
Filiberto Rojas Ferro
En marco de una campaña de Procter & Gamble (a través de su detergente Ariel) que busca enaltecer la labor de las madres de los deportistas, las mamás de los jugadores de la Selección Colombia de Fútbol, David Ospina y Camilo Zúñiga, compartieron detalles de la vida de las dos figuras del fútbol internacional.
María Eugenia Mosquera, tímida en un principio, pero luego alegre, como su hijo Camilo lo es en la vida y en la cancha, no ahorró palabras para elogiar al lateral derecho de la Selección y del Nápoles de Italia, quien a sus 27 años se da el lujo de consentir mucho tiempo a su 'Morena'.
Lucía Ramírez, por su parte, seria y segura para hablar, cuenta que su hijo David se porta en la casa muy parecido a como lo hace en la cancha, pues a sus 24 años es un hombre serio, responsable y con un carácter firme, que profesa un profundo respeto por su familia.
Así son, diferentes en la personalidad, uno ‘recochero’ y otro serio, pero los dos con el mismo recorrido: talento innato para el fútbol, surgidos de Atlético Nacional, vestidos con el tricolor nacional desde jóvenes, y con el sueño cumplido de jugar en Europa. Por supuesto, también ambos son hombres de confianza de José Pékerman en el camino rumbo a Brasil-2014.
En medio del fervor de la Eliminatoria, Colprensa dialogó con las mujeres que dieron a luz a dos de los 11 guerreros que suelen defender la bandera colombiana en la cancha. Ellas revelaron parte de la vida íntima de los ídolos.
DESDE NIÑOS
Siempre fueron distintos, Camilo tuvo que abrir su camino en solitario, al salir desde Chigorodó, en el Urabá antioqueño, hasta Medellín, para empezar una vida de cumplir sueños deportivos, mientras que David, viviendo siempre en esa ciudad, a sus 7 años prefirió adueñarse de cualquier balón y formarse como arquero.
De esa época María Eugenia recuerda que “Camilo vivía solo en Medellín, yo iba por temporadas desde Urabá, para acompañarlo uno o dos meses y me dedicaba totalmente a él, porque vivía solo en un apartamento, por eso le arreglaba y le limpiaba todo”, porque admite que Camilo “viviendo solo no es como estar con la mamá, pero tampoco era muy desordenado, lo normal, que la camiseta en el piso y eso, pero nunca ha sido tan desordenado”.
Lucía, por su parte, reconoció que “de niño, David llegaba tan embarrado que yo no sabía qué hacer, porque era mucho barro, pero siempre busqué la forma para que los uniformes le quedaran limpios”; a pesar del barro, doña Lucía describió a David como a un niño “muy juicioso, muy dedicado a su casa, a su hogar, a estar en familia y siempre era pensando en su fútbol y en su estudio, muy entregado a lo que se metía a hacer”.
ATLÉTICO NACIONAL
Desde jóvenes, David y Camilo se conocieron con el emblema de Nacional. Zúñiga se mostró primero, pero Ospina apareció desde más joven, para atajar en aquel año soñado de 2007, cuando dieron dos vueltas olímpicas seguidas, en compañía de su amigo Camilo, para darles grandes alegrías a Lucía y a ‘la Morena’.
Una ‘Morena’ especial de verdad para Camilo, porque “él siempre me llama desde el camerino o cuando está reconociendo la cancha y me dice ‘Morena, la bendición’, esté en Colombia o donde esté, en cualquier parte del mundo, siempre me llama y yo le doy la bendición”, reveló María Eugenia.
“Siempre he estado a la distancia, pero siempre le he dicho que de corazón estoy con él, con el apoyo de la familia y siempre me repite ‘antes de cada partido tengo que escuchar tu voz y que me des la bendición’ ”.
Lucía, de su lado, comentó que “con Nacional fue muy duro porque todo era una odisea, ya que los periodistas de Medellín son duros, la afición es exigente, a veces no respetan, pero David llegó en un año a ser dos veces campeón, algo que fue una maravilla, un orgullo, ya era el rey”.
En Nacional Lucía y María Eugenia empezaron a vivir lo que una mamá nunca quiere para sus hijos: las críticas de la gente, el periodismo y los aficionados.
“Al año siguiente de los dos títulos las cosas no se dieron y David pasó a ser el malo, el que no servía, pedían que lo sacaran, pero uno debe aprender a manejar eso y él me ha enseñado”, dice Lucía. María Eugenia aporta: “Las críticas siempre están, en Nacional fueron fuertes y cuando en Urabá empezaban a hablar yo me paraba y me iba, que fue algo que me enseñó Camilo, que no discutiera con la gente, que mejor era quedarme callada porque a mí me da mucha rabia”.
“Que el equipo de David pierda por un error de él es lo más deprimente que hay, porque sufro para que haga las cosas bien y cuando le hacen un gol así feo, es muy duro, sin embargo, él me enseñó que las críticas siempre van a estar”, explicó Lucía, quien sufre por partida doble, porque también es suegra de James Rodríguez.
LAS PERSONALIDADES
Ya con el reconocimiento de los colombianos como personas públicas y con proyección para el fútbol internacional, empezaron a mostrar sus personalidades diferentes. Camilo siempre mostró su alegría y David su seriedad.
“Camilo es muy amigable y muy cansón, ¡hum! a toda hora me hace bromas, en la casa es súper cansón, pero sigue siendo igual de humilde, porque cuando llega a Chigorodó, ¡ah! es un personaje y se desordena con la boca, come de todo lo que le hago, la comida de mamá, sobre todo el patacón, pero se mantiene con ejercicio”, contó ‘la Morena’.
Agregó sobre Camilo que “en la casa es muy bromista, pero en la calle, con las personas que no conoce es tímido, cuando no tiene confianza habla contigo, pero no te da mucho la cara, por eso en la entrevistas contesta y mira para otro lado, pero cuando llega a la casa, la confianza es impresionante. Y cuando él llega la gente, va porque se corre la voz... ‘Llegó Zúñiga’ y saben que fijo hay asado, porque él invita a la gente, los escucha, porque la gente lo apoya mucho y lo aconseja”.
De David, Lucía de inmediato dijo que “es muy diferente: muy serio, muy centrado en lo que es, pero cuando está en la casa, en familia, con la esposa y con su hija, es un poco más extrovertido, de resto es muy serio”.
LOS VIAJES
Los dos, Camilo y David, son casados, viven con sus esposas en Europa. Camilo tiene dos hijas y David una. Zúñiga se casó por lo civil y el próximo 15 de junio se casará por la iglesia. Y los dos, Camilo desde Italia y David desde Francia, son felices cuando sus mamás los visitan.
“He ido dos veces a Italia y ha sido genial, me llevó de vacaciones a Europa, por varios países a conocer y quedé con ganas de volver”, aseguró María Eugenia, quien admitió que en un principio no le gustaba viajar mucho, pero ahora “como me dice doña Lucía, ‘paseo que me diga, paseo que voy’, porque él a veces me invita y lo pienso, por el frío tan horrible”.
“En estos días Camilo me dijo ‘Morena, vas a Barranquilla’ y le respondí: ‘Listo, desde mañana y le dio risa, porque sabe que ahora es diferente, por eso posiblemente voy a Italia el otro año”, agregó.
Lucía, más tranquila, cuenta que “he ido mucho a Francia, a mí me dicen y ya tengo la maleta lista, porque sólo tengo dos hijos, vivo con mi esposo, pero es duro con los dos en Europa (su hija vivía con James en Portugal y ahora lo hará en Mónaco), por eso he ido varias veces a Francia y a Portugal. Ahora en julio me voy con los dos para Francia, para cuidar a Dani y a Salomé”.
La hija menor de Lucía, Daniela, es la esposa de James Rodríguez, quien ahora jugará en Francia, lo que les permitirá estar más en familia: “Estoy feliz, porque ahora voy a viajar más seguido a Francia, para estar al lado de mi hijo (David), de mi nuera (Jessica), de mi hija (Daniela), de mi yerno (James) y de mis nietas (Dulce y Salomé), vamos a estar muy en familia, algo que yo quería”.
Claro que Lucía ya se enteró que David, del Niza, se enfrentará en el clásico de la Costa Azul de Francia contra su yerno, James, que jugará en Mónaco, lo que la puso a pensar, pero “hay que apoyarlos a los dos, porque es el hijo y el yerno, pero, obvio, sufro más por mi hijo, porque es el arquero, con una responsabilidad más grande, pero a los dos les desearé la mejor suerte, que les vaya muy bien y será duro en el clásico, pero que ojalá David le tape varios goles a James (risas)”.
Lucía aporta una estadística: “Nunca se han enfrentado, ahora se presentó la oportunidad y esperemos qué resultados da, pero son profesionales y cada cual debe responder a su equipo. Confío mucho en mi hijo, pero el yerno también es bueno, es un crack, así que esperemos el clásico”.
Pero si hubo algo que dijo doña Lucía con seguridad fue que “Daniela se me casó con un niño igualito a David, una gran persona, un gran muchacho, es muy juicioso, mejor dicho es parecidísimo a David”.
Así, diferentes en la casa, pero con un gran talento en la cancha, fue como sus madres, María Eugenia y Lucía, describieron la vida de Camilo y David, dos ídolos colombianos, imágenes a seguir por muchos niños que recién inician en el fútbol.
Finalmente, cada una describió a sus hijos es una frase. María Eugenia dijo de Camilo que “es la felicidad de mi vida”, mientras que Lucía afirmó de David: “simplemente es maravilloso”.
FRASES
“La vida me ha cambiado mucho, es un orgullo ser la mamá de Camilo, a pesar de que me veo con él cada seis meses o más, pero me siento súper orgullosa y contenta, la vida cambia, en el sentido de que Camilo me apoya mucho a mí y a su hermano”: María Eugenia Mosquera.
“De mi vida en Urabá no me quejo, porque Camilo me hizo una casa en el pueblo y una casa-finca a las afueras, vivo allá, es muy bonita, la gente me admira la casa-finca y él me apoya mucho, vive muy pendiente de mí”: María Eugenia Mosquera.
“El fútbol le permitió a David formarse como persona, porque se enfocó desde muy pequeño, cuando quería ser lo que es ahora, algo que le nació a los 7 años, cuando prefería un balón que cualquier cosa”: Lucía Ramírez.
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