EFE | LA PATRIA | Toulouse (Francia)
Nairo Quintana restó importancia a la caída que sufrió este miércoles a 30 kilómetros de meta, que no tuvo consecuencias en la general, y señaló que este jueves podrá tomar la salida sin ninguna secuela.
"Veníamos con un poco de tensión en la zona de cambios de dirección y de carreteras estrechas y ha ocurrido lo normal, que hay caídas. He podido frenar un poco cuando he visto la caída, pero ha sido inevitable", señaló el corredor del Movistar.
"Estoy bien y eso es lo importante: que las fuerzas están bien. Rápidamente el equipo se juntó y fuimos tirando poco a poco junto al equipo de Richie Porte, también involucrado en la caída", agregó.
"Yo estoy bien, ahora toca ponerse algo de hielo en el codo, que es lo único que se raspó en la caída, y mañana debería estar sin problemas", indicó el colombiano.
Quintana aseguró que pasó una buena jornada de descanso junto a su familia "tomando aire para los días clave del Tour".
"Mañana empiezan los exámenes más fuertes para nosotros, donde queremos estar siempre delante y empezar a recuperar el tiempo perdido", afirmó.
"Tenemos a Mikel (Landa) en buena posición para jugar estratégicamente y tanto él como Alejandro (Valverde) y el resto del equipo estamos bien", analizó.
Sobre la etapa
El australiano Caleb Ewan logró este miércoles su primera victoria en el Tour de Francia, al arrebatar en el último milímetro la etapa en Toulouse al holandés Dylan Groenewegen.
La general sigue sin cambios significativos, liderada por el francés Julien Alaphilippe.
Groenewegen lanzó demasiado pronto la llegada masiva y se vio superado por el ciclista del Lotto, de 24 años, que consiguió así el triunfo más importante de su carrera.
Mañana
La alta montaña comienza en esta edición del Tour con una primera jornada marcada por el ascenso a dos puertos de primera categoría en los últimos 70 kilómetros, la cima del último de ellos situada a 30 kilómetros de meta.
La primera de las tres jornadas pirenaicas, con la contrarreloj del próximo viernes en medio, comienza en Toulouse y 209,5 kilómetros después de Bagnères-de-Bigorre.
Unas tres horas de terreno prácticamente llano llevarán al pelotón hasta las faldas del Peyresourde, un clásico de la ronda gala, 13,2 kilómetros de ascenso con una pendiente media del 7 %.
Tras descenderlo, afrontarán el Hourquette d'Ancizan, escalado por vez primera en 2011 y que, desde entonces, solo ha sido subido otras dos veces.
Tras 9,9 kilómetros de ascenso al 7,5 % de pendiente media, su cima se encuentra a 30 kilómetros de la meta, todos ellos en el descenso del puerto hasta Bagnères-de-Bigorre, localidad clásica del Tour de Francia.
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