Freddy Arango
LA PATRIA | Manizales
La temporada escolar también es la de las carreras para María Doris López Giraldo. Ella es representante de Cotexcal, empresa que lleva 14 años en la fabricación de uniformes.
En una enumeración describe el afán de todos los fabricantes por entregar a tiempo los uniformes con los cuales, por ejemplo, los estudiantes de Manizales iniciarán clases mañana.
1. "Recibimos los pedidos y sacamos la muestra del respectivo colegio".
2. "Hacemos el trazo y el corte para ser enviados a su principal punto de apoyo para la confección de prendas".
3. "Son enviados a los 20 talleres satélite en Manizales y Villamaría. Cada uno se enfoca en una o dos prendas, la especialidad garantiza la calidad de cada una".
4. "Se les entrega todo el material cortado con todos los insumos, la talla y la marquilla, los forros y unas especificaciones técnicas que deben de cumplir y la muestra física”.
5. "Se hace un despacho de taller maquila. A cada taller se le específica el pedido de un número de prendas. Y se le pregunta: ¿puede o no puede cumplir?.
Jazmín Vásquez, de Confecciones Sulami, lleva 10 años con su taller satélite en su casa en Villamaría. Allí les da empleo a siete operarias. En enero y febrero se sostienen con los uniformes requeridos por las empresas Cotexcal y Angeli.
La señora indica que les envían el material cortado con la muestra. “Solo ponemos los hilos y luego nos encargamos de armar la prenda".
De esta manera quedan listas pantalonetas, sudaderas, pantalones, camibusos, camisetas, faldas, delantales para colegios como El Gemelli, La Consolata, LANS, San Miguel, San Jorge, Seminario Redentorista y jardín infantil Santa Bernardita, además de universidades como la Autónoma, de Manizales y de Caldas.
Hasta febrero
La temporada alta de venta de uniformes empieza en diciembre y va hasta la primera semana de febrero. Se repite en mitad de año. La de universidades es en enero, julio y agosto.
Promedio
El precio de un uniforme para colegio privado está, en promedio, entre $300 mil y $400 mil. Quienes fabrican a este valor garantizan un año de duración de la prenda.
Beatriz Elena Restrepo lleva siete años confeccionando los uniformes y haciendo las muestras que son enviadas a los talleres satélites donde trabajan madres cabeza de familia para que produzcan en serie. Dice que los más delicado de trabajar son los bléiser y lo más fácil las jardineras y pantalones de sudaderas. “Cuando veo a las niñas del Gemelli o de otros colegios pienso: tan bonitas que hago esas faldas”.
Jhon Freddy Ospina, encargado de los bordados, diseña los nombres en computador y después por cable USB a la máquina bordadora. En la confección se pega en la prenda de colegio.
Gloria Nelly Granada se encarga de emparejar la chaqueta para que los ruedos se vean derechos.
Sandra Milena Muñoz hace 10 años se dedica a confeccionar. Se enfoca en el dobladillo de las camisetas que es lo último que se hace.
Gloria Nancy Gaviria lleva 13 años en el área de terminados mirando que la prenda esté bien confeccionada, que no esté descocida para luego plancharla, doblarla, empacarla y ser entregada al punto de venta.
Luis Javier Naranjo le mide el uniforme a su hijo Juan Alejandro Naranjo Mejía, del colegio Agustín Gemelli. Paga $150 mil por cada uno.
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