DIEGO FERNANDO HIDALGO
LA PATRIA | MANIZALES
Jesús Ómar Celis suelta la herramienta, acomoda su moto, se pone de pie y sin dudar dice que en su vereda, ubicada a 15 kilómetros de Manizales, por la vía a Lisboa, hace mucha falta un hidrante. De inmediato recuerda que hace unos meses se presentó un pequeño incendio en una casa de esterilla, que tuvieron que apagarlo con arena y baldados de agua que tomaron de la quebrada de donde se surten del líquido.
Mientras en San Gabriel añoran eso, siete kilómetros más adelante, en la vereda La Garrucha existe desde hace varios años frente a la capill un pequeño hidrante, rodeado ahora de pasto y piedras. Luz Mary Castaño, quien dice que toda su vida ha vivido en ese sector, asegura que jamás han tenido que pedir el apoyo de los bomberos y mucho menos usar el hidrante. "Es más, creo que nadie en la vereda debe saber cómo se maneja eso. Además, ni mangueras habrá", afirma.
Estas historias reflejan las dos caras de la moneda de la zona rural de la capital de Caldas. Mientras en unas requieren de estos elementos en caso de emergencias, en otras ni los han usado. Según reporte de Bomberos al 31 de diciembre de 2011, hay 862 hidrantes en la zona urbana y 35 en la rural, de 65 veredas que tiene Manizales (ver infográfico).
Según el Plan de Emergencias de la ciudad, los desastres más numerosos registrados en Manizales son los deslizamientos. Sin embargo, la ciudad sufrió dos incendios devastadores en 1925 y 1926 y aún hoy es muy vulnerable al fuego, esencialmente en su zona central donde predomina un hábitat tradicional de bareque.
Jorge Iván Quintero, comandante operativo de Bomberos Manizales, reconoció que la situación más delicada es en la zona rural, a pesar de que se cuenta con hidrantes en algunas veredas. "La llegada hasta esos sitios es complicada, por lo que nos ayudamos con los finqueros que prestan sus estanques para surtir la máquina. Hay lugares donde son insuficientes los hidrantes, pero eso puede deberse a que la presiones que se manejan son muy bajas, comparadas con la zona urbana".
Sobre las medidas que se toman para bajar la vulnerabilidad, indicó que han capacitado a habitantes de varias veredas en primeros auxilios, en asocio con la OMPAD y la UMATA, y les recargan los extintores. Lo complicado es que cuando llegamos al sitio del evento el incendio ya se ha consumado, por lo que la ayuda primaria con el extintor puede servir.
Quintero explicó que en la ciudad hay zonas susceptibles a incendios porque el carro de emergencias no puede entrar o hay pocos hidrantes.
Eso ocurre especialmente en sitios catalogados como de alto riesgo, donde las autoridades no pueden instalar más hidrantes, pues por ser zonas vulnerables como El Aguacate, Zafiro, Granjas y Viviendas, Chachafruto, entre otros, no está permitido hacer ese tipo de inversiones.
"Ocurre, por ejemplo, en Sierra Morena. La entrada el vehículo es difícil. Hay dos hidrantes: uno en la parte alta y el otro en la baja. En otros sitios, como San Ignacio, cuando hay un incendio se debe analizar muy bien por dónde se entra para que la presión del agua ayude. En La Avanzada, Asís, Campamento, Jesús de la Buena Esperanza, creo que faltan. La zona más completa es la del Centro".
Recordó que cuando se presentó el incendio en Panorama desocuparon el tanque de la parte alta del Arenillo y que a veces se logran controlar porque se coordina con Aguas de Manizales para que se genere más presión en el sitio de la conflagración.
"El año pasado, en Galán, tuvimos problemas con un hidrante porque tenía poca presión. Tocó buscar otro que había en la Avenida. Es que depende mucho del diámetro de la tubería que pase por la zona del incendio", concluyó Quintero.
En el último reporte que Bomberos le pasó a Darío Alonso Martínez, líder de agua no contabilizada de Aguas de Manizales, el pasado 8 de junio, se le explica que hay 16 hidrantes con problemas y que requieren ser arreglados.
Son siete en La Enea, tres en la Zona Industrial, uno en Mirador de la Sierra, otro en Villaluz, dos en La Sultana y dos más en el sector de El Trébol.
El decreto 302 de febrero 25 de 2000 y la Resolución 1096 de ese mismo año dicen lo siguiente sobre los hidrantes.
Un hidrante es un elemento conectado al sistema de acueducto que permite la adaptación de mangueras especiales utilizadas en la extinción de incendios y otras actividades autorizadas por la entidad prestadora del servicio de acueducto.
Antes de los grandes incendios de los años 20 del siglo pasado, Manizales carecía de un sistema de acueducto.
Alejandro Gutiérrez, director de redes de Aguas de Manizales, indicó que las inversiones en hidrantes son bajas, con tendencia a cero, pues "la ciudad se ha consolidad, no crece para los lados y ahora no es necesario instalar más".
Aseguró que hacen jornadas de mantenimiento de estos elementos y cada vez que identifican algún daño lo reparan o si es conveniente, reemplazan el hidrante.
Sobre la zona rural, manifestó que si Bomberos considera que en algún lugar es necesario ubicarlos, se hace la gestión.
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