
Pese a que los principales commodities producidos en el país (petróleo, oro, níquel, carbón, azúcar y café) no gozan de un buen momento en sus cotizaciones internacionales y la depreciación de ellos continuará, según los analistas, con un dólar a más de $ 1.900 se haría contrapeso a este fenómeno y no se verían amenazadas las finanzas colombianas.
Con el ‘dólar Cárdenas’ se alcanzaría a contrarrestar el efecto de la caída del oro (en lo corrido del año ha perdido el 4 % de su valor), la afectación por la fluctuación del crudo WTI (que en todo el año ha estado entre US$ 90 y US$ 98 por barril), la caída del precio del carbón, así como la de las otras materias primas.
“Si bien esta caída definitivamente afecta a las compañías del país, ya que el PIB es generado principalmente por los commodities, el balance, en buena medida, se puede dar con la devaluación del peso”, dijo Diego Usme, analista de Ultrabursátiles.
En definitiva, el sector que más perdería sería el minero energético porque, según explica Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), “aunque han caído los alimentos en este año, los precios que tienen ahora están por encima de los registrados hace tres años y la curva, si se mira a futuro, va a seguir en alza hasta el 2022”.
Pero la recuperación sería parcial y no definitiva, ya que el menor valor comercial de estos productos afecta directamente el volumen de lo que se exporta y el precio final de la mercancía, tal como lo sugiere Javier Díaz, presidente de Analdex. Además, hay que tener en cuenta factores como los paros internos que han afectado la producción del campo y de las carboneras, disminuyendo sus proyecciones.
Otros sugieren que el apetito por las materias primas se ha mermado. “En el entorno internacional, el ‘boom’ de los precios de los commodities terminó. El comportamiento internacional de los precios de los minerales tienen una clara y marcada tendencia a la baja, explicada por factores como la desaceleración económica en importantes consumidores de minerales como lo son China o el continente europeo”, asegura Claudia Jiménez, directora del Sector de la Minería a Gran Escala.
Ante esta situación es urgente que las principales economías del mundo recuperen su ritmo, pero el proceso viene dándose a pasos de tortuga y seguirá afectando el panorama en lo que resta del año. Díaz sugiere que debe mejorar el crecimiento de China, Europa y Estados Unidos y así el valor de los commodities subirá.
Otro factor a tener en cuenta para la recuperación es que Colombia no se destaca por ser ponedor de precios, por tal motivo las fluctuaciones de los valores comerciales de sus materias primas seguirían moviéndose al ritmo de la recuperación de las principales economías.
Adicional a ello hay otras situaciones que impiden el desarrollo de la producción local. El agro colombiano ha sufrido en lo corrido del año huelgas que afectan el desempeño del sector, mientras que la minería no cuenta con reglas claras y los inversionistas buscan otros lugares.
Con este panorama enrarecido, las finanzas del país se verían amenazadas y el recaudo del sector minero energético, que ha sido de cerca de $ 30 billones en los dos últimos años, se afectaría.
Para reactivar la producción nacional de commodities es necesario habilitar nuevos proyectos, comprender la importancia de la industria minero energética como motor del crecimiento, reducir costos donde la política pública lo permita y dar claridad y prontitud en la reglamentación, afirmó Jiménez.
A pesar de que se ha venido hablando de que la reactivación de la demanda desde los países asiáticos revaluaría el precio del metal para finales del año, la realidad hoy es diferente. A pesar de que China e India copan el 40 % de la demanda, los analistas aseguran que ambas naciones deberían tener mejores resultados para que los precios del oro suban. Así mismo, esos países están consumiendo su propia producción, fenómeno que resta a los intereses de venta del metal desde otras partes del mundo. Se debe tener en cuenta que el precio actual del commodity en las bolsas es en promedio de US$ 1.360 por onza troy, y se espera que para el cierre del 2013 el commodity llegue a costar US$ 1.200.
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