Ricardo López
LA PATRIA | Manizales
Lo primero que hay que dejar claro es que los deportistas caldenses que hoy suenan en el campo nacional e internacional tuvieron a los mejores aliados para convertirse en las figuras deportivas que son hoy.
Sus padres no escatimaron esfuerzos para hacer de ellos lo que son ahora. Mucho dinero invertido y, la mejor recompensa, verlos en lo más alto del podio.
Martha Lucía Ramírez, Andrés Felipe Rendón, Marcelo Gutiérrez, Maira Alejandra Vargas, Miguel Londoño... la lista es larga.
Todo apunta, a que detrás de estas figuras, siempre hubo unos padres que vieron en ellos a unos campeones en potencia. Sin su ayuda, la mayoría habría quedado a mitad de camino. Lo otro, es que practicar un deporte con carácter competitivo, sale más caro de lo pensado.
"Sin el apoyo de los padres sería imposible ser figura deportiva en este país", enfatiza Martha Lucía Ramírez, patinadora manizaleña que corre con la Liga de Bogotá y es doble campeona mundial con Selección Colombia en Corea del Sur y China.
A la hora de practicar un deporte es mucha la variedad que un joven encuentra. Solo, los Juegos Deportivos Nacionales que se realizarán en noviembre próximo, reunirán 41 disciplinas deportivas. Y cuando se decide escoger esto como un estilo de vida y querer llegar a la élite, no solo hay que tener ganas.
"Practicar cualquier deporte en Colombia es bastante caro. Formar un deportista de alto rendimiento es muy costoso", dice Santiago Ramos, manizaleño estudioso del tema con maestría en entrenamiento deportivo en Cuba.
¿Hasta dónde es sano que los padres tengan toda la responsabilidad y formación de un talento deportivo? ¿Es el Estado el que debería asumir ese rol?
El acceso al deporte y a la recreación es un derecho constitucional, consagrado en el artículo 52 de la Constitución Política. "El acto legislativo 2 del 2000 estableció el deporte como gasto público social. En esa medida, es deber del Estado apoyar la práctica del deporte, de la recreación de los colombianos", comenta el profesor Santiago Ramos.
Pero ¿qué pasa cuando ese niño ya no solo quiere recrearse sino que escoge un deporte en el que quiere invertir todo su tiempo y aspira a ser figura?
Para el profesor Ramos es claro que los padres juegan un papel primordial en ese proceso. "Pero acá en Colombia no está establecido desde qué edad el Estado debe comenzar a apoyar al deportista", indica este experto en atletismo. Y agrega. "Acá en Colombia hay una mixtura y no se tiene definido hasta qué punto debe ayudar la familia, el club, la liga, el Estado como tal".
Se podría afirmar que el proceso de un deportista comienza cuando ingresa a una selección departamental y comienza a ganar medallas nacionales. Luego la mira está en títulos panamericanos, suramericanos, mundiales.
Aquí, el profesor Ramos menciona algo fundamental. "El Plan Decenal del deporte establece la política de deportes hacia el 2019, donde se quiere convertir a Colombia en una nación reconocida por el impacto que generan las políticas y programas en deporte, recreación, educación física y actividad física... Y hay tres lineamientos. En el tercero se deja claro en hacer de Colombia una potencia deportiva a nivel Panamericano".
La mayoría coincide que cuando el joven ya comienza a darle títulos nacionales al Departamento, allí debería aparecer el apoyo del Estado, representado en las Secretarías del Deporte.
"Aquí tienen que unirse los recursos y esfuerzos de la familia, sociedad y Estado. En ese punto de vista es razonable que los padres colaboren con esa parte del proceso del hijo", expresa Ramos.
