TATIANA GUERRERO
LA PATRIA | MANIZALES
Mientras Brenda Lorena Ricaurte enhebra una aguja, realiza los cortes de las telas y se ubica frente a su máquina de coser para confeccionar faldas de 80 centímetros de largo, Yury Katerine Hernández cocina el maíz, lo muele y moldea sus arepas con queso y champiñones y hawaianas.
Mientras una invierte medio día cosiendo, la otra despacha tres arepas en cinco minutos. En medio de sus diferentes tareas, ambas tienen dos objetivos en común: emprender y dejar atrás el pasado.
En cada seda estampada, satinada y crepé, Brenda encuentra un motivo para sacar adelante a sus dos hijos, a quienes recuperó hace dos años cuando se reincorporó a la vida civil. "Es un proceso difícil. Cambié un fusil, unas balas y un proveedor por una aguja, un hilo y una máquina", cuenta.
A Yury la convenció la arepa 100% de maíz. Hace cinco años le compró la receta a una vendedora en Marsella, le agregó otros ingredientes y, en compañía de su madre y dos hermanas, le apostó a la cocina. Recuerda que desde pequeña vendía fritos en las escuelas de Riosucio, de donde fue desplazada hace 10 años.
Su primera feria
Sus historias se mezclaron ayer durante la primera Feria de Emprendimiento para la Reconciliación, organizada por la Universidad Nacional y la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN). Nueve unidades productivas de 23 personas, entre excombatientes y víctimas del conflicto armado, se concentraron en la sede Palogrande.
Ricardo Hoyos Giraldo, profesor de la unidad de Emprendimiento e Innovación de la Universidad, señaló que el objetivo de este espacio es que exhiban sus negocios y vean en el emprendimiento un camino para la paz y la reconciliación.
La academia y la ARN trabajan desde hace seis meses en la formación de los reinsertados.
"Se hizo un ejercicio de información, en el que se enseñó sobre innovación, propuesta de valor y se fortalecieron sus modelos de negocio".
Los participantes vienen de Manizales, Palestina, Neira y Pereira. Le apuestan a los sectores de aseo, artesanías, gastronomía, decoración, confecciones y textiles.
Catalina Ospina, de Zia Distribuciones
Diseñamos y ofrecemos artículos de decoración como muñecas de trapo, árboles de Navidad y plantas suculentas. Aunque no soy víctima ni excombatiente, creo que todos nos podemos relacionar y colaborar a la población.
Eduardo Capaz, Ecovet Veterinaria Estética
Mi emprendimiento tiene ocho meses. El tránsito a la legalidad ha sido muy duro, porque estaba acostumbrado al monte y me tropecé con una sociedad de odios. Sin embargo, empecé a mirar en qué podía ocupar el tiempo y le aposté a los animales.
Natalia Ortiz Betancurt, de Natilac
Pertenezco a la Unidad de Víctimas de Manizales, porque mi madre fue desplazada de Samaná. Emprendo desde hace cuatro meses a través de productos lácteos, bajos en grasa. También tamales caseros. Aspiro a consolidar recursos financieros para impulsar los proyectos.
María Cruz, Creaciones Mar & C
Toda mi vida he confeccionado prendas de vestir, pero hace siete años interrumpí mi oficio como costurera, porque fui desplazada por la violencia en Nariño. Ahora vivo en Manizales y mi especialidad son los uniformes para los Boy Scout, pero hago lo que sea.
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