EMPRENDIENDO | LA PATRIA
Inventarse excusas es un camino que representa una salida aparente a un problema o para evadir situaciones de amenaza, confrontaciones y salir victorioso.
Sin embargo, este recurso, incluso cuando parece inofensivo, genera un círculo vicioso que puede transformarse en un hábito del cual es muy difícil salir.
La empresa ManpowerGroup advierte que esta actitud casi siempre genera más mentiras y pueden meter en mayores problemas tanto a quienes las utilizan como a quienes los rodean.
Así, cuando un trabajador miente de manera frecuente, las posibilidades de que los empleadores lo detecten se amplifican y, además de generar desconfianza, puede ocasionar la impresión de falta de profesionalismo y excluir al mentiroso de proyectos futuros.
De acuerdo con un estudio de la compañía, más del 60% de los participantes consultados reconoció que dijo una mentira alguna vez. No obstante, señaló que la mayoría de falacias buscaban beneficiar o ayudar a otros.
Aquí una lista de cinco excusas que se pueden presentar en una organización, lo que puede ocasionar y las recomendaciones para minimizarlas:
1. Eludir responsabilidades o quitarse el muerto de encima: “yo no soy el responsable, es otro”
Por ejemplo, un cliente llama a la empresa para saber qué pasó con el material que solicitó hace un mes y aún no lo ha recibido.
El empleado responde que no es el responsable y que lo pertinente es que se comunique con el departamento indicado.
Esta respuesta transmite el mensaje de que no hay una responsabilidad compartida. Quien utiliza esa excusa genera poca empatía con el cliente, un indicador en el que se raja Latinoamérica. Lo correcto sería: Disculpe. Esa duda se la puede resolver mi compañero, voy a intentar pasarlo al teléfono. Un momento y perdone las molestias.
La empresa debe transmitir el valor de que todos están en el mismo barco y que no pertenecen a unidades independientes. Cada trabajador debe reconocer que es responsable de la empresa.
2. Las normas restringen la creatividad: “Imposible hacerlo. Es política de la empresa”
Un trabajador le sugiere al jefe que le gustaría que le revisara un proyecto en el que lleva trabajando varios meses y que ayudará a reducir costos en la empresa. Pero le expone que necesita disponer de varios informes de gastos para argumentar la idea ante accionistas.
Inmediatamente, el jefe dice que teme que va a ser imposible, porque no está permitido hacer públicos esos datos, pues es política de la empresa.
Este supuesto suele estar vinculado a aquellas organizaciones donde existe el miedo a saltarse las normas. Son empresas muy jerarquizadas y que no premian la iniciativa, la innovación y la creatividad.
Es probable que el empleado pierda el interés de presentar propuestas o ideas y una vez se presente un problema, la solución será la misma respuesta: no se puede. Es ley de la empresa.
Se recomienda que las normas y principios no se conviertan en un lastre para el día a día de los empleados y propiciar encuentros de participación y generación de ideas en pro de la compañía. Además, contribuir con recursos y brindar apoyo emocional a los trabajadores que tengan propuestas innovadoras que puedan convertirse en proyectos grandes más adelante.
3. Excusarse en la tecnología: “por causas ajenas a nosotros se ha caído el sistema…”
En una conversación, una persona le pregunta a otra si le llegó el informe.
Con un tono de desconocimiento le dice que no, porque han estado toda la mañana con el servidor caído y no ha recibido nada.
La tecnología es un pretexto que se utiliza mucho. Sin embargo, estas mentiras no pueden ser la salida para las responsabilidades que se intentan evadir, porque puede implicar bajos rendimientos para la empresa. Lo indicado es no abusar de esta excusa y responder con honestidad al otro, quien sí está cumpliendo con su función.
4. Falta de comunicación con el otro: “eso no fue lo que habíamos hablado en la reunión”
En una reunión de varios miembros de un equipo, se socializa un informe incompleto. Uno de ellos cuestiona que faltan puntos importantes.
El responsable de la entrega manifiesta que eso no entraba en el documento porque así no se programó en reuniones pasadas.
La excusa demuestra las fallas de comunicación entre los integrantes del equipo. Además, denota que no se cumplió con el trabajo que se pidió.
Lo aconsejable es que se registren o anoten las conversaciones y compromisos que se pactan en una reunión, no hay mejor memoria que el papel. Incluso, si es posible reunirse con anticipación para hacer una simulación de la exposición del proyecto e identificar los vacíos de información.
5. Ganar tiempo para idear qué hacer: “Perdón, no le pedí todos los datos necesarios”
Un día un cliente llama a un negocio y reclama que hace una semana llamó por una avería y aún no han ido para arreglarla.
El empleado se disculpa y señala que faltaron algunos datos y no pudieron localizar la dirección.
Esta mentira sería coherente si, ganando tiempo, hay la posibilidad de solucionar el problema. Por el contrario, es absurdo entregar esperanzas si no las hay. Se debe anteponer la honestidad con el usuario y dar una respuesta que le aclare la duda. De esta forma el cliente podría decidir si opta por otra alternativa que le solucione su el problema.
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