Y los ejemplos abundan. El manizaleño Andrés Felipe Rendón, el mejor karateca que ha tenido Caldas en toda su historia y el mejor de Colombia en la categoría kumite -60 kg, enfatiza que los padres de familia son esa base que impulsa la carrera de un deportista. "Sin duda alguna. Ellos son los principales patrocinadores en ese proceso. En mi caso, ellos me costearon muchos viajes", dice Rendón, oro en los Panamericanos de Guadalajara el año pasado. ¿Y el Estado dónde entra? "Yo conté con apoyo de la Secretaría del Deporte de Caldas, de la Federación Colombiana de Karate y el Comité Olímpico", agrega Rendón, pero aclara que ese apoyo solo llega cuando se es el mejor en su respectivo deporte. "Para esperar apoyo hay que ser el número uno, no hay otra opción", comenta el karateca, que destaca que en países como Venezuela y México, el gobierno le mete todo al deporte.
Ciclomontañismo, patinaje, natación, karate, triatlón, tenis de campo... Querer ser figura en un deporte de estos implica mucha inversión (ver recuadros Lo que cuesta practicar algunos deportes). En Caldas hay figuras que se han hecho a pulso.
Maira Alejandra Vargas es la mejor triatleta que ha dado Caldas en su historia. Está en proceso de ciclo olímpico e integra la selección Colombia de triatlón. Para llegar allí, mucha plata tuvo que salir del bolsillo de sus padres.
"Para que comenzara a ganar títulos nacionales, la familia le costeó todo desde los seis años. Incluso todavía nos toca sacar dinero, es una lucha de nunca acabar", comenta Mario Vargas, padre de Maira.
En el caso de esta disciplina, que viene cogiendo más adeptos en la región, no solo es el querer competir. Unos 2 millones de pesos hay que sacar, de entrada, para comprar la indumentaria básica que consiste en una bicicleta modesta, traje de natación y unos buenos tenis.
El padre de la triatleta reconoce que el Estado, por medio de la Secretaría del Deporte, ayudó a Maira cuando ya comenzó a ganar medallas fuera del país. "Cuando ganaba acá en Colombia el apoyo era nulo", añade.
Y, en el deporte, los costos aumentan cuando hay que sacar para los viajes a las competencias. "Es lo más costoso de un deportista, el desplazamiento, los tiquetes, el hospedaje, y muchas veces no hay apoyo para eso", comenta Libardo Arias, padre del manizaleño Manuel Felipe Arias, el tenista número uno que tiene Colombia en categoría sub-15.
Mario, el padre de Maira, admite que en un solo año llegaron a invertir casi 15 millones de pesos en el calendario que cumplió su hija.
Y así como en triatlón se gasta dinero, qué decir de otros deportes que son más costosos. "Unos buenos patines cuestan unos 2 millones 500 mil pesos. Y eso siempre sale de los padres", afirma Martha Lucía Ramírez. Ella dice que cuando se entra a una selección Colombia, las condiciones ya cambian. "Ahí los viajes a Mundiales son todo pago. Pero para llegar allí hay que ser el mejor", comenta.
Y eso de ser el número uno lo comparte Hernando Gutiérrez, padre de Marcelo Gutiérrez. "El down hill es un deporte elitista. Uno invierte dinero, pero para recibir apoyo se tiene que ganar en todo lo que se compite", advierte el popular Bizoño. Y para figurar en un deporte como el down hill, lo mínimo es tener una buena bicicleta. "Las encuentras desde los 3 millones hasta los 15 millones", dicen quienes practican esta disciplina.
Y cuando no se tiene unos padres que puedan responder, el mismo deportista o sus allegados se las ingenian. Huberney Cataño, triple campeón Panamericano (Argentina, Ecuador y Perú) y octavo en el Mundial de Bélgica, tuvo que hacer varias rifas de tacos de billar, para cubrir muchos viajes. "La Secretaría me colaboró con la manutención en Manizales. Pero para muchos viajes fue mucho el padecimiento", dice el joven de Anserma.
La cosa se complica cuando en el hogar, el deporte corre por las venas y ya no solo hay una figura sino dos. José Ignacio Londoño se siente orgulloso cuando habla de sus hijos, Miguel y Eduardo. Ambos son campeones internacionales en sus respectivos deportes. Miguel, de 17 años, es figura en ciclomontañismo y ciclismo y Eduardo, de 13 años, lo es en triatlón. ¿El Estado da la mano o toda la responsabilidad recae en los padres? "Totalmente en los padres, ellos aportan el 100%. Hace apenas un año, logramos que la Secretaría Departamental ayudara a Miguel para competir en el Mundial de ciclomontañismo. Lo mismo con Eduardo, todas las competencias que ha ganado acá y fuera del país, han corrido por cuenta de nosotros los padres", afirma Londoño.
