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José Loaiza es uno de los 4,5 millones de colombianos que actualmente utilizan la motocicleta no solo como medio de transporte sino de trabajo, ya que se desempeña como escolta.
Esta tendencia cada vez se observa más en el país y es una de las causas por las cuales las ventas de estos vehículos han aumentado en Colombia, al punto que en 2011 se comercializaron 530 mil 304 motocicletas nuevas, 136 mil 864 unidades más que en 2010 cuando se vendieron 393 mil 440, un incremento del 34,8%. Esta cifra incluso supera a la de comercialización de carros que el año pasado creció 27,8%.
“Hace 16 años tengo moto y antes se veía como un lujo o por afición, pero ahora es prioridad porque mucho empleo requiere moto o la gente la usa como medio de transporte por ser muy económica”, afirmó José afuera de un taller ubicado sobre la carrera 22 en Manizales, luego de que le revisaran su moto color verde.
Precisamente en la capital caldense cada vez es más común ver muchas motocicletas rodeando un automóvil en un semáforo, circulando con niños para llevarlos al colegio, o parqueadas frente a los bancos y otras entidades mientras los mensajeros hacen sus vueltas.
Según cifras del consorcio Servicios de Tránsito de Manizales (STM), mientras en 2010 se registraron en la ciudad 4 mil 700 motos, el año pasado fueron 5 mil 900, un aumento del 25,5%. Sin embargo esta entidad advirtió que anualmente también matriculan motocicletas comercializadas en municipios de Caldas como La Dorada, Supía, Riosucio y Anserma.
En un comunicado de la Andi, Juliana Rico, directora de la Cámara de la Industria Automotriz de este gremio, comentó que el creciente poder adquisitivo y los atractivos planes de financiación, hacen posible que cada vez más colombianos pueden acceder a un vehículo propio como la moto. “Así se evidencia cómo en Colombia la motocicleta ayuda a la población de menores ingresos a mejorar sus opciones de movilidad”.
Metas cumplidas
José Loaiza trabaja 12 horas en su moto de 180 centímetros cúbicos de cilindraje y cada 15 días le echa $60 mil de gasolina. “Es supremamente económico. El cambio de aceite es cada dos mil o tres mil kilómetros y vale $25 mil. Ya con el casco es mejor cambiarlo cada dos años por seguridad porque a uno de pronto se le cae, lo golpea y se va deteriorando”, anotó.
Este beneficio para el bolsillo de los ciudadanos, es uno de los principales argumentos que esgrimen los comercializadores de motos para atraer compradores, como lo reconoció Liliana Arrieta Naranjo, administradora de Sumoto del Otún, distribuidor de Auteco que lleva cuatro años de funcionamiento. “En 2011 vendimos 770 motos en Manizales, un crecimiento del 80%. En el momento las entidades financieras están prestando muy fácil, e incluso nosotros tenemos crédito directo”.
La moto más barata que ofrecen es de motor de cuatro tiempos, 100 centímetros cúbicos de cilindraje, encendido electrónico, y cuesta $2 millones 600 mil. “Nosotros somos competitivos en el sentido que es la marca más económica en precio, consumo de combustible y repuestos”, afirmó Liliana Arrieta quien agregó que en enero estuvo un poco bajo el movimiento de ventas, pero que se recuperó en febrero.
Aunque la llegada de estas nuevas referencias dinamizó el mercado, las marcas tradicionales también siguen en la pelea. Claudia María Salazar Castaño, gerente de Suzuki motor de Colombia en Manizales, dijo que el año anterior vendieron 500 unidades y la meta para 2012 es comercializar unas 650.
“Tenemos crédito directo en el almacén y manejamos alianzas con bancos, Confamiliares y Aguas de Manizales. No pedimos cuota inicial sino que se presta el valor total de la moto, lo que hace que la gente acceda muy fácil al vehículo”, declaró Salazar Castaño quien añadió que el 50% de las ventas son de contado y la cartera que manejan es sana.
Los repuestos
Luis Fernando Salazar es el propietario Rapirepuestos desde hace 12 años, negocio ubicado sobre en la carrera 22 con calle 16. Mientras revisa el motor de una motocicleta, piensa un momento y dice que la venta de motos se ha incrementado en casi un 100% en los últimos años, lo que ha beneficiado a su local. “Hay unos días en que al taller pueden llegar 20 o 30 motos, como hay otras veces que llegan 5 o 10, pero el movimiento sí es mucho”, afirmó.
En el momento trabaja junto con tres empleados, dos de las cuales contrató en los últimos años debido al incremento de personas que han comprado motocicleta para desplazarse o trabajar. Sin embargo, la competencia nunca falta.
“Es un poco complicado porque hay unos que trabajan por menos plata, pero en general es bueno porque se mueve el mercado. Estamos bien posicionados y si las cosas se hacen bien y con amor, pues se sale adelante”, afirma Luis Fernando quien ya piensa en vender accesorios para motos en su negocio y así captar muchos más clientes.
Finalmente agrega que los arreglos más comunes son el cambio de aceite, los frenos y el cambio de guayas. “También se ve mucha moto estrellada, pero eso ya es por descuido de la gente”.
En esta percepción coincide José Loaiza, que reconoció que se ha caído dos veces en la moto. “Las mujeres son más prudentes y tranquilas que nosotros entonces tienen menos accidentes. Si un hijo mío dice que va a comprar moto, no me da susto, porque le he dado ejemplo de responsabilidad y de respetar las normas de tránsito”, concluyó.
Accesorios para todos los gustos
Rodeados de decenas de cascos y llantas trabajan Mauricio Rendón (derecha) y Miguel Ángel Osorio (izquierda), empleados de Mototienda, un almacén de accesorios que lleva unos tres años en el mercado.
Mauricio tiene moto desde hace 14 años y hace unos cinco empezó a trabajar en la venta de estos artículos. “Las ventas se han incrementado un 60% porque ya la gente no tiene la facilidad de salir en su carro al Centro entonces adquieren una motocicleta para ir a trabajar porque consume menos combustible y cabe en cualquier lado. Antes era por gusto y ahora es una necesidad”, indicó.
Entre los productos que más venden están los chalecos reflectivos, con precios entre los $15 mil y los $150 mil, dependiendo de las características especiales que tengan. También están los cascos con un costo entre $35 mil y $100 mil (los más económicos), y ya dependiendo de la seguridad que se requiera pueden alcanzar los $2 millones.
Este mercado que antes era casi exclusivo para los hombres, ahora encuentra en las mujeres unas clientes importantes. “Han entrado muy fuerte en el mercado entonces tenemos cascos rosados, con flores, con corazoncitos, y abiertos para que ellas no se sientan tan encerradas. Igualmente están los chalecos rosados, guantes y protecciones para el cuerpo”, explicó Mauricio.
Ahora que los motociclistas pueden llevar parrilleros hombres, luego de que se levantara esta prohibición en la ciudad, espera que esto también mejore sus ventas. “Para la comunidad de los motociclistas esto significa bienestar porque muchas veces en la casa usted tiene un sobrino o un hermano que se deben movilizar los dos en la moto para ahorrar costos”, comentó Rendón.
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