Las visitas del presidente Santos, en campaña para su reelección, en su "vuelta a Colombia" para defender su gobierno, me hacen recordar mis épocas de colegial -Colegio San Luis Gonzaga- cuando nos visitaba el padre provincial de la Compañía de Jesús y nos daba el día libre; es decir, todo es alegría, cordialidad y amabilidad. O más bien como diría el Pibe: "Todo bien, todo bien".

La semana pasada nos visitó el señor Presidente y se reunió primero a puerta cerrada con nuestros gobernantes y con representantes del sector privado de la ciudad. Posteriormente, intervino en una reunión pública donde presentó sus alcances en materia de turismo.

Quiero referirme en esta oportunidad acerca de lo que se comentó sobre la reunión privada y salió a la luz pública. Al parecer, entre los puntos que se trataron estaba el futuro del Aeropuerto de Palestina, de las dificultades que están teniendo los caficultores y la carretera Manizales-Bogotá.

Con respecto al Aeropuerto de Palestina no tengo ninguna duda de que este proyecto, finalmente, se construirá -nadie va a ser capaz de echar al "tarro de la basura" $160 mil millones que allí se han invertido-, pero se requiere que los estudios clarifiquen el estado presente y futuro de las obras que se están construyendo y sobre todo que se sepa cuál va a ser su costo. Estudios que deben estar concluidos para finales de este año. Hay que tener muy claro que los trabajos no se pueden interrumpir para que no volvamos a tener problemas como los que se presentaron con el terraplén número cuatro, que por efectos de la no continuidad de las obras en su construcción, prácticamente se perdió lo que se había construido.

Sobre el café, el panorama es mucho más complicado. Sin lugar a dudas el tema de la revaluación del peso ha sido mortal para los cultivadores. Porque si el precio de venta se fija en dólares revaluados y el manejo de la cosecha se paga en pesos colombianos, que sufren la presión inflacionaria, no puede haber alguna utilidad y ni siquiera un punto de equilibrio. Al presidente se le planteó que estudiara la posibilidad, teniendo en cuenta los ingresos que se están recibiendo por concepto de la minería -especialmente del petróleo-, que se le subsidie el precio de venta de su recolección a los cafeteros. Se le hizo ver que son aproximadamente 550 mil familias del país que viven de este cultivo. El Presidente dijo que se iba a Bogotá a echar cuentas. Pueda ser que estas le den y sobre todo que se vean rápidamente, especialmente, en estos momentos que está en plena recolección la cosecha.

Con respecto a la vía Manizales-Bogotá, que más bien se debe llamar Manizales-La Dorada o la conexión Venezuela-Océano Pacífico -obra que en mi opinión es la más importante que estamos necesitando los manizaleños-, quiero hacer las siguientes precisiones: Una cosa es lo que se está haciendo actualmente, que es el mejoramiento de parte de la vía que estaba afectada por los derrumbes que se han presentado hasta Letras, y la asfaltada de buena parte del tramo que va hasta Fresno. Otra cosa es el nuevo trazado que necesitamos, trazado sobre el que los manizaleños debemos estar muy atentos, primero para saber desde dónde y hasta dónde va a ir, y segundo cuáles van a ser sus especificaciones tanto en radios de curvaturas como en pendientes; es decir, que no se escatime en cuanto a la construcción de túneles y viaductos. Sobre este punto, el Presidente anunció que se cuenta con dos billones de pesos, cifra nada despreciable, pero valdría la pena analizar si con esto alcanza para que la nueva vía reemplace la anterior que tiene más de 80 años de construida y que muy poca variación ha tenido en sus especificaciones originales.

Ñapa: El tiempo se encargó en mostrarle a la Fiscalía General de la Nación el error que se estaba cometiendo con el exdiputado del Valle del Cauca Sigifredo López. Desde todo punto de vista era muy poco probable que él estuviera vinculado en su propio secuestro y en el de sus compañeros. El solo hecho de haber estado recluido por cerca de siete años era una muestra muy clara para dudar de esta acusación. Falta ver cuánto nos va a costar a los colombianos este error y pueda ser que esta experiencia sirva para tener más cuidado con el manejo de los testigos.