
EFE | LA PATRIA | Santiago de Chile
Por primera vez los chilenos elegirán hoy presidente haciendo uso del voto voluntario, y no obligatorio, para escoger entre nueve aspirantes que, en su mayoría, abogan por cambiar la Constitución, reformar la educación y combatir la desigualdad.
La inscripción automática en el censo supone la incorporación de casi cinco millones de potenciales votantes al antiguo registro formado por 8,5 millones de electores, que estaban obligados a votar por ley.
Estos cambios son fruto de una reforma política emprendida por el presidente Sebastián Piñera y apoyada por todos las fuerzas parlamentarias, incluida la oposición, que sin embargo ha criticado el hecho de que cientos de miles de chilenos que viven en el extranjero sigan sin poder sufragar.
El Gobierno, sin embargo, está preocupado porque un 53% de los chilenos, según una reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos, dice que no está interesado en la elección.
Sergio Acevedo Valencia, caldense que vive en Chile, explicó que ambas elecciones muestran un ambiente apático, pues falta entusiasmo entre la gente. "Lo que sí se observa es mucha publicidad en las calles, la cual detestan algunas personas por la contaminación visual. Aunque las encuestas dan como ganadora a Michell Bachelet, en la primera ronda, varios aguardan lo que pasará con la alianza de derecha, que puede perder el segundo puesto y no pasar a la segunda vuelta".
De todas maneras, dice, muchos de los candidatos de congreso del sector oficialista, que apoyan al actual Gobierno, dan como ganadora a Bachelet. "Algo incomprensible, dado que al actual Gobierno no se le han reconocido los grandes avances, que en comparación con las cifras macroeconómicas, dejan muy por debajo lo que fue el primer mandato de Bachelet. Y eso que Sebastián Piñera vio muy restringidas las posibilidades de inversión, ya que le tocó la reconstrucción del terremoto del 2010".
Estos comicios, en los que también se renueva toda la Cámara de Diputados y una tercera parte del Senado, pasarán a la historia al menos por otras dos circunstancias.
Por primera vez se presentan nueve candidatos presidenciales y, además, los chilenos podrán elegir a sus consejeros regionales, cargos de bajo perfil político, pero de suma importancia administrativa, toda vez que son los encargados de gestionar el presupuesto asignado a los diferentes ministerios.
Y si como apuntan las encuestas, la candidata de la Nueva Mayoría, la expresidenta socialista Bachelet, resulta ganadora, será la primera vez que una mujer es reelegida al frente de la presidencia.
"Las elecciones transcurrirán con normalidad. Es muy posible que gane Bachelet, a quien las encuestas y sondeos previos a las elecciones la dan como segura ganadora. En su primer mandato mostró dones de ser una gran gobernante, esperemos que lo pueda volver a hacer igual de bien. Chile es hoy en día un país con un nivel importante de desarrollo económico y social. Buena parte de sus logros como nación se deben a la gestión de los gobernantes que asumieron luego de la dictadura de Pinochet", opinó Álvaro Turriago Hoyos, profesor de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de la Sabana.
José Ángel Hernández, profesor del Departamento de historia y estudios socioculturales de la Universidad de la Sabana, manifestó que Bachelet podrá ganar en primera ronda, pues la de la alianza de derechas, Mathei, no ha repuntado, dado que durante casi cuatro meses tuvo igual número de aspirantes distintos.
"La derecha sabe de su probable derrota, aunque no por mucho margen, y por eso muchos de sus representantes se han desmarcado de la candidata oficial. La izquierda se ha propuesto cambiar la Constitución, lo que no habría sido posible al ser la derecha la mayoría en el Congreso. Por eso las llamadas de los partidos de izquierda es para que se acuda a las urnas y se les permita una reforma constitucional".
Aunque el comportamiento de los nuevos electores introduce un factor de incertidumbre en los comicios, los sondeos electorales evidencian que solo cuatro de los nueve aspirantes a ocupar La Moneda en los próximos cuatro años tienen alguna posibilidad. Hoy se sabrá si otra mujer se suma a las presidentas de Latinoamérica.
El probable triunfo de Michelle Bachelet en las elecciones presidenciales de hoy en Chile reforzará el poder político femenino en América Latina, una región donde, sin embargo, millones de mujeres son aún víctimas de discriminación y violencia.