No solo los deportistas caldenses sufren estas consecuencias. Todo es una cadena. Para el experto Santiago Ramos, todo pasa por los recursos desde arriba. "Este es un país pobre. En el presupuesto nacional, el deporte no llega ni al 1%. Para el deporte hay poca plata y eso es nacional, departamental y municipal", expresa Ramos. Puntualiza que aunque se quisiera apoyar a tanto talento, a veces todo se queda en propósitos y son los padres los que asumen esas responsabilidades en viajes e implementos deportivos. "Cuando yo fui dirigente deportivo hace muchos años decía: si un niño o niña tiene talento para el deporte y está dispuesto a dedicarle su juventud y su tiempo a esa meta de ser un gran deportista para representar al Departamento y al país, pues lo menos que uno puede hacer es darle todos los recursos para desarrollarse", expresa.
Mientras algunos padres dan la lucha para hacer de sus hijos unos deportistas de alto rendimiento, otros cuentan otra historia. Marcelo González, técnico de natación dice que ha visto cómo verdaderos talentos tienen que abandonar su carrera por falta de apoyo del Estado. "Todo el calendario nacional se hace con el bolsillo de los padres. Las Secretarías no aparecen por ningún lado", sostiene González y menciona que los dos mejores nadadores que tenía en la Liga, Juan Pablo Botero y Sebastián Berrío, prefirieron irse para otras ligas porque en Caldas no contaron con el apoyo.
Lo mismo dice Mauricio García, técnico de bicicrós, que asegura que la mayoría de viajes para las competencias son sufragados por los padres.
José Said Bustamante es el técnico de la Selección Colombia de triatlón y entrenador en Caldas. Recuerda cómo María Isabel Escudero, una de sus mejores triatletas se cansó de pedir ayudas. "Cuando en un departamento no hay políticas para apoyar a los deportistas, muchos abandonan la actividad. María Isabel optó por irse para otro departamento, como el Valle, donde le dieron todo", dice Bustamante. Y aclara que el Estado aparece cuando ya se está en un proceso de ciclo olímpico. "Ahí la Federación ya apoya con viajes, uniformes, pero lo que son bicicletas, zapatillas, suplementos alimenticios, corre por cuenta del deportista".
Para José Ignacio Londoño, padre de Miguel, campeón panamericano en ciclomontañismo, es justo que los padres costeen ese proceso de formación del hijo. "Pero cuando ya comienza a darle medallas a nivel nacional al Departamento, el turno de apoyar debería ser del Estado, en este caso las secretarías departamentales".
Ser un deportista de alto rendimiento permite ir en busca de ayudas externas. Las empresas privadas son una tabla de salvación para muchos. Otros no cuentan con suerte a la hora tocar puertas.
Agenda deportes
A Maira Alejandra Vargas se le apareció la 'virgen' cuando el banco BBVA decidió patrocinarle todo el calendario 2011. "Si no hubiese sido por ellos no habría podido hacer toda la preparación para Panamericanos", dice don Mario, el padre de la deportista.
Lo mismo cree Hernando Gutiérrez, papá del ciclomontañista Marcelo. "Acá hubo empresas como Herragro y la Federación Nacional de Cafeteros que apoyaron a Marcelo y le brindaron todo", comenta Gutiérrez.
Por esa misma línea va Andrés Felipe Rendón, el karateca. "Por Buencafé Liofilizado fue que pude crecer en mi carrera. Esos patrocinios son fundamentales", comenta.
Y José Ignacio Londoño dice que cuando su hijo Miguel firmó con el GW Shimano de Antioquia, todo mejoró. "Ya le pagaban todos los viajes y sueldo incluido", asegura.
