Mientras el sacerdote jesuita Alfonso Llano Escobar mantiene su pluma en remojo y en obedecimiento a una orden de su superior jerárquico, prolonga el silencio de su suspendida columna dominical "Un alto en el camino", de El Tiempo, instituida en 1976, el Papa Francisco pregunta por él cuando se encuentra, en el Vaticano, con gentes que acaban de llegar de Colombia.

La primicia sobre el interés del Sumo Pontífice en enterarse en detalle de la suerte del columnista católico más leído y consultado del país la comparte hoy con el Contraplano el Colectivo Mabrú, en su entrega de Juan Guerra, que circula por las redes sociales.

La curiosidad papal coincide con la aparición del libro titulado ¿Por qué callas, Dios mío?, publicado por Intermedio Editores, en tapa dura y 228 páginas, en el que el religioso nacido en Medellín en 1925 (según el Diccionario de Colombia) plantea interrogantes como este: "¿Será que Dios permite la maldad?".

Licenciado en filosofía y teología de la Universidad Javeriana de Bogotá y doctorado en la primera materia en la Universidad Gregoriana de Roma, el religioso no pierde, como buen jesuita, la costumbre de acercarse a la gente.

Hace ocho días asistió como invitado especial a la tertulia del centro de altos estudios de "Los pájaros dormidos" que se reúne en la mañana de cada domingo en el Club "El Nogal", en el norte de Bogotá.

En su reposado estilo, el padre Llano fue deslizando esta interesante serie de reflexiones alrededor del pontificado recién inaugurado en Ciudad del Vaticano:

"Si el cónclave hubiese sido solamente de jesuitas, no hubiera sido elegido el papa Francisco"… "El nuevo Papa es un hombre optimista que tiene un don especial para comunicarse, razón por la que tendrá excelente relación con otros credos"... "El Papa va a ser un hombre abierto a regímenes políticos y a ideas diversas religiosas y políticas"… "Para entender a la perfección al papa Francisco es necesario leer el libro "El Jesuita", escrito al alimón, en Buenos Aires, por los periodistas argentinos Sergio Rubin y Francesca Ambroguetti y prologado por el rabino Abraham Skorka…".

Otra tanda de consideraciones del sacerdote colombiano que seguramente acabará reuniéndose, en Roma, con el Sumo Pontífice: "El nuevo Papa está en su luna de miel, apenas lleva 20 días de pontificado"… "Habrá muchas críticas dado su simbolismo, el cual va en contra de muchas formalidades de la Iglesia…" "Siendo provincial jesuita, en Buenos Aires, tuvo dificultades en Argentina. Se le critica que haya ayudado a algunos perseguidos y a otros no, por razones políticas o por ser contrarios al bando provincial, así fuera dentro de los jesuitas, imputaciones que el Vaticano ha desmentido una y otra vez…". "Sin duda, el dimitente Benedicto influyó en su elección como papa..." "El cardenal Bergoglio venía influyendo con su sencillez, que despertaba admiración entre sus pares del sacro colegio cardenalicio...". "Es un hombre sumamente preocupado por los pobres. Desprovisto de prejuicios sociales…". "No hay división entre tradicionalistas y abiertos dentro de la iglesia. Se decía que la mayoría del cónclave eran tradicionalistas, por haber sido elegidos por Juan Pablo II y Benedicto XVI. Pero no hay tal, es un Papa equilibrado. No va a haber grandes cambios en la iglesia: va a haber un cambio en el comportamiento". "Los ignacianos tienen un voto de no aspirar a dignidades. Y a denunciar a quien lo esté haciendo. Siquiera al grado de obispo: no se acepta que se haga campaña alguna".

La apostilla: El papa Francisco no tiene inconveniente en marcar por sus propios medios el teléfono del padre Llano, así como lo ha hecho al comunicarse con su sastre, en Cali, o con su hermana menor, en Buenos Aires. De un encuentro, en Roma, entre el Sumo Pontífice y el sacerdote jesuita podría salir la orden para que no se le impongan más vedas a la publicación de sus columnas dominicales que recogen sentimientos verdaderamente cristianos.