Adriana Osorio
LA PATRIA|MANIZALES
Los artesanos caldenses se tienen que convertir en verdaderos empresarios. Esta es la principal meta del sector en la región con el nuevo impulso que se le está dando al proyecto Artesanías de Caldas, trabajo en el que se incluyó hace un par de meses la reapertura de dos tiendas, una en el edificio de la Licorera y otra en el aeropuerto La Nubia. En el programa, en el que hoy participan unos 900 microempresarios, está Martha Gañán, quien fabrica canastas de caña brava, iraca y guasca de plátano en Riosucio.
Ella es optimista con el plan que se lleva a cabo a través de un convenio entre la Secretaría de Desarrollo Económico de Caldas y Artesanías de Colombia. “Esto ha sido muy importante para nosotros, porque nos ayudan a tener otras ideas para los diseños de las canastas. Desde julio han venido expertas a explicarnos cómo hacer otros productos y lo que quieren es que estos sean de mejor comercialización”, explica esta artesana, que lleva 24 años con esta labor, y con la obtiene el sustento para su familia. Martha pertenece a la Asociación Siloa, del resguardo de San Lorenzo, junto a 18 artesanos más. Todos fabrican canastas. “Nuestros productos ya están exhibidos en las tiendas, luego de que las reabrieron.
Por lo general las vendemos a los turistas o las empresas que las necesiten. Hemos ido a la feria en Bogotá y nos gustaría asistir a otras pero no hay muchos recursos”, dice Martha, quien espera un cambio con Artesanías de Caldas. Irene Botero, diseñadora industrial y quien asesora a los artesanos, dice que la idea es acompañarlos desde la producción, con diseños innovadores, hasta la comercialización. “Queremos que sean productos de calidad, para que también se vendan mejor y se beneficien los artesanos”. En esa tarea han visitado nueve comunidades que trabajan artesanías y detectaron una serie de problemas, por lo que parte de la asesoría se enfocó en cómo hacer mejor y vender los artículos.
No solo se trata de saber hacerlos, dice. Jesús María Rincón, artesano manizaleño también está en el programa. Dice que es de gran importancia el relanzamiento de las tiendas, pero sobre todo el acompañamiento que les prestan en su proceso. “Personalmente en la comercialización estoy bien, pero quienes no han formalizado esta parte se están beneficiando mucho. En mi caso me han ayudado con diseños, pues son expertas las que nos asesoran”. Jesús María fabrica elementos decorativos para el hogar y la oficina, en hierro forjado, además productos de jardinería. Para él es fundamental la asesoría en posicionamiento de marca, pues muchos de sus colegas no se han preocupado por esto. “Los cambios hay que mirarlos positivamente porque se oxigenan los productos, la imagen, hay que verlos con mentalidad más abierta. Nos han enseñado mucho a ver las nuevas tendencias, además por qué dirigirnos a determinados nichos de mercado”.
“Las tiendas no son el proyecto” Álvaro Montes, quien fabrica mulas en papel maché, y aunque aprueba el proyecto por el apoyo que les están dando, dice que se demoraron mucho para reabrir los puntos de venta. “Lo que están haciendo está muy bien, claro que nos beneficia, pero estuvimos casi un año sin dónde vender las artesanías, entonces es un problema que cada vez que llega un gobernador nuevo se demoran para continuar con nosotros”, cuestiona. Montes resalta que el nuevo plan incluye no solo la venta de los productos sino la asesoría para que se mejore la calidad y se vendan mejor. El secretario de Desarrollo Económico del Departamento, Miguel Trujillo, asegura que la renovación del proyecto Artesanías de Caldas no solo tiene que ver con la reapertura de los puntos de venta, sino con la formación a los artesanos para que este plan sea autosostenible.
“El proyecto no puede seguir dependiendo de la administración, la idea es que aprendan a comercializar sus productos y sepan que para que haya mejores precios deben ser de calidad”. Asegura que como primera medida se visitaron las comunidades identificadas en el área artesanal y acompañarlos en su trabajo, desde la fabricación, hasta la comercialización y el mercadeo. Dice que por esto se demoraron en abrir las tiendas, pues aunque son un complemento del plan, se quería cambiar la imagen y, además, vender las artesanías tradicionales del departamento, enfoque que se estaba perdiendo. “Quiero que entiendan que el proyecto Artesanías de Caldas es solo un medio de comercialización”.
En el seguimiento que hicieron a cada comunidad de artesanos, asignaron un grupo interdisciplinario que acompañara a los fabricantes. Por ejemplo, en Marmato el equipo de trabajo cuenta con una diseñadora de joyas, que los asesora. “Hemos tenido problemas con algunos artesanos que piensan que les queremos cambiar el producto, pero en realidad no es el fin, se trata de mejorarlos, como ponerles chaquiras a las canastas en Riosucio”, agrega el funcionario. En este momento el proceso está en esa etapa de renovar los productos y mejorarlos. “La única manera de llegar a la excelencia es exigiendo”, concluye el secretario. En datos * $140 millones aportó Inficaldas al proyecto Artesanías de Caldas.
* La Gobernación participa con $80 millones. * El trabajo se realiza en convenio con Artesanías de Colombia. El proceso Alejandro Agudelo, coordinador del Laboratorio de Artesanías de Colombia para Caldas y coordinador del proyecto, dice que hace unos siete años se empezó un estudio para evaluar las condiciones de los artesanos caldenses. Allí se encontró que los oficios artesanales están muy bien definidos, pero tienen problemas de acabados, en el diseño, en la tabla de costos, es decir, en la cadena de valor.
“Artesanías de Colombia invitó a la Gobernación a pasar una propuesta para mejorar. Se basó en el diseño y el rediseño del producto y la comercialización. Se mejoró en diseño, con capacitaciones y en la parte comercial se empezó con los puntos de venta”. Relata que luego se empezó a mirar el componente social y asociativo, que se sumaron a los anteriores. Se formuló un proyecto para tratar de ahondar mucho más en esos temas. “Consolidamos 17 asociaciones en el departamento, de las cuales nueve son tradicionales.
Este año se decidió una propuesta para mejorar procesos en los talleres de Marulanda, con lana; Aranzazu, con fique; Marmato, con joyería; Salamina, con talla y calado; Supía y Riosucio con cestería y chaquiras, Pensilvania con madera, Anserma, seda. Dice que en este momento se trabaja en el mejoramiento del diseño a partir de las tradiciones culturales de las comunidades, para rescatar técnicas como la talla y el calado en Salamina, que se perdió hace años.
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