LA PATRIA | Manizales
Un celador se ha convertido en la pesadilla de los habitantes de la carrera 34D, entre calles 49E y F, cerca de la cancha del barrio El Guamal, de Manizales. No los deja dormir. Pero no por el ruido, sino por su comportamiento.
Según le contó la comunidad a LA PATRIA, el señor se apoderó de sitios de parqueo y de bahías, donde los habitantes parqueaban sus vehículos. Ahora no se los permite, dice que esas zonas le pertenecen porque se las compró al anterior celador, que tiene documentos que avalan que es el propietario y que deben pagarle si desean usarlas. Por ahora, carros de otros sectores de la ciudad son ubicados allí durante la noche.
“El señor aseguró ser el dueño del espacio público, nos niega a los residentes el derecho a estacionarnos. Guarda puestos y obstaculiza la vía con conos y sillas de plástico, y que solo pueden parquearse quienes le pagan a él. Somos varios afectados, no podemos ni recibir visitas, porque les cae y les exige quitar el vehículo de ahí. Se han reportado daños en automotores, como rayones, espejos quebrados. Esto se salió de las manos y se volvió vandalismo y foco de inseguridad. Se han dado atracos en la vía principal por la cantidad de carros”, contó un vocero de los habitantes.
Aseguraron que el tipo se autonombró vigilante del sector y adicionalmente construyó una caseta en el parque principal porque tiene consentimiento de la comunidad, que su hija pertenece a la JAC, cosa que los residentes niegan.
Foco de delincuencia
“No hemos solicitado su presencia, como él lo aseguró. Radicamos el 26 de mayo un derecho de petición en Tránsito, Gobierno y Espacio Público de la Alcaldía, firmado por 50 personas, para que desmonten la caseta, que se volvió foco de delincuencia, pues ahí se refugian consumidores. A los que les pagan se pueden estacionar relajados, pues el señor les guarda el puesto. Les exige $4 mil la noche o $120 mil mensual. Si es más grande, vale más. Se está lucrando de la vía pública”, narró otro habitante.
Las quejas, según los afectados, no han tenido eco. Manifestaron que el denunciado explicó que todo es por un problema personal con una vecina.
Añadieron que todo son paños de agua tibia, pues la Policía acude, hace llamados de atención, el celador se compromete a no obstaculizar y dejar parquear, pero a los cinco minutos vuelve a lo mismo.
“Él y la hija dicen tener conocidos en Tránsito y que lo apoyan. A veces cualquier vecino parquea y la hija del celador llega a esa casa, toca a la puerta y exige quitar el carro porque su papá necesita el puesto. A eso hemos llegado. A sus clientes les indica que tiene cámaras de seguridad para vigilar los automotores. También aseguran que un concejal de Manizales lo respalda. Quizá por eso no pasa nada”, expresaron los afectados.
Anunciaron el caso de un habitante, que no tenía los $120 mil de la mensualidad y le ofreció $90 mil. Su respuesta fue que se los recibía, pero que no se extrañara si el carro amanecía dañado.
“Al otro día la puerta dañada y con hundidos. Una persona denunció que el celador le pegó siete puntazos con un destornillador a su carro por haberlo denunciado. Otra le indicó que no tenía trabajo, que solo podía darle $60 mil mensual, pero el celador contestó que eso no le servía, que no se trasnocharía a la bulla de los tarros y le sentenció que a partir del otro día buscara otro sitio de parqueo. Él insiste en que compró, que es el dueño, anda con una carpeta verde, pero nunca muestra algún documento o escritura”, contaron los afectados.
Malestar
LA PATRIA le comentó la situación a la Alcaldía el pasado lunes. Manifestó que analizaría la situación para tomar medidas.
La comunidad le indicó a LA PATRIA que a principios de esta semana hubo una charla pedagógica, orientada por Tránsito, y dirigida al celador y 3 jóvenes que lo acompañaban. Les expusieron que no podían parquear en esa zona buses, busetas, camionetas, colectivos y que los taxis no pueden usar las bahías.
Tomaron fotos para ser usadas por la Inspección Quinta en el proceso. Harán seguimiento. De lo contrario, la otra semana aplicarán comparendos, le dijeron que no podía obstaculizar la vía, contaron los vecinos.
“Apareció otro carro dañado y en los videos se evidencia que es ese señor. El de Tránsito inspeccionó el kiosco y vio cuchillos y machetes, no se sabe para qué tiene eso ahí. La semana pasada se emborrachó en ese sitio y orinó en el parque”.
Una persona de Espacio Público visitó la zona, entrevistó al señalado, quien argumentó que la gente está ensañada contra él. A los del Guamal este celador los tiene trasnochados. “Que se vaya para otro lado y no altere más el ambiente”.
De un abogado
“Los bienes públicos son bienes del Estado, por lo tanto, son imprescriptibles e inalienables. Es decir, nunca prescriben y por ello no se pueden vender. Dicho de otra manera, el que compró, no compró nada; y el que vendió, no vendió nada, pero sí disfruta del billete”, abogado.
La frase
“Llamamos a la Policía y a Tránsito, y dicen que ya conocen la situación, pero que eso es un problema personal. El 3 de agosto hay una reunión en la Inspección Quinta”.
El señalado
El celador ha expresado que todo se trata de una persecución de una parte de la comunidad e insiste en que compró la zona.
El 27 de mayo, después de una visita de inspección de agentes de tránsito, el celador se comprometió a no obstaculizar la vía pública. Minutos después de que los uniformados se retiraron continuó con la modalidad de siempre.
Uno de los seis carros dañados, según los quejosos, por el celador. Manifestaron que tienen videos y fotos.
La caseta.
Parqueo en las noches.
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