Ser pobre, de todo o de parte, es una condición de todo el planeta, ningún país puede gloriarse de no tener pobres. Unos más que otros, tienen este flagelo humano que siempre trata de combatirse, no solo por lo que dispone y comparte ridículamente cada ciudadano diariamente con su familia, sino las implicaciones en el desarrollo de la vida humana, es decir por las agresiones contra sus cuerpos y sus psiquis a través de muchos años. La espiritualidad les ayuda a contrarrestar los efectos deletéreos de la no recepción de los elementos suficientes, de toda índole, adecuados para hacer su vida con dignidad.

Los adultos llegan a la pobreza porque siempre han sido- inclusive desde la cuna- o porque luego de tener lo necesario, y a veces más, terminan en un estado que no es el adecuado para vivir, salvo que haga votos de absoluta pobreza y se adapte voluntariamente a ese estado sin llevar una infeliz vida. También puede adoptar la pobreza y sus comunidades laicas o confesionales se encargan de que tenga lo esencial para vivir dignamente.

Ser pobre o acaudalado no es delito. Sin embargo hay muchas vías para llegar a tener riquezas, unas legales y justas y otras, de las que hay muchos ejemplos en Colombia, como resultado de acciones ilícitas. Pero, un grupo especial de personas arribistas a los opulentos y no ven nada por sí mismos sino a través de sus amos con la pérdida de sus cuerpos, sus voluntades y sus dignidades, eso es pobreza.

Pobres como ricos, pueden tener una intensa vida interna. Ambos pueden ser comprensivos con los demás. Muchos pobres aceptan su estado con resignación y lo ofrecen como sacrificio en pos de su vida eterna, a lo que tienen todo derecho

Muchas sociedades luchan para compensar las desigualdades. Nadie trabaja para nivelar por lo bajo. Todos quieren, si son conscientes y sin ley escrita forzosa, por sus compromisos humanos y humanitarios que los congéneres tengan lo mínimo esencial. Durante siglos han existido personas que en un entorno amplio o reducido, de una manera visible u oculta, tratan con sus medios o agrupan a otros, a promover el apoyo contra la pobreza. Compartir no es fácil, nunca lo ha sido y es necesaria una gran entereza moral.

Pero no se trata que todo sea solidaridad, ella no es suficiente. El problema central, son las políticas de Estado. ¿O, sino para qué existe? Ellas deben propender, a diferentes plazos, que los ciudadanos tengan la oportunidad de trabajar, con remuneraciones adecuadas y sin límites de oficios o profesiones. ¿Un salario mínimo mensual es suficiente en Colombia para la persona o una familia de tres integrantes? Se pueden hacer cuentas y el resultado real y no político, es deficitario.

En el planeta una de cada siete personas vive (?) con menos del equivalente a $ 67.500 pesos colombianos. En Colombia hay 2.000.000 de personas en este nivel. La meta definida por el Banco Mundial pretende que en el 2030 se acabe con la pobreza y haya prosperidad compartida. Faltan 17 años y no parece que ello se logre en el país, la tendencia colombiana demuestra que en 200 años ello no se ha logrado. Otra forma de definir pobre es quien no puede adquirir alimento y vestido y no tiene techo e indigente quien no tenga ni para comer.

Las estrategias lideradas por el Banco Mundial, comprenden tres directrices: El Estado se asociará con el sector privado con el fin de crear buenos empleos; aumentar el apoyo a estados frágiles y afectados por conflictos y finalmente invertir globalmente en poblaciones selectas como mujeres y niñas. El tiempo dirá.

El problema de la pobreza no es únicamente de las religiones, aunque es conocida la posición constante, fuerte y afortunada del Papa Francisco en este tópico y lo acompañan otros líderes incluyendo los políticos que influyen en todos los continentes.

Nota: La Universidad Nacional de Colombia, plantea en Bogotá un hospital rentable socialmente y sostenible. ¡Qué envidia!