Papitas fritas, negocio con sabor natural

ADRIANA OSORIO

NEGOCIOS | LA PATRIA

En las loncheras, para preparar perros calientes y hamburguesas, en los refrigerios empresariales y en los morrales de los estudiantes las papas fritas naturales están entre los acompañantes favoritos.

Aunque su demanda ha permitido que se convierta en un negocio apetecido, los cambios constantes en el precio de la papa pone en aprietos a los empresarios. Así ocurrió durante casi dos meses por cuenta del paro de camioneros que terminó el viernes de la semana pasada y que puso a las empresas a comprar papa por cerca de $100 mil el bulto, frente a los $64 mil que costaba antes de la protesta. A pesar de las dificultades, en Manizales varias empresas se mantienen firmes y buscan expandirse.

NEGOCIOS habló con representantes de varias compañías en la ciudad y una de Chinchiná.

Su trayectoria es de 18 años

Padres de familia y empleados de empresas son los clientes frecuentes de Fritos Mary, una empresa que lleva 18 años en la producción y venta de papas. Está ubicada en la Avenida Paralela, cerca de la glorieta de la 52.

Leidy Johana Reyes, trabajadora del lugar, cuenta que a diario empacan cerca de 40 docenas de paquetes de papas y cada docena cuesta $7 mil. Pero si usted solo quiere un paquete, también se lo venden, y le cuesta $650.

A pesar de la experiencia y de la capacidad de producción, Leidy aclara que no distribuyen sus productos en tiendas ni supermercados por dos razones: tienen registro sanitario, pero no tienen registro Invima y porque las cuentas no les dan. "Si les vendemos a las tiendas, nos tocaría vender muy barato y no nos da. Y con un supermercado de la ciudad intentamos una vez, pero ellos pagan al mes y así no sirve", contó Reyes, mientras empaca papas en pequeñas bolsas de plástico transparentes. Cada una pesa 20 gramos aproximadamente.

Relata que el paro camionero que terminó hace más de una semana los puso en aprietos para conseguir la materia prima, pues prefieren la papa Capira de Bogotá, pero tuvieron que producir con lo que les llegaba del páramo de Letras. "La clave también está en cortar bien las tajadas y saber el punto exacto de calor del aceite para que quede buena", relató.

Leidy recordó que la primera sede de Fritos Mary estuvo cerca del Comando de Policía Caldas, en el barrio Linares, y hace 15 años están en el local actual.

También producen plátanos verdes y maduros, chicharrones y jalapeños, aunque en menores cantidades. Por ejemplo, a la semana salen a la venta 20 docenas de plátanos verdes y maduros y 100 paquetes de jalapeño, pues las preferidas son las papas.

Luego del paro, Leidy y su mamá, que es la propietaria de la empresa, esperan que la situación mejore y por lo menos esta semana ya compraron el bulto de papa a $65 mil, $35 mil menos que hace dos semanas.

Foto | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA

Leidy Johanna Reyes empaca sus papas en bolsas transparentes, sin marca, y las exhibe en el mismo lugar donde las fabrica.

Arranca en medio de dificultades

Jorge Wilson Bedoya, gerente de Sabanitas, ha tenido que sortear varios obstáculos para arrancar con Productos Sabanitas.

Relató que aunque desde febrero del 2015 empezó el montaje de la empresa, que está en el barrio El Bosque, solo hasta este año empezó la producción. "En Manizales es muy difícil hacer empresa. Se demoraron siete meses para instalar un transformador trifásico y se demoraron cuatro meses para una red de gas industrial. Es complicado y son muy cansones con las normas", expresó.

Su idea de crear una empresa de papas fritas nació porque tiene un cultivo de este tubérculo en Boyacá y pensó en regresar a la capital caldense para crear una cadena. "Estoy radicado en Bogotá, quería volver a Manizales, pero ha sido difícil", manifestó.

A estos problemas se sumó el paro camionero que dejó sin abastecimiento de papa a la empresa y si la conseguían, debían pagar casi $100 mil el bulto.

En las condiciones actuales, la compañía produce cerca de 500 docenas mensuales, pero según Jorge Wilson, se podrían sacar unas 6 mil docenas en el mes.

