Diez años después de haber decidido competir en el mercado de los cafés especiales, la marca Toledo es una de las más reconocidas en el país y en el mundo. El gerente comercial de la Federación Nacional de Cafeteros, Carlos Alberto González, dijo que dentro los cafés de origen -aquellos que tienen un valor agregado por el lugar donde se producen- el de Toledo tiene una gran aceptación en los mercados de Estados Unidos, Asia y algunos países europeos.
El éxito de esta marca en el mercado internacional se debe a tres razones fundamentales: las buenas condiciones climáticas, los componentes adecuados de los suelos y la calidad del proceso de cultivo que han desarrollado los productores de Toledo, Lavateca y Chitagá, los tres municipios donde se cultiva el café de esta marca.
El líder departamental de extensión rural de Fedecafé, Gabriel González, indicó que en el proyecto de la Marca Toledo participan cerca de 2.000 productores y se utilizan más de 2.300 hectáreas. Sin embargo, el funcionario explicó que aunque este es el proceso más exitoso de café especial en el departamento, no es el único.
En total, de las más de 27.000 hectáreas sembradas de café que hay en Norte de Santander, 13.000 tienen el certificado de café especial, teniendo en cuenta que dentro de esta categoría también se incluyen los cafés sostenibles, aquellos que se producen en base a conceptos de responsabilidad social; y los cafés de preparación, que se hacen en base a las exigencias de los clientes.
Los cafés especiales representan cerca del 35% de la producción total del departamento, que este año se espera llegue a los 16 millones de kilos.
A nivel nacional, explicó el gerente comercial de Fedecafé, estos productos diferenciados cobijados bajo la Marca Café de Colombia, representan más del 50% de las exportaciones del grano del país, llegando a 1,2 millones de sacos anuales puestos en el mercado internacional.
“Los cafés especiales forman parte de la estrategia de valor agregado de la federación y este trabajo tiene sentido para el productor porque el precio que se paga es más alto”, agregó González
¿Un café especial?
El primer requisito para que un café tenga un valor agregado es la calidad. “Esto implica un trabajo milimétrico del productor para recoger las cerezas en el momento en que esté maduras y después hacer el proceso de conservación adecuado (...) Si hace eso bien la probabilidad de tener un café fino es muy alta”, explicó González.
En relación a la certificación de café especial, el funcionario indicó que el proceso de debe hacer ante la Federación.
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