LAURA SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
El jueves a las 2:00 p.m, en la casa cural de la iglesia del barrio El Carmen, hay libros, lápices y hojas. Hay sillas plásticas grandes que también sirven como mesas, y hay niños con sus ganas de aprender.
Paula Andrea Correa no es profe, pero para los niños de El Carmen es como si lo fuera. Reconocen en ella las habilidades de maestra cuando les explica sobre lectura y escritura los jueves en la casa cural.
Hace cinco años se reúnen en este espacio que les prestó el sacerdote Ílder Andrés Gómez. "Tengo unos familiares en Australia que me propusieron que sería bueno que empezara una actividad con los niños para incentivar en ellos la lectura y la escritura, para que ellos tuviesen amor por el estudio. Ellos me apoyaron a través de una fundación que se llama World Literacy Foundation, que aporta juegos, libros, cuadernos, materiales".
Cada encuentro se extiende hasta las 5:00 p.m. con actividades, revisión y un refrigerio. Una jornada que se alarga gracias a la ayuda de su mamá, María Graciela Londoño, y su amiga Diana Elizabeth Beltrán.
A veces la acompañan mamás como Hermelinda Ramírez, que también lleva cinco años llevando a sus dos hijos: "Al principio había niños que no sabían leer ni escribir. Ella viene y los acompaña, les enseña y les ayuda, ella es muy chévere. Ella tiene mucha paciencia para enseñar".
Hermelinda dice que la casa cural es un sitio estrecho para por lo menos 25 niños que no tienen pupitres, solo sillas y algunos materiales para los ejercicios en clase.
"Llevamos cinco años. Nosotras no somos profesoras, pero hacemos nuestro esfuerzo por preparar las clases con mucho amor": Paula Andrea Correa (centro).
La entrega
Juan Diego Gutiérrez, de 17 años, estaba el jueves dictando frases a sus pupilos, que son como él, que reforzaron el aprendizaje con Paula Andrea en la casa cural. "Comenzamos con un grupo pequeño, y con la profesora Paula Andrea aprendimos a leer y a escribir, nos formó como personas, nos educó y ahora le devuelvo el favor enseñándoles a los niños".
Asiste los jueves cuando puede, porque sus compromisos de grado once le aprietan su agenda, pero para los niños buscará un espacio. Se refiere a Paula Andrea como quien los calma, les enseña a ser tranquilos. "Nos ayuda a ser mejores personas, nos enseña el respeto, la amistad y la tolerancia, la equidad y la unión".
Por su parte, Santiago León, fiel asistente, expresó en palabras más sueltas: "Estas clases son muy divertidas porque la profesora siempre nos apoya en lo que no tenemos, si no tenemos cuadernos o útiles escolares ella siempre nos dice bien pueda, tome. Uno aprende mucho, todo lo que nos ofrece es con mucho amor".
"Somos un pueblo que no lee y esa realidad nos ha acompañado a través de los tiempos, por eso desarrollar esta labor nos genera cada día un compromiso más serio y relevante en todas las actividades lúdicas que preparamos para ellos". Paula Andrea Correa.
Cristian Gallego: Estos espacios son muy buenos porque nos enseñan muchas cosas. Estamos haciendo un dictado.
Hasly Yulieth Giraldo: Las actividades son muy buenas porque aprendemos a leer y a escribir. La profesora es muy buena con nosotros y es muy paciente.
Ángel Fabián Mora: Me gusta como jugamos, como leemos, como aprendemos y portarnos bien en la escuela.
Estrella Montoya: Cuando no tengamos días de estudio no estaremos en la calle, sino en esta actividad. Aprendiendo más.
Para que sepas
* Este año legalizaron la Fundación Aprende Leyendo en Manizales.
* Buscan voluntarios para que ayuden con la formación de los niños.
* Usted puede aportar a estar iniciativa a través de libros, materiales, donando dinero, apadrinando a un niño.
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