Fredy Moreno
COLPRENSA | LA PATRIA | Bogotá
Las cárceles en Colombia son bodegas de personas mal acomodadas. El hacinamiento llega al punto de que, por falta de espacio físico, los internos duermen en los techos, en los baños, en las escaleras, en los patios a sol y agua con cambuches de plástico. La situación no es nueva y ya hace parte del ‘paisaje’ de la mayoría de penales, pero estaría por tomar ribetes catastróficos, de no ponérsele atención.
La advertencia la viene haciendo por distintos medios Diego Arias, presidente del Sindicato Unitario de Trabajadores Penitenciarios (UTP), agremiación que agrupa la mayoría de sindicatos del Inpec, y con él coincide en buena medida un pronunciamiento de la Defensoría del Pueblo. Pero el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), por su parte, pese a que admite la problemática, muestra de qué manera está trabajando para solucionarla.
“Hay 110 mil internos en las 142 cárceles de todo el país, sin contar con los que están en prisión domiciliaria, que suman 100 mil internos, a los cuales también tenemos que prestarles el servicio de vigilancia”, comienza por decir Arias, y saca cuentas: “Estamos hablando de 200 reclusos por un guardián, cuando la normatividad establece que deben ser cinco internos por una unidad de guardia”.
Al respecto, el Inpec asegura que la tasa de sobrepoblación es de 45%, y confirma que de los 142 establecimientos de reclusión que administra, hay tres que tienen el mayor índice: Riohacha, con capacidad para 100 internos y hoy cuenta con 427 (hacinamiento: 327%); Bellavista, en Medellín, construida para 2.424, pero tiene 7.472 (hacinamiento: 208%), y La Modelo de Bogotá, cuya capacidad es de 2.907 internos, pero alberga a 7.839 (hacinamiento: 169,7%).
Las cuentas del Inpec también difieren de las del sindicato en cuanto a la relación del número de internos por guardián. El Instituto asegura tener 11.326 funcionarios del Cuerpo de Custodia y Vigilancia que trabajan en los 142 centros carcelarios del país, en donde hay 110.054 internos, entre sindicados y condenados. “Frente a esta situación, podemos decir que por cada funcionario uniformado hay 9,71 internos”, aseguró una fuente de la entidad.
La Defensoría del Pueblo, en su documento ‘Seguimiento de los derechos humanos de las personas privadas de la libertad,’ sostiene que “la población carcelaria durante los últimos 12 años se incrementó en 54.915 personas, mientras que en el mismo lapso los cupos aumentaron sólo en 42.009”. Y agrega que el hacinamiento constante pone en grave riesgo el respeto efectivo de la dignidad humana y de los derechos humanos de las personas recluidas.
Además, anota que en la cifra total de esta población no se incluyen las personas recluidas en cárceles municipales y otros centros de reclusión transitoria (guarniciones militares, organismos de seguridad), y tampoco las personas que están en detención o prisión domiciliaria.
Para mejorar las condiciones de vida de la población reclusa, la Dirección del Inpec asegura que está trabajando, por ejemplo, con la presentación del nuevo Código Penitenciario y Carcelario, en coordinación con el Ministerio de Justicia, que permitirá deshacinar los centros de reclusión. También dice que ha tramitado ante los jueces la libertad de 48.264 internos, y la ha obtenido para 29.089. Si se otorgan nuevas libertades, disminuirá la sobrepoblación.
El presidente del Sindicato Unitario de Trabajadores Penitenciarios (UTP) pone como ejemplo de sus denuncias el caso de la cárcel Modelo de Bogotá, en donde, dice, hay 8.000 internos intramuros, pero solo 52 funcionarios del Cuerpo de Custodia y Vigilancia, que deben prestar todos los servicios a ese personal recluso.
“Y así está todo el país. La realidad de la escasez de personal es alarmante”, dice Arias. “Si miramos las remisiones en La Modelo, encontramos que diariamente salen 150 internos a diligencias de tipo administrativo, médico o judiciales, y la norma establece que deben ser dos unidades de guardia por cada interno”, explicó Diego Arias.
De otro lado, hace una advertencia que va del aspecto estructural al de seguridad: “La carga neta no soporta más de 5.000 o 6.000 internos. Y el día de visita son 8.000 internos más unos 8.000 visitantes. Estamos hablando de 16 mil personas… Si, de pronto, los internos llegan a hacer algún tipo de manifestación, esa cárcel se va a ir al piso”.
Según Arias, en las mismas condiciones se encuentran las cárceles de Bellavista, en Medellín; Vistahermosa, en Cali, y varios establecimientos más en el país, “porque son edificaciones vetustas que no fueron construidas con estándares para tener allí internos”.
Hacinamiento 1999-2011
Año Población Capacidad
1999 45.064 33.600
2000 51.548 37.986
2001 49.302 42.575
2002 52.936 45.667
2003 62.448 48.291
2004 62.708 47.825
2005 69.470 49.821
2006 60.021 52.414
2007 63.603 52.555
2008 69.979 54.777
2009 75.992 57.208
2010 84.844 67.975
2011 99.979 75.609
Nota: en el año 2009 se incluyen los cupos que generaron los establecimientos de Cúcuta y Yopal, inaugurados el 26 y 28 de diciembre de ese año, respectivamente, los cuales generaron 1.298 y 868 cupos, en el mismo orden.
Fuente: INPEC, Oficina de estadística. 2011.
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