JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
Un nuevo debate se prendió en Colombia ante las regulares cifras de la caficultura colombiana. Mientras algunos expertos del Banco de la República cuestionan la baja productividad y la lenta capacidad de reacción de las instituciones cafeteras, el gerente de la Federación de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, aseguró que hay que ponerle seriedad al debate.
Parte del cuestionamiento se generó con el reciente estudio publicado por el Banco de la República, con el título "El mercado mundial del café y su impacto en Colombia", realizado por los codirectores de esta entidad César Vallejo Mejía y Carlos Gustavo Cano, además de Édgar Caicedo, Juan Sebastián Amador y Evelyn Yohana Tique, también expertos del Emisor.
En dicho informe, publicado en la web, bajo el nombre Borradores de Economía, los expertos analizan la pérdida de importancia económica tanto en el contexto nacional como internacional.
Plantean hechos como la caída dramática de su productividad, el empobrecimiento y envejecimiento de los cafeteros y de sus plantas, la lentitud de los procesos de adopción de nuevas tecnologías y variedades resistentes, en especial contra la roya; y la baja fertilización, entre otros.
En algunos de sus apartes, estudian la vulnerabilidad de la caficultura ante los choques de precios, la caída vertiginosa que ha tenido en su participación en el Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario, al pasar del 25% hacia finales de la década del setenta, a un poco más del 6,0% en la actualidad.
A esto se suma que el PIB total, la participación del café cayó a solo el 0,6% en 2011.
Afirma que aunque el café tiene una posición privilegiada para generar trabajo e ingreso, lo que dinamiza el consumo de los hogares y de la economía en general, hay que examinar su capacidad para enfrentar ciclos de precios, proteger el ingreso cafetero y atenuar su impacto en la economía.
Entre los aspectos críticos, señalan que la Federacafé determina quién, cuánto y cuándo se puede exportar café, con lo que se aleja de las actuales corrientes del mercado mundial del café y de las normas suscritas por Colombia con la Organización Mundial del Comercio.
Además sostiene que controla la calidad del café que se exporta, (tipo excelso), con lo que quedan excluidas otras calidades y variedades como el robusta, que también se cultivan en Brasil, a pesar de que tienen un futuro promisorio en la zona oriental y con potencial en el mercado mundial.
Incluso recuerdan otros expertos que han planteado que se está en mora de evaluar la posibilidad de cultivar robusta en la Orinoquía, que presenta características similares a las del Cerrado Brasileño.
"Dependiendo de un solo tipo de café y restringidos en los canales de comercialización, los actores del negocio pierden margen de maniobra, posibilidades de acción y fuentes de compensación, para hacer frente a la volatilidad propia de los precios externos e internos (condicionados también por la tasa de cambio) y a sus fases descendentes", dice el estudio.
Los expertos destacan que, contrario a lo que se podría creer, la superficie de siembras creció a 921 mil 100 hectáreas en 2011, pese a que la productividad cayó con respecto a otros países, por lo que se preguntan "si una de las causas de la menor producción, además de las mencionadas antes (cambio climático, envejecimiento de las plantaciones, programas de renovación y una menor fertilización), es nuestra baja capacidad de producir café eficientemente".
Al final, plantean la necesidad de hacer más eficiente la producción, procesamiento y comercialización del café, modernizar y actualizar las instituciones cafeteras, e integrar el sector cafetero a las políticas y directrices del sector agropecuario y a los planes de desarrollo.
Proponen el diseño de un programa de fortalecimiento y modernización de la institucionalidad cafetera a una comisión del más alto nivel, en la que contribuyan académicos independientes, dirigentes y empresarios de los distintos eslabones de la
cadena productiva, comercial y financiera del sector, así como expertos en desarrollo económico y social de las zonas rurales . (Vea un informe completo sobre el estudio de los expertos el próximo lunes en la separara económica NEGOCIOS).
La repuesta del gerente de la Federacafé, Luis Genaro Muñoz Ortega, no se hizo esperar.
Frente a la baja producción, recordó los problemas climáticos, la renovación de cafetales, el impacto económico mundial, y liquidación de contratos a futuro de actores que nada tienen que ver con café, pues hoy en la Bolsa de Valores por cada saco físico que se transa hay 70 virtuales.
Es un hecho económico relevante que no se puede perder de vista a la hora de hacer borradores, dijo, "pues me parece que algunos respetados actores se olvidan del fenómeno de la revaluación".
En lo que tiene que ver con la siembra de cafés robustas, de menor valor agregado, el dirigente resaltó la alta calidad por la que ha sido reconocido el café colombiano, hecho que se destaca con la alta prima que se le paga por sus características propias. "Si las llegáramos a perder, si esas características de sabor, aroma de taza se llegaran a diluir, a difundir o a confundir, seguramente el mercado dejará de reconocernos esa prima y, seguramente, estaremos ofreciendo al mundo un café muy diferente de aquel que venimos ofreciendo hace más de 85 años y educando paladares".
Dijo que antes que preguntarse si el país ha perdido oportunidades de mercado por no sembrar robustas en la Orinoquía, el planteamiento debería centrarse en que es el país que mejor vende su grano en el mundo, y le ha dado la oportunidad de especializar los nichos.
También planteó que primero hay que mirar esa viabilidad, partiendo de la base de que ni los vietnamitas, ni los brasileros han podido tecnificar los robustas.
El dirigente dijo que hay que preguntarse si el desempleo se va a desplazar hacia la Orinoquía para coger café, o con la plata de quién se investigará en la Orinoquía, y si la investigación que se hace en arábigas lavadas, se tendrá que dedicar a ver cómo se comportan las robustas.
Frente a la contribución cafetera, se preguntó si estos cafés que van a "chupar rueda" y una imagen de una categoría nacional, van a pagar una contribución especial.
"Valdría la pena hacer un montón de reflexiones que se me vienen a la cabeza, antes de lanzar a diestra y siniestra borradores", dijo, al tiempo que también anunció que producirá un documento borrador como respuesta al borrador, al resaltar que no es del todo un jalón de orejas.
Invitó a todos los actores a sentarse a analizar el tema, con toda la seriedad y prudencia. "Encuentro en ese borrador también algunas cosas que son interesantes, pero tenemos que meterle bastante más seriedad al debate, y sustentar nuestras afirmaciones con cifras, hechos y con datos, no simplemente con teorías que se vuelven, la mayoría de las veces, bastante bizantinas".
"Sentémonos de verdad, pero con hechos, datos y seriedad, para ver cómo les podemos ayudar entre todos a 560 mil familias pequeñitas que tiene Colombia, no a ver cómo hacemos un negocio, para unos cinco o seis, o menos, con la plata de los 560 mil".
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