LAURA SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Cinco maestros de municipios de Caldas, algunos de zonas rurales, dan sus reflexiones sobre el cierre del año escolar. Cuestionan los problemas de conectividad y recuerdan el aula presencial.
El encuentro
Arcángel Botero
I.E.Gregorio Gutiérrez, corregimiento Los Planes (Manzanares)
Al inicio del año uno se planifica para un año lectivo normal, en un aula de clase. Es un revolcón para todo. Lo más difícil fue no contar con los recursos suficientes para atender a toda la población y no poder compartir. El aula es más que repartir una teoría, es un espacio de gestión comunitaria en que nos formamos todos. La dinámica institucional de grados y de despedida de estudiantes de décimo y once. Quedaron faltando cosas, quizás lo hicimos, pero no fue lo mismo, porque no compartimos esa vida en comunidad. Un reto es replantearnos la deserción, que nuestros estudiantes no se vayan del aula de clase por otros intereses.
Foto | Cortesía para LA PATRIA
Recrear sus entornos rurales fue una actividad que impactó a estudiantes de la I.E. Gregorio Gutiérrez (Manizales), quienes posaron para fotos creativas.
Faltó conectividad
Ana Milena Loaiza
I.E. El Águila, vereda El Águila (Belalcázar)
Lo más duro fue el tema de la conectividad para que los estudiantes accedan a los diferentes contenidos. Lo otro fue el contacto porque hay estudiantes que requieren la presencia del maestro.
Lo difícil también fue la salud mental de los estudiantes, que tienen depresión y problemas en casa. El colegio se convierte en una salida a esos problemas. A veces somos referentes de tranquilidad.
No siempre hay que seguir los currículos como los plantean, hay contenidos que se pueden transversalizar, nos permite cambiar nuestra labor docente, ser más reflexibles. Nos queda la recursividad.
Compartir con estudiantes
David Felipe López
I.E. Crisanto Luque, corregimiento Samaria (Filadelfia)
Lo más difícil fue no compartir con los estudiantes porque soy un profe querendón. Eso es lo más complicado, no poder verlos ni compartir con ellos. Además, hay muchos que tienen problemas en sus casas.
Trabajo en una institución que tiene muchas sedes rurales que necesitan muchas reuniones presenciales, por eso el aprendizaje que queda es que esas reuniones no tienen que ser presenciales, pueden ser virtuales y se ahorra mucho tiempo de traslado.
Aprendizaje débil
Doriela Muñoz
I.E. Montebonito, corregimiento Montebonito (Marulanda)
Lo más complicado fue saber qué íbamos a hacer para imprimir y escanear, luego aprendí a tomar las fotos con el celular. Con algunos estudiantes no me pude comunicar porque no tenían señal porque había que explicar por vía telefónica. La pandemia nos dio un vuelco total y uno debe tener mucha paciencia y entender las capacidades de los estudiantes. Al principio pensé que no lo iba a lograr y ahora somos conscientes que los estudiantes pasarán de un grado a otro con muchas deficiencias.
Más capacitación
Víctor Largo
I.E. Dorada (La Dorada)
Lo más complicado fue no adaptarme a la no presencialidad, luego a usar plataformas para videoconferencias a las que no estaba acostumbrado. Al inicio enviaba talleres y pasé a clases, a las que sentía que no llegaban casi estudiantes y eso generó mucha angustia en mí. Después creé una fanpage en Facebook para que estuvieran más conectados conmigo.
No estamos listos para la virtualidad pese a las plataformas, nos faltan más recursos y capacitación. Sería que nos siguieran capacitando para dar una educación de calidad.
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