
Osvaldo Hernández
LA PATRIA I Manizales
El Tour de Francia de 1991 acaba de finalizar y todo es alegría en el grupo deportivo español del Banesto. El navarro Miguel Induraín gana el título de la carrera.
Al lado del "Caballero Hidalgo", así le dicen a Induraín, estaba un colombiano: Abelardo Rondón, apodado por muchos años como el "mejor gregario del mundo".
Y no era para menos, Rondón fue mano derecha de Luis Herrera y Fabio Parra en Café de Colombia; los españoles Pedro "Perico" Delgado y Miguel Induraín en Reynolds y Banesto, respectivamente; el italiano Gianni Bugno y el francés Laurent Fignon en el Gatorade.
En esa época se acostumbraba a dar la vuelta olímpica por los Campos Elíseos con el campeón. Los directivos de Banesto, equipo armado con corredores de todo el mundo, les pidió a los deportistas portar la bandera de su país en la vuelta de celebración.
Abelardo, nacido en Zapatoca (Santander), no tenía la bandera, pero se quedó mirando hacia los aficionados y vio a un niño a la distancia con una. Fue hasta donde él, le dijo que si se la prestaba y el pequeño le dijo que no. En medio del afán, Rondón se la arrebató y regresó al encuentro con sus compañeros que lo esperaban para hacer el paseo triunfal.
Rondón recuerda aquel momento como inolvidable por los elogios que se llevan de los aficionados. Dio la vuelta olímpica y fue hasta donde el infante y le entregó la bandera.
Sin embargo, cuando llegó, el papá del niño casi le pega. Le reclamó porque le había arrebatado la bandera a su hijo. Abelardo le presentó excusas, pero le dijo que era una emergencia y que le iba a retribuir al niño con una gorra y una camiseta del equipo.
Pero el señor continuó enojado y ya fue más allá con su discurso. Le dijo que él era un miembro de la embajada colombiana en España. Este hecho generó una reacción más airada de Abelardo Rondón, quien le dijo que no era posible que él, un funcionario público, un político y un representante del país en el exterior, se enojara por eso. Y le reiteró la importancia de haber portado la bandera por los Campos Elíseos de París.
Al ver la reacción de Abelardo, el dirigente bajó el tono, todo volvió a la normalidad y el pequeño recibió la recompensa por haber estado ahí cuando el "mejor gregario del mundo" lo necesitaba.
Rondón, que quedó 12 en ese Tour, tiene hoy 55 años y está casado con María Elizabeth, y es padre de Julián Eduardo, Cristian Camilo, Mateo, Gabriela y Victoria.
Vive en Barranquilla, donde opera una empresa de logística y eventos. A lo largo de sus 9 años en equipos profesionales, ganó una etapa y los premios de montaña en la Vuelta a Costa Rica; ganó el Gran Premio de Naquera en España y una etapa del Tour del Porvenir.

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