John Harold Giraldo Herrera


John.giraldo.herrera@gmail.com
El cine colombiano es arriesgado. Transita de una tendencia a otra y de repente aparecen intentos por consolidar un bloque temático o de género y pronto desaparece. Pocas películas se atreven a plantear un hecho histórico acompañado del tema político. Confesión a Laura(1991), del mono Osorio, logró ubicarse como la mejor entre espectadores y críticos en el Bogotazo. 22 años después aparece un intento fallido, Andrés Baiz abordó el tema con el pretexto de mostrarnos las vicisitudes del que aparece como ejecutor de la muerte del más popular líder que haya tenido Colombia: Gaitán (Ver tráiler).
Mucho se ha dicho, poco se ha contestado y la película se encuentra en casi todos los teatros. El sello y la impronta son apadrinadas por un canal poderoso: RCN. Sin embargo, aunque esté en muchas salas no quiere decir que el respaldo se encuentre de su parte.
En Roa se encuentra un fenómeno que pudo ser catapultado para acaparar espectadores. Muchos que hemos ido a las salas presenciamos –con cierto orgullo- cómo los abuelos y padres se visten con su traje típico, se les ve expectantes y animados a las afueras, pero salen desconcertados unos, meditabundos otros y con reclamos unos más. ¿Qué esperaban ver? A lo mejor, es más lo que se espera que lo que una película puede otorgar. Sin embargo, el magnicidio de Gaitán es una estela