Jorge Raad


Jorge Raad Aljure u jraada@yahoo.com
Llega un correo enviado por Obmar, un visitante frecuente, a quien le encanta el país y piensa que las cosas podrían estar mejor pero una conjunción de hechos a través del tiempo ha llevado la situación, en diferentes aspectos, hasta eventos increíbles pero que desafortunadamente son reales. Cuando lo imposible se vuelve frecuente.
Una abuelita, de esas tiernas y aún vigentes, llama el lunes por teléfono a un centro asistencial Luego de varios intentos a las 10 de la mañana, le contestan y pregunta tímidamente, con ese respeto que la caracteriza por los demás.
¿Sería posible que alguien me informara, cómo está una paciente?
La recepcionista le responde, afortunadamente no es un centro de comunicaciones por fuera de la institución y no le indagan por el número de la cédula:
Encantada de ayudarla: ¿Cómo se llama la paciente y en qué cuarto está?
La abuelita con su voz temblorosa dice: Paquita Gómez, habitación 302.
La telefonista le manifiesta:
Permítame ponerla en espera, mientras hablo con la enfermera para informarle. Comienza a escuchar una melodía indescifrable e insufrible por la espera.
Después de 2 minutos, le informa:
Tengo buenas noticias, la enfermera que ahora está con ella me dijo que Paquita va muy bien. Su presión arterial, orina y glucosa se han normalizado. Le quitaron la sonda y el médico la vio esta mañana y dijo que podrá irse para la casa el próximo miércoles.
La bondadosa mujer expresa: ¡Qué alegría! Ya estaba triste y preocupada. El Altísimo la tenga siempre en su rebaño, por las noticias.
La intermediaria en la comunicación termina su labor diciéndole: Fue un placer ayudarla, y gracias por preguntar por su hija.
La abuelita le contesta: ¡¡¡No!!! Yo soy Paquita, la de la habitación ¡302!
Lo que pasa es que soy jubilada, estoy internada y soy del régimen contributivo. Nadie me pone atención con este timbre de pacotilla, no me dan medicamentos, no me sirven comida, la enfermera no viene a verme y el médico hace varios días que no aparece, entonces antes de ayer me vine para mi casa. Y, nunca tuve sonda.
Estoy llamando para saber si ya estoy bien y si en esa porquería de clínica alguien se dio cuenta que: ¡¡¡me vine!!! Porque yo no firmé salida voluntaria, solo me vestí y salí con mis objetos personales sin problemas.
Queda por decir que lo anterior, si es verdad, es una absoluta coincidencia y no tiene nada que ver con la atención en salud intrahospitalaria que sucede en el país. Quizá se deba a las exageraciones que a veces invaden a Obmar cuando se despista porque no se ha tomado los medicamentos recetados recientemente o todavía no tiene ajustada la dosis.
Imposible admitir que a doña Paquita le haya pasado eso. Jamás. Porque siempre los timbres están buenos y cuando ocasionalmente se dañan los reparan inmediatamente, siempre los responden a tiempo con más prontitud en las noches porque el personal es suficiente y bien pagado; los medicamentos son estrictamente administrados no puede haber duda en ello, no hay retrasos de media hasta cuatro horas y por supuesto nunca hay motivo para quejarse de olvidos o de excesos.
Paquita por su edad frecuentemente dormita y por ello no se dio cuenta de las visitas frecuentes que le hacían sus médicos tratantes aunque no identificara a ninguno como el responsable de su atención, todos entraban y preguntan lo mismo que ya había dicho comenzando por: ¿Desde cuándo está enferma y cómo le comenzó? Para todos parece que su caso es nuevo. ¡Aaah, los turnos y rotaciones al mejor estilo de Juan Carlos Osorio.
La comida, importante en la hospitalización siempre fue adecuada, a tiempo y al gusto del enfermo comenzando con la sopa siempre caliente o al menos tibia. Paquita exigente quería lengua de faisán, pero no es época de caza del ave.
Nota: Los rectores y los directivos de centros asistenciales privados tienen el deber y la palabra para el Hospital o Clínica Universitaria.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015