Adriana Osorio
NEGOCIOS|LA PATRIA
Para todos los bolsillos, de espuma, algodón o con resortes.
El comercio de Manizales ofrece variedad de colchones, de los cuales algunos se fabrican en la ciudad. Los precios están desde los $40 mil, para uno con relleno de algodón, por ejemplo, y hasta $1 millón 700 mil, incluyendo aquellos que incorporan tecnologías para que el producto se acomode a la curva del cuerpo, elimine puntos de presión y mejore la calidad del sueño.
"Llevo nueve años en este oficio y me preguntaba si todos los días se venden colchones. Gracias a Dios sí", dice Claudia Castaño, asesora comercial de la empresa quindiana Happy Sleep, que tiene punto de venta en la carrera 22 de Manizales.
Ella resalta que los productos que comercializa tienen certificación del Icontec y del Bureau Veritas, entidad mundial que garantiza que los productos cumplen con normas de seguridad, salud, protección del medioambiente, entre otras.
Aunque en el mercado los consumidores encuentran colchones ortopédicos y semiortopédicos, esta compañía solo fabrica ortopédicos y lo que varía es el tipo de firmeza, según la necesidad y gusto del cliente. "Tenemos superficies suaves, medias y firmes", explicó.
La calidad de las materias primas y los cuidados en el proceso de ensamble son fundamentales en la producción de colchones, según Fabio García, de la empresa manizaleña Millenium, ubicada en Maltería.
Los más demandados por los clientes son los semiortopédicos, que cuestan $320 mil en promedio, si es para cama sencilla, que por lo general miden 95 centímetros por 1 metro con 80 centímetros. Para cama doble el precio alcanza los $490 mil. En este caso las medidas son de 1 metro con 40 centímetros por 1 metro con 90 centímetros.
"Lo más importante para garantizar la calidad es que el proveedor sea una empresa con controles de calidad y reconocida en el mercado. Para fabricarlo se necesitan los resortes, que tienen poliuretano expandido, las capas para el tapizado y las telas", indicó García, quien dice que no tiene un promedio de ventas.
Más artesanales
Tijeras, máquina de coser y algodón traído de una empresa de Medellín son los principales insumos con los que Jorge Diego Arroyave y Roberto Galvis trabajan en la Colchonería Arroyave, que tiene una tradición de 50 años.
A pesar de no contar con tecnología en la elaboración de los productos, la higiene es fundamental para su labor, según dice Jorge Diego, quien tiene una experiencia de 40 años. El trabajo lo heredó de su abuelo y de su bisabuelo.
Explica que la mayoría de sus clientes son de estratos 1, 2 y 3, pues en el negocio encuentran una buena opción para cambiar sus colchones, con precios desde $40 mil hasta $80 mil.
Los productos de los Arroyave también son apetecidos para usar en fincas y cabañas. Incluso, cada día le piden más colchones para mascotas.
"En higiene mantenemos al día, nos inspeccionan para que todo esté bien, pues siempre ha existido el reciclado para colchones, aunque en Manizales lo han controlado fácil por ser una ciudad pequeña", señaló el empresario.
El proceso para dejar listo un colchón para cama doble, dura cerca de tres horas. Jorge Diego corta la tela y pone los hilos necesarios, lo cual realiza en el punto de venta, donde tiene una máquina de coser. Esa tela lista la envía a la fábrica, en su casa en el barrio Campoamor, y allí Roberto se encarga del relleno.
Sin normas obligatorias
Otro tipo de colchones son los fabricados con espuma, como los del negocio Espumas La 19, en el centro de la ciudad. Francisco Javier Zuluaga dice que se metieron en la fabricación de colchones y colchonetas en espuma porque su negocio de peletería les permitió abrir esa línea. "El tipo de colchón es cuestión de gustos. En espuma viene en varios calibres 12,18, 26 o 30. Nos llega la espuma de otra ciudad, la cortamos dependiendo de la medida que solicite el cliente y la forramos", manifestó.
El más pequeño y de menor costo que vende es de $65 mil y el más caro está entre $450 mil y $500 mil, dependiendo de la calidad de la espuma y de la tela o el forro que necesite el comprador. Existen forros en acolchado, en tela de algodón o en plástico, que se usa sobre todo para las clínicas o para el uso de un enfermo.
Aunque hace cuatro años Fenalco Nacional publicó una investigación en la que se concluyó que por lo menos un millón y medio de colombianos duermen en colchones fabricados con basuras y desechos, no existe un reglamento técnico obligatorio para la fabricación de estos.
Alejandro Giraldo, delegado de reglamentos técnicos de la Superintendencia de Industria y Comercio, explicó que existe una norma técnica voluntaria que publicó Icontec, pero no es obligatoria. "En líneas generales el Estatuto del Consumidor dice que los productos seguros deben tener materiales que no pongan en peligro la salud de las personas. Segundo, que deben ser idóneos y estar ergonómicamente hechos para descansar", indicó Giraldo.
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fábricas de colchones están registradas en Villamaría y Manizales, en el 2014 y este año, según datos de la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas.
A la hora de comprar
Vendedores de colchones y Alejandro Giraldo, delegado de reglamentos técnicos de la Superintendencia de Industria y Comercio, hacen recomendaciones para comprar un colchón que no le genere problemas de salud:
* Es aconsejable comprar en un establecimiento con certificaciones, según dice la Superintendencia.
* Cerciorarse de que las condiciones de fabricación incluyen materiales nuevos.
* En lo posible optar por marcas reconocidas en el mercado.
* Tener claro qué tipo de colchón se necesita.
* Comprarle un protector, que aísla el sudor. En algunos establecimientos lo obsequian por la compra del colchón.
* La garantía no debe ser inferior a cinco años. Algunas empresas dan hasta 10 años.
En el uso
Para conservar en buen estado y con higiene los colchones, los fabricantes recomiendan:
* Mantenerle el protector, que permite la conservación e higiene.
* Voltearlo mínimo cada mes para evitar que se acumule polvo. Es una medida preventiva, a pesar de que algunas telas son antialérgicas.
* No saltar sobre él y darle un buen uso.
* Cambiarlo cada 5 o 7 años, de ser posible.
Controles
Según Alejandro Giraldo, delegado de reglamentos técnicos de la Superintendencia de Industria y Comercio, al no existir una norma obligatoria para fabricar colchones en Colombia, la entidad no realiza controles periódicos a las empresas. Sin embargo, si un consumidor tiene una queja en contra de una compañía específica, la Superintendencia investiga si el fabricante cumple con lo que rige el Estatuto del Consumidor, referente a el uso de materiales que no pongan en riesgo la salud de los usuarios.
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