Dulces La Cabaña: 35 años en el dulce negocio de la colación

JUAN CARLOS LAYTON

LA PATRIA | MANIZALES

"Desde que el Diablo estaba chiquito", responde con una carcajada Jesús Antonio Ayala Ospina, empresario de Supía, para referirse al oficio que aprendió desde pequeño y el cual le permitió sacar adelante su empresa de colaciones y alfandoques Dulces La Cabaña. Hoy ya cumple 35 años.

No fue fácil, asegura, pero destaca que la persistencia y el amor por este producto y la herencia que le dejó su padre, Herculano Ayala, lo llevaron a mantener esta tradición familiar.

Actualmente, según la misma Alcaldía de Supía, es de las pocas empresas de colaciones del municipio que se ha consolidado en el tiempo y que sigue sacando la cara por una región que le rinde homenaje a este producto, al punto que hace varios años realiza la Feria de la Colación. El fin de semana pasada se cumplió la XXVII Feria de dulce tradicional.

Ahora la meta de Chucho, como le dicen cariñosamente en el municipio, es seguir creciendo y ampliando sus ventas en varias regiones del país, con la ayuda de su hija, Valentina Ayala.

No es lo único, esa energía renovada también proyecta exportar.

Para la Alcaldía este es el objetivo, que empresarios como Chucho sigan creyendo en el municipio e impulsando este tipo de empresas que, de paso, mantienen viva la historia y la herencia de un producto tradicional con reconocimiento mundial: La colación.

¿Cómo nació Dulces La Cabaña?

Jesús Antonio Ayala Ospina, y quien hoy también es concejal de Supía por el partido Mais, recuerda que la empresa nació con la herencia de su padre, Herculano Ayala, quien sacaba principalmente el blanqueado y la panela, el cual era su producto bandera y con el cual inició hace unos 45 años. Al pie del fogón y con la asesoría de su padre, Jesús fue adquiriendo toda la experiencia y aprendiendo todos los trucos para sacar al mercado estos productos tradicionales. Luego, con un capital que ahorró, Chucho le compró el entable a un productor de Supía, conocido como el Pobre Toño, para incluir entre sus productos la colación. Además se le ocurrió fabricar colaciones y blanqueado a base de panela. "A mí me surgió esa idea, y los seguí sacando como productos con mayores valores agregados y un sabor más especial".

Además de las colaciones de azúcar, Jesús Antonio Ayala también optó por fabricar colaciones a base de panela, producto con un sabor más natural y especial.

Negocio familiar

El negocio primero estuvo ubicado en Supía y posteriormente se ubicó en el sector de Palma Sola, donde montaron la fábrica, hace unos 12 años. Aunque la situación ha sido compleja y la venta de panela y sus derivados tiene sus altas y bajas, según Jesús Antonio, la clave ha sido la persistencia y el amor por un producto tradicional que esperan siga creciendo generación tras generación.

El mercado

Los dulces Dulces La Cabaña se comercializan hoy en día en Medellín, Manizales, Armenia y Pereira y parte del Valle y Buenaventura, además de los mercados en Supía, Riosucio y en el sector del Palo y La Felisa. Por esta razón durante dos días se dedican a la fabricación del blanqueado, y el resto de semana en colaciones. Hoy procesan unas 25 arrobas de panela o azúcar durante el día.

El empleo

Para producir colaciones se generan cuatro empleos y para el blanqueado son 10, mano de obra entre familiar y vecinos del sector.

Proyección

La meta de Dulces la Cabaña es generar empleo y seguir creciendo. "El reto es que se mantenga esta tradición y que antes de buscar empleo se genere mano de obra", dice Chucho.

Sangre empresarial nueva

La meta de Valentina Ayala, su hija, es expandir la empresa, lograr llegar a más ciudades de Colombia y buscar la posibilidad de llegar al mercado externo. Adicionalmente quieren incursionar en las redes sociales y tener una página web.

¿Cómo se prepara?

Una buena colación incluye panela o azúcar, y en el corazón del producto lleva corozo. La clave consiste en el punto de la miel para lograr que se adhiera al corozo y no se vuelva melcochuda. En una marmita giratoria se forma la bola de la colación que va adquiriendo una forma irregular.  

De los reconocidos

El alcalde de Supía, Marco Antonio Londoño Zuluaga, destacó que aunque en ese municipio han existido por generaciones varias empresas de colaciones, hoy existen solo dos productores reconocidos. Uno de ellos es uno de la vereda Mochilón, aunque el gestor del proyecto falleció, su esposa, María Cenaida Aricapa, y sus hijos heredaron la receta, y ahora la meta es impulsar este proyecto. Sin embargo, como empresa registrada, consolidado solo está Dulces La Cabaña.

Por eso fue de las empresas destacadas en la pasada Feria de la Colación. "Le compramos mucho producto para repartir, entre visitantes y propios, unos 500 kilos de colaciones y alfandoques o blanqueados, como una forma de dar a conocer nuestro producto regional", destacó el alcalde.

Marca Panela

También resaltó que desde el punto de imagen, el municipio presentó recientemente la marca Panela, imagen integral que se efectuó junto con la Universidad de Caldas y con la que se quieren vincular todos los productos típicos de la zona, incluyendo licores ancestrales y tradicionales en el trapiche de la vereda Mudarra, junto con el acompañamiento y apoyo de varias asociaciones.

Además se quiere incluir la panela, pulverizada, la pequeña y de libra, mieles saborizadas.

En panela el municipio tiene un mayor enfoque y hoy se cuentan entre 250 y 300 productores, muchos de los cuales ya han exportado a otros países. El alcalde estima unos 100 mil kilos en los dos últimos años, con el apoyo de Molienda Real, empresa certificada de Itagüí.

En producción, tampoco tiene un dato exacto, pero estima unas 6 mil arrobas de panela semanales.

Dulces La Cabaña es de las pocas empresas de colaciones que persiste en Supía, con el impulso y el apoyo de la familia, incluyendo a Valentina Ayala.