Oscar Giraldo

LA PATRIA I Manizales

Un quinto lugar en la Vuelta a Colombia y el octavo en el Clásico RCN no fueron suficientes para Dídier Chaparro, quien sintió la satisfacción de haber hecho bien las cosas, pero sueña con más. Por eso, con su cambio de equipo al Supergiros Alcaldía de Manizales Gobernación de Caldas, quiere ir por más.

¿Cómo toma la decisión de llegar a Supergiros?

Estoy contento porque Supergiros es una familia, me trae bonitos recuerdos, llevamos una buena amistad. Me han tratado bien siempre, incluso estando en Orgullo Paisa están pendientes y es una alegría inmensa volver a casa.

¿Por qué ese cambio?

En Orgullo Paisa hubo problemas económicos el año pasado y este, a raíz de la covid-19. Estaba un poco incómodo con la situación, ya quería cambiar de aires y Supergiros es un equipo de la tierra por así decirlo, sabemos que tiene patrocinio de la Alcaldía y la Gobernación.

¿Qué recuerdos le trae la estancia en Supergiros?

El 2018 fue muy bonito con ellos, fui noveno en la Vuelta a Colombia, hice podio en el Clásico RCN. La etapa del ascenso en Letras y terminando en Batallón es el recuerdo más bonito que tengo hasta ahora del ciclismo. Ese año también gané la Vuelta a Chiriquí.

¿Qué espera con este cambio de equipo?

La ilusión es ganar la Vuelta a Colombia y creo que con ellos lo puedo hacer porque sé que voy a contar con un equipo a disposición. Se armará como si yo fuera la cabeza y podré tener esa certeza. En Orgullo siempre había varias cabezas y eso condiciona un poco.

¿Cómo lograr que se consolide Supergiros como representante de Caldas?

Es cuestión de seguir el proceso, se ha venido haciendo muy bien, lleva dos años en los que entes municipales y departamentales lo están apoyando. Ya se empiezan a ver los resultados, se disputan las grandes carreras, se ganan etapas. Ahí vienen muchachos Sub-23 que no vienen solos y podrán ir aprendiendo.

Frente a ese apoyo al joven, ¿lo recibió?

El apoyo fue tímido, conté con algunas personas, aunque creo que faltó más. No se puede desagradecer lo que se hizo, pero hay historias de muchos que se retiraron cuando llegaron a élite e incluso sub-23. En cabeza de Andrés Marín se ha dado un gran apoyo, sabe del tema y cómo nos ha tocado de duro.

¿Sigue siendo un duro en la montaña o ha ido cambiando considerando que entra entre los primeros aún en terreno llano?

Sigo teniendo mis dotes de escalador, aunque he mejorado mucho en media montaña y terreno llano, el ciclismo ha cambiado y se necesita tener condiciones en todo aspecto. Fue importante la invitación de la Secretaría de Deporte de Caldas a incursionar en pista desde el 2018.

¿Cómo ve el futuro del ciclismo caldense? ¿hay talento para pelear grandes vueltas?

Creo que es difícil por el mismo tema que contaba de la falta de apoyo, pero sé que si se trabaja como se está haciendo, lo tendremos. Igual tenemos a grandes corredores como Yeison Rincón y Juan Pablo Vallejo.

Recientemente se suscitó una polémica porque el técnico Luis Cely criticó a Óscar Sevilla por su edad, ¿está el ciclista profesional para competir hasta una alta edad?

En ninguna parte nadie le tiene que decir a uno ni está escrito cuándo se tiene que retirar, menos al nivel que rinde Óscar. Demuestra que es un corredor que se sacrifica, se siente bien, disfruta y está rindiendo.

La faceta de empresario

Dídier Chaparro tiene en Santa Rosa de Cabal el hostal de Fidelina y el Bicicafé de Fidelina. El nombre se debe a su abuela materna, quien murió hace dos años cuando él disputaba el campeonato nacional.

¿Qué significa la bici para Chaparro?

Es mi vida, no me veo viviendo sin poder montar en ella, sin poder entrenar, sin poder competir. Sentir esa sensación que te da, así vayas sufriendo, sientes la libertad, es la felicidad.