En medio de los buenos resultados que entregó el gerente saliente de la Licorera de Caldas (ILC) tanto en ventas como en utilidades y las expectativas de llegar a nuevos mercados, los tres sindicatos de la destilería, mantienen sus críticas sobre la saliente gestión.
Junto con sus reclamos por el cierre de la planta de destilación, los dirigentes de Sintrabecólicas, Sintraemilc y Sinaltralic, cuestionaron la falta de alcoholes para producir ron de tres años y el debilitamiento del patrimonio autónomo. Incluso hablan de la pérdida de unos $10 mil millones. Jaime Yepes, presidente de Sintraemilc, consideró como un desatino la decisión del gerente de presentar una propuesta de reestructuración de cargos, justo antes de terminar el año, pues es una tarea que tiene que asumir el nuevo gobernador.
Lo que sí destacan es que el gerente saliente Jorge Iván Orozco Hoyos, tuvo varios aciertos y que le devolvió la credibilidad e imagen a la entidad.
También destacaron el anuncio del exgerente de invertir $8 mil 400 millones para fortalecer ese patrimonio autónomo, con recursos de la indemnización que le pagaron a la ILC por el incendio que se produjo en el 2011.
Acusaciones falsas
El exgerente Jorge Iván Orozco Hoyos, salió a la defensa de su gestión, al destacar que muchos de estos reclamos ya los respondió, y que lo que se busca es ponerle trabas y afectar la imagen de una empresa recuperada.
Los sindicatos se mantienen firmes en que el gerente pasa la gestión en la ILC, pero raspando, con una nota promedio de 3,2. A continuación algunos de sus reclamos y la respuesta del gerente.
El reclamo
* Víctor Bustacara, secretario general de Sintrabecólicas: Apagar la destilería fue el peor desacierto. La inversión ambiental no es tan alta como se dijo, de 5,5 millones (cerca de $16 mil millones). Hay ofertas por $5 mil millones para la plantas para el tratamiento de vinazas y aguas residuales industriales. Además las inversiones no hay que hacerlas todas de una vez. Hay unos 30 mil barriles en las bodegas desocupados y deteriorándose, de los cuales hay que dar de baja a muchos de ellos. El problema es que cada día hay más barriles que se desembarrilan. Le pongo una nota de 3,0.
* Jaime Yepes, presidente de Sintraemilc: Me parece un desatino que el gerente y el gobernador salientes hayan querido presentar una propuesta para reestructurar la planta el 28 de diciembre, uno no sabe si para efectuar cambios o incluir personas recomendadas. Se necesita un estudio claro sobre el manejo ambiental. En la parte de alcoholes se tienen que seguir haciendo pruebas, porque hasta ahora no reúnen todas las condiciones organolépticas. Buena la propuesta de inyectarle recursos al patrimonio autónomo, pero hay que esperar, el cual es viable a seis años. Le pongo 3,5.
* Nancy Elena Noreña, presidente de Sinaltralic: tuvo aciertos y desaciertos, y entre los aspectos positivos hay que destacar que logró mejorar la imagen de la empresa y mejores ventas. Su promesa de inyectarle recursos al patrimonio autónomo también es responsable. Fue un error no prender la planta de destilación, aunque los alcoholes extraneutros que se han traído para producir aguardiente reúne todas las condiciones de calidad. Frente a las tafias, para la producción de ron se siguen haciendo pruebas. Le pongo una nota de 3,0.
La defensa
Jorge Iván Orozco, exgerente de la ILC
Lo que hizo la empresa frente a su planta de destilación fue responsable, pues no tenemos forma en el inmediato futuro de invertir 5,5 millones de dólares. Hay muchos magos con bolas de cristal que dicen que pueden solucionar el problema ambiental, pero la ILC no puede ponerse a invertir en pruebas experimentales, que no dan ninguna garantía.
Los alcoholes que se han traído son de excelente calidad, así unas personas del sindicato y que defienden un interés personal no lo acepten. Me parece irresponsable que salgan a hacer este tipo de denuncias, pues las tafias han sido recibidas a satisfacción y compatibles con lo que hacemos.
Con respecto al patrimonio autónomo, les propuse reducir el aporte en el plan complementario de salud convencional, al igual que en el Fondo de Vivienda, con el fin de recoger unos $800 millones, más los $500 millones o $600 millones anuales que aportaría la empresa, y tener por año unos $1.300 millones para nutrir ese fondo.
No se puede hablar de déficit o pérdidas de $10 mil millones, pues cuando hubo tasas de rentabilidad que superaron el 16% al 18%, dichos rendimientos se capitalizaban. Sin embargo, con las actuales bajas tasas del 5% y el 6% y una inflación que rodeará el 7%, el fondo pierde plata.
Tengo 20,5 millones de litros de tafias, estoy sentado en la riqueza. Tenemos la producción para responder por 10 años consecutivos, así no se embarrilara. Por esta razón se quiere incentivar el consumo de rones más añejos y que el consumidor tenga derecho a esos licores.
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