Pero para poder llegar a tener una ayuda de estas, se tiene que ser el mejor en lo que se hace. "El mismo deportista se tiene que forjar ese apoyo con triunfos", comenta Bizoño.
El karateca Rendón tuvo que costearse todos sus implementos antes de ser figura internacional. "Ahora cuento con un patrocinio, una marca internacional que me da toda la implementación que necesito".
Por su parte, Libardo Arias, padre del tenista Manuel Felipe, cree que las empresas locales en poco o nada ayudan. "El tenis de campo tiene muy poca ayuda. Las empresas de Caldas son una vergüenza. Tocamos puertas antes de la gira Cosat y nadie apoyó para desplazamientos ni para viajes", comenta Libardo, y advierte que el gobierno debería apretar a las aerolíneas del país para que asuman una responsabilidad social.
"Es triste que muchos vuelos internacionales se vayan con la mitad del cupo de pasajeros. Un deportista, a veces, no puede viajar porque no tiene cómo pagar el tiquete, que es lo más costoso. A una aerolínea eso no le cuesta nada y sí es una gran ayuda para el deportista", enfatiza Libardo, que recuerda que cuando su hijo ganó título en la Gira europea, el mismo Jairo Clopatofsky, hasta hace poco presidente de Coldeportes, le prometió una ayuda. "Cuando Manuel ganó en Colonia (Alemania), Clopatofsky me prometió becarlo. Todo quedó en promesas".
Figura o no, está claro que costear la carrera deportiva de un deportista de alto rendimiento es costoso. Santiago Ramos sentencia que en la situación que tiene Colombia, hay que unir esfuerzos de todos los frentes. "Tiene que ayudar todo mundo, secretarías, federaciones, comités, ojalá la empresa privada y los padres de familia".
Y aquí, el dirigente deportivo, tiene que ser clave. "Es sabido que hay tres grandes ligas como Antioquia, Valle y Bogotá. Acá, por ejemplo, no se han buscado nuevos recursos. Uno no puede en una secretaría tan pobre como la de Caldas, sentarse a administrar pobreza. Lo que hay que buscar es cómo consigo nuevos recursos, sea con la sociedad o las empresas privadas", sostiene Ramos.
Ante este panorama, en el que todos los actores del deporte piden, surge la pregunta. ¿A quiénes apoyar, cómo hacerlo y en qué medida? La respuesta la da Santiago Ramos. "Hay que priorizar deportes. No se le puede apuntar a todo cuando hay recursos tan limitados. Hay que mirar en qué somos buenos y darles más recursos a estos deportes que tienen más resultados", explica Ramos.
Aquí, el tema de la meritocracia entra a jugar un papel primordial. "El deportista es el que se encarga de que lo ayuden con sus logros. Cuando usted tiene un ganador, toca las puertas y la gente le dice que sí. Cuando no tiene nada que mostrar, pues nadie apoya", asegura Hernando Gutiérrez, padre de Marcelo, corredor que gracias a sus logros pudo firmar con un equipo profesional de Europa que le da todo, incluidas bicicletas.
Así piensa Santiago Ramos: "El deporte es de méritos. Si usted es el mejor, pues merece más y necesita más apoyo, porque cada vez la exigencia es más alta", expresa y resalta que todo tiene una escala, comenzando con los deportes que son de ciclo olímpico y luego los que son de Juegos Nacionales. "A esas figuras de alto rendimiento, hay que darles lo que necesiten".
¿Y el resto de deportistas? "Lamentablemente cuando no hay casi recursos hay que priorizar. A los otros lo que se pueda y a los que resta, lo que quede. Porque o sino llegará el día que pidan apoyo para formar un equipo de kars, de automovilismo", recalca Ramos y pone el ejemplo de Cuba. "Allá hay 10 deportes prioritarios que les permite ser octavos en unos Juegos Olímpicos".
Caldas posee figuras en distintos deportes. Sus padres los catapultaron hacia el podio. "Ahora, el Estado nos debe permitir pelear este sitial", coinciden varios de los protagonistas de este escrito.
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