En lo que se refiere al poder ejecutivo, las latinoamericanas han conquistado la cúspide, lo que no han hecho todavía ni estadounidenses ni españolas, ni francesas, por ejemplo, pero las diferencias de salario y de posición en el mundo laboral siguen siendo grandes y los índices de violencia machista elevados.
La mitad de las latinoamericanas y caribeñas no tiene acceso al mercado laboral y una mujer con 13 o más años de estudio gana un 37% menos que un hombre en la misma condición, según datos de la Comisión Económica para América Latina.
Además, la tasa de desempleo femenino (9,1%) es 1,4 veces mayor que la masculina, que es del 6,3%, de acuerdo con la ONU, y son muy pocas las mujeres que llegan a puestos directivos en las empresas.
Actualmente hay tres países latinoamericanos, los cuales suman alrededor del 40% de la población de la región, dirigidos por mujeres: Argentina, Brasil y Costa Rica.
Si los sondeos no se equivocan, Chile se sumará a la lista el 11 de marzo del 2014, fecha en la que asumirá quién gane las elecciones de hoy.
Michelle Bachelet, de 62 años, tiene varios récords en su haber. Fue la primera ministra de Defensa de Chile, la primera presidenta de la República y la primera directora de ONU Mujeres. Ahora va por más y aspira a dirigir nuevamente su país.
De momento, los astros y los números le son favorables porque goza de una casi imbatible popularidad entre la población, que le ha permitido encabezar todas las encuestas de opinión, varias de las cuales ya predicen su triunfo en primera vuelta.
Pero aunque cuente con un respaldo que muchos califican como "irracional" y que comparan con una suerte de "enamoramiento", el Chile que gobernará, si logra ser elegida de nuevo, no será precisamente "un lecho de rosas".
Cercanos a la candidata de la Nueva Mayoría reconocen que esta Michelle Bachelet "no es la misma" que una vez se hizo conocida por su sonrisa fácil, su espontaneidad y su capacidad de ponerse en los zapatos del chileno común y corriente.
"Lo que está claro es que no es la misma que asumió la primera candidatura", dice una fuente allegada a la expresidenta. No sería la primera vez que Bachelet cambia de piel.
Aunque ha dicho que "hubiera preferido un recambio generacional" y no volver a competir por La Moneda, se muestra segura frente a los desafíos que debe asumir, rodeada por un estrecho y hermético círculo de colaboradores que la respalda en su decisión de hablar lo justo y necesario, por mucho que sus detractores critiquen sus a veces prolongados silencios.
A sus 59 años, Evelyn Matthei es una ganadora. Hasta ahora su vida ha ido en ascenso, trayectoria que podría culminar en la Presidencia de Chile, cima que tal vez imaginó cuando decidió dedicarse a la política.
Un éxito que de ningún modo significa que la candidata oficialista a la más alta instancia política nacional haya vivido sobre un lecho de rosas.
Su mismo nombramiento como candidata fue azaroso, tras verse su partido, la Unión Demócrata Independiente (UDI), obligado a renunciar por diversas circunstancias a las candidaturas de Laurence Golborne y de Pablo Longueira, ganador este incluso de las primarias en las fuerzas conservadoras celebradas el pasado 30 de junio.
El candidato independiente chileno Franco Parisi, que se define como "un profesor de economía que quiere ser presidente", se ha propuesto pasar a segunda vuelta en las próximas elecciones con un discurso crítico con la política tradicional y alejado de los partidos.
Sin un respaldo partidista a sus espaldas, Parisi, de 46 años, ha apostado por una presencia constante en las redes sociales y ha ganado protagonismo en el debate político a raíz de su enfrentamiento con la candidata conservadora Evelyn Matthei.
Con la expresidenta Michelle Bachelet liderando todos los sondeos, Parisi está convencido de que puede convertirse en el segundo candidato más votado.
Hace cuatro años, el entonces candidato independiente Marco Enríquez-Ominami dio la sorpresa en la elección a la presidencia de Chile al alcanzar el 20 por ciento del electorado y después creo un partido, pero hoy le cuesta llegar al 10 por ciento de apoyo. Candidato a la presidencia por segunda vez, Enríquez-Ominami es el líder de la única fuerza política nacida en la reciente historia de la democracia chilena, el Partido Progresista, que en las municipales del año pasado logró siete alcaldías, entre ellas la de la ciudad fronteriza de Arica.
Hijo de un guerrillero muerto en la dictadura, Enríquez-Ominami irrumpió en el 2009 en el hermético panorama político chileno con un discurso renovador que le convirtió en la revelación de la campaña electoral.
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