa, Juan de Castilla, un criollo hecho a honesto pulso que se abre paso entre españoles.
Juan de Castilla tomó la alternativa el pasado 28 de enero. Triunfó en la novillada en Manizales el 2 de enero.
Foto | Cortesía Farley Betancourt | LA PATRIA
Toreros y organizadores celebraron el éxito de la corrida. En la foto Jeanine Saab, José María Serna, Rafael Rubio Luján "Rafaelillo", Luis Miguel Londoño, Juan Pablo Correa "Juan de Castilla", Manuel Libardo, Esteban Castro y Pablo Martínez.
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