En Chinchiná están desvalijando los imbornales

Julián García

LA PATRIA | Chinchiná

En el blanco de la delincuencia se han convertido los imbornales o dispositivos de desagüe de las calles de Chinchiná. Los habitantes cuentan que los amigos de lo ajeno sustraen las rejillas que son de hierro y luego las cambian por dinero o drogas. “El imbornal queda desprotegido y varias personas se han caído en esos huecos”, comentaron los afectados. Las autoridades locales han recomendado denunciar a los ladrones de imbornales y a los receptadores o compradores.

Contrato

La Alcaldía local contrató a LR Ambiental S.A.S., por valor de $87 millones, “para el mantenimiento periódico de sumideros y cajas de manejo, limpieza de canales y zanjas colectoras, en el casco urbano”.

Al contrato le fue adicionada una partida de $25 millones con destino a la construcción y/o reparación de sumideros y manejos de agua de escorrentía en los barrios Minuto de Dios, San Carlos, La Nubia, Parque Lineal y Departamental.

Respuesta

Con el objetivo de contrarrestar el hurto de tapas del sistema de alcantarillado y medidores de los servicios de agua y gas, la Policía Nacional en Caldas puso en marcha un plan especial de vigilancia y control en las chatarrerías en los municipios. Esta medida obedece a que a estos lugares es a donde normalmente van a parar estos elementos, comercializados como chatarra por habitantes de la calle, que al parecer son quienes vienen cometiendo las afectaciones a las redes de servicios públicos.

Unidades policiales de los diferentes grupos, en compañía de personal de las Empresas Públicas y de la Empresas de Gas, han dispuesto visitas continuas a los mencionados establecimientos en busca de los elementos robados en distintas partes del departamento de Caldas.

"La idea es evitar que allí se compren objetos de dudosa procedencia, por lo que instruimos a los propietarios y administradores para que se abstengan de estas prácticas, ya que ello está calificado como el delito de receptación, que tiene una pena de 4 a 12 años de prisión y una multa de 6,66 a 750 salarios mínimos legales mensuales vigentes, siempre que la conducta no constituya delito sancionado con pena mayor", agregó la Policía Nacional de Caldas.

Finalmente, la Policía declaró que no pueden asegurar que un consumidor de estupefacientes hurte las rejillas para tal fin.