Las ventas se hacen directamente a vendedores, que por su cuenta distribuyen el producto en tiendas y supermercados. Cada docena cuesta $4 mil, es decir, que cada paquete le sale al vendedor a $334. "Otro problema es que el mercado en Manizales exige productos muy baratos y así no dan las cuentas", enfatiza el gerente. Productos Sabanitas genera tres empleos directos y cuatro indirectos.

Su meta es llegar a otras ciudades

Todos los días a las 6:00 de la mañana ya están prendidos los freidores de Colombianitas, una empresa familiar. Los esposos Víctor Iván Arce Tabares y Adriana Castaño Muñoz son los propietarios del negocio, que vende a surtidoras, distribuidores, restaurantes, tiendas y piqueteaderos.

Esta familia emprende desde el 2007, cuando unos familiares les ofrecieron comprar un entable para frituras. Aceptaron la propuesta e invirtieron unos ahorros para empezar a trabajar.

"Al principio fue muy difícil porque no teníamos los recursos necesarios para hacer las cosas como debían ser, pero fuimos organizando todo y aprendiendo", relató Víctor Iván.

Ese proceso se transformó en el 2012, cuando registraron la marca Colombianitas. "Salió de los mismos clientes. No recuerdo el nombre anterior, pero la gente veía que el logo era con los colores de la bandera y les empezaron a decir colombianitas, entonces así las dejamos", contaron los esposos.

Respecto a la rentabilidad, Adriana dijo que a veces es complicado porque la papa se pone cara y aún así hay que sostener el personal para responderle al mercado. "Este es un negocio en el que hay competencia cuando la papa está barata, cuando está cara dejan de hacerla. Nosotros nos mantenemos firmes para responderles a los clientes", resaltó Adriana.

Tal vez esta es una razón por la que varias empresas ya los conocen y les hacen grandes pedidos para atender eventos o reuniones empresariales. La producción diaria llega a 1.200 paqueticos, que empiezan a distribuir a las 8:00 de la mañana. Una docena cuesta $5 mil 200, y aunque su producto tiene tres meses en buen estado, antes de que se venza, el éxito del negocio, según Víctor, es que no guardan producción y solo sacan por pedidos, por lo que el cliente siempre consume papas frescas.

Colombianitas genera tres empleos directos, más los de sus propietarios, y su meta ahora es tener una sede más amplia, con el fin de surtir negocios en otras ciudades.

Foto | Martha Elena Monroy | LA PATRIA

Adriana Castaño y Víctor Iván Arce son los propietarios de Colombianitas.

De Chinchiná para el Eje Cafetero

JULIÁN GARCÍA

LA PATRIA | CHINCHINÁ

Carlos Fabio Montoya Toro antes era un vendedor de helados en la calle y decidió ponerse en la tarea de cambiar este producto por papas y plátanos en 1992, en pleno racionamiento de energía, pues sin electricidad no podía hacer funcionar los congeladores.

Al inicio todo lo hacía de manera artesanal. Usaba el patio trasero de su casa como fábrica, fritaba en una olla y salía a vender en los colegios, en las esquinas de Chinchiná y donde se lo requirieran.

Comenzó el negocio con una arroba de papa y de plátano y hoy en día en su empresa se procesan tres toneladas semanalmente y se generan 10 empleados directos.

La fábrica estuvo en varios sitios del municipio hasta que compró un lote a la entrada del barrio La Isla, donde hoy en día tiene la sede.

La marca Pasabocas Papy's, con la que está registrado en el Invima, la pronunciaron sus hijos cuando estaban pequeños. Los dos pavos símbolo del empaque, son copia de una tarjeta de matrimonio.

En la actualidad la compañía produce papitas, maduritos, verdes, y la mini, que son paqueticos a $100. Carlos Fabio considera que en este país es difícil hacer empresa.

Los recursos para empezar los consiguió Montoya Toro en 1996, cuando recibió un crédito apalancado por la Alcaldía de Chinchiná.

Y recordó lo difícil que fue obtener el registro Invima. “Lo complicado es adecuar la infraestructura y cumplir los requisitos exigidos”, dijo. Sus productos los distribuyen en tiendas de barrio del Eje Cafetero.

Foto|Julián García|LA PATRIA

Carlos Fabio Montoya Toro arrancó con su negocio de frituras en pleno apagón de 1992. Son frituras de plátanos y papas. Está ubicado en la entrada al barrio La Isla de Chinchiná, por la salida a Manizales.