Sin menospreciar la importancia de haber escogido nuevo gobernador para Caldas, así haya sido en una elección atípica la cual se convirtió en una pobre y desabrida jornada electoral (el porcentaje de abstención fue del 70,86%), lo que sucedió el pasado domingo 25 de agosto en el departamento es, sin duda, histórico y sorprendente pues, además de la baja votación, representó la caída de la coalición yepobaquista, hoy conocida como yepofranquista, la cual por espacio de cuatro décadas hizo y deshizo por medio del poder en el departamento.

Los resultados confirmaron lo que muchos creían iba a suceder: primero, que la asistencia a las urnas iba a ser muy baja, y así fue, sólo votamos el 29,14% de los caldenses; segundo, que apelando a la lógica político-electoral, el ganador debía ser el candidato Julián Gutiérrez, pues su fuerte músculo político representando en la coalición B que integran 3 senadores y cuatro representantes a la Cámara debía significarle el mayor volumen de votos, y tercero, que iba a comenzar la debacle para los partidos conservador yepista y liberalismo oficialista no sólo por perder el dominio en la Gobernación de Caldas, sino que por esto mismo se debilitan sus bases y se ponen en riesgo las aspiraciones que tienen ambas fuerzas de elegir representantes a la Cámara y senadores en marzo del año entrante.

Y es que es muy diferente disponer del poder burocrático y a la vez económico que representa una gobernación en una campaña electoral (porque así es y eso fue lo que hicieron durante 40 años), a tener que salir ahora sin mayor piso político, aunque sí con una enorme voluntad, a ganarse el yepismo siquiera una curul en la Cámara y el barquismo una Cámara y el escaño que pretende Adriana Franco en el Senado.

Porque la derrota del domingo pone a tambalear la aspiración de la congresista jefe del liberalismo oficialista de alcanzar Senado y mucho más aventurarse esa fuerza por una cámara (hablan de apuntarle a dos). Pero no es que dude de la capacidad de trabajo de Adriana Franco. No en vano ha hecho la carrera política completa, concejal de Manizales, diputada de Caldas y ahora representante a la Cámara, con grandes capacidades. Lo que pasa es que una cosa es trabajar con burocracia y poder administrativo propio, y otra ir de la mano con solo un concejal en Manizales y dos diputados en Caldas.

También sobre los hombros de la congresista liberal pesa el triste reciente pasado del barquismo, con casi todos sus máximos dirigentes condenados por parapolítica (se salvó el Senador Barco porque se murió), mientras está pendiente de la suerte que le depare a Ferney Tapasco el juicio por el asesinato de Orlando Sierra, el subdirector de este Diario. Porque no hay que olvidar que ella se hizo a pulso al lado del controvertido exdiputado y expresidente del liberalismo en el departamento y eso los enemigos políticos lo saben utilizar muy bien en momentos de coyuntura electoral.

Y si a lo anterior le sumamos la disidencia que recientemente tuvo el liberalismo en Caldas por cuenta de la decisión de muchos franquistas y de otros independientes de apoyar en campaña al electo Julián Gutiérrez y no darle su respaldo al candidato Augusto León Restrepo porque era conservador, sin importarles las sanciones impuestas y advertidas por la Dirección Nacional Liberal, uno se atreve a vaticinar que la congresista la tendrá muy dura para alcanzar los votos necesarios en su tierra y por fuera de ella para dar el salto de la Cámara al Senado que es lo que anhela y por lo que trabaja.

Ahora veamos la suerte del yepismo, que tampoco la tiene muy clara para recuperar mucho del poder que ha perdido últimamente, aunque la llegada de Ómar Yepes a la dirección nacional del Partido Conservador haga ver fortalecida esa colectividad. A la salida de la Gobernación ahora, después de la corta paloma con Juan Martín Hoyos, le anteceden la pérdida del único congresista que tenía, el representante a la Cámara Jorge Hernán Meza, quien además de detenido terminó peleado con ese su partido.

También hay que sumarle tres años sin un militante suyo en el Senado desde que se retiró Ómar Yepes y su hermano Arturo buscó infructuosamente quedarse con esa curul. Por eso ante la baja votación de entonces diseñaron una estrategia que busca asegurar que ahora el menor de la familia vaya a Cámara, es decir no exponerlo a que se queme, porque están seguros que los votos le alcanzan para una de las cinco curules a las que por circunscripción regional tiene derecho Caldas en el legislativo. Ahí la sacrificada, creo yo, va a ser Amparo Sánchez, la exsecretaria de Infraestructura de Caldas que sin un reconocimiento como el que puede tener Arturo, es la ficha yepista para el Senado.

Como dice Gilberto Santarrosa en su canción ´La agarro bajando´, "todo lo que sube tiene que caer", 40 y punta de años después la coalición yepobarquista, venida a menos por múltiples y naturales razones, sale del llamado Palacio Amarillo, para ver entrar luego de muchos intentos fallidos a su archienemiga coalición, la B, que aunque con algunas pequeñas diferencias hace muchas de las mismas cosas que tanto se le criticaron a la A.

Esperemos a ver qué final depara esta contienda que por los pobres resultados electorales de la necesaria tercería, parece les dejará por muchos años la disputa del poder a los siempre conocidos grupos tradicionales.

AGREGADO

EL Gobernador electo, Julián Gutiérrez, daría a conocer este lunes su gabinete. Esperemos y confiemos en que honre su palabra en el sentido de nombrar gente muy profesional y capaz, pero sobre todo confiable. Creo que para evitar líos y suspicacias por cuenta de los apoyos políticos debería renovar totalmente el grupo de colaboradores, mucho después de los escándalos y peleas entre el gerente de Inficaldas y Juan Martín Hoyos.