Oscar Giraldo
LA PATRIA | MANIZALES
A un costado del cráter La Olleta, del Nevado del Ruiz, en el Parque Natural Los Nevados y a 4.700 metros sobre el nivel del mar, los esperaban con hidratación, aguapanela, frutas, papa cocida y pasteles. Para ellos fue un banquete.
Los ciclomontañistas que compiten en La Leyenda del Dorado llegaron al punto más alto de la carrera, en la etapa reina y quinta de la semana. Sus rostros de cansancio, las lágrimas y jadeos daban muestra de la dureza de la prueba, a la que algún competidor tildó de inhumana, pero que la terminó a como dio lugar.
Esa fatiga contrastó con la satisfacción. En medio del frío y sus vientos, contra los que no valía la mejor protección, la felicidad por superar el techo de la carrera fue inocultable en apenas la mitad de la etapa completa, de 106 kilómetros.
Los deportistas partieron a las 6:00 a.m. de Termales del Otoño y tres horas después empezaron a llegar los primeros a La Olleta. Cinco horas y 44 minutos tardaron en terminar la jornada en el mismo punto de salida, tras pasar por El Cisne, Santa Isabel y El Pindo.
Mientras los de élite empezaron a llegar, los de otras categorías apenas hicieron su ascenso hacia la inclemente montaña. Después del Valle de las Tumbas, fueron 17 curvas, en zig zag, en medio de la arena volcánica que les desestabilizó el pedaleo, por eso unos subieron caminando.
Lágrimas y sonrisas
En el punto de control, frente al cráter, los rostros lo dijeron todo. Las lágrimas del antioqueño Wílber Zuluaga, animado por su compañero Jhon Jairo Montoya. El abrazo y la sonrisa fue el estímulo para seguir en carrera en medio de la dureza.
También la portuguesa Ilda Pereira, en equipo con la británica Catherine Williamson. Al llegar a La Olleta se le dificultó caminar, la temperatura le jugó en contra, lloró, la socorrieron miembros de la Defensa Civil. Le pusieron cobijas encima, guantes y le brindaron aguapanela.
El uruguayo Richard Cantero, por su parte, esbozó una sonrisa cuando coronó el puerto. O Robert Tachovsky, de República Checa, quien celebró al saber que le faltaban dos curvas para cruzar.
Atentos estuvieron los mecánicos, quienes recibieron las bicicletas de algunos para ponerlas a punto nuevamente y antes de empezar el descenso. Sincronizar los cambios y aceite para lubricar las cadenas, lo que más les solicitaron.
En una etapa de sufrimientos y alegrías, los ciclomontañistas inscribieron sus nombres en la historia de la Leyenda. Lo importante para ellos, más que poder terminar la carrera, que finaliza hoy, fue superar la curvilínea pared de La Olleta.
La logística
Mateo Barco Largo, contratista del Parque, apoyó el certamen en la parte logística. Sostuvo que durante un año se coordinó con los organizadores de la carrera para que se desarrollara bajo las condiciones necesarias de seguridad y en coordinación con el Observatorio Vulcanológico. Además, con el concepto técnico de Parques Nacionales, se autorizó el desarrollo de la competencia.
En el Bosque Popular
Hoy finaliza La Leyenda del Dorado, con una etapa que parte de Termales del Otoño y termina con un circuito de tres vueltas en el Bosque Popular El Prado, por lo que habrá restricciones para el tráfico vehicular.
La etapa
Élite Masculino
1. Strongbike (Johan Cañaveral y Jóhnatan Cañaveral), 5.44,42; 2. GW Shimano (Juan Fernando Monroy y Jhónnatan Botero), 5.51,35; 3. Specialized (Hilvar Yamid Malaver y Christoph Sauser), 6.19,20.
Élite Femenino
1. GW Shimano (Yosiana Quintero y Ana María Roa), 7.50,49; 2. Zerouno Factory Racing (Mónica Calderon y Liliana Uzcátegui), 8.06,05; 3. Ciclovita Massi (Katherine Lindo y Marianne Bergli), 9.02,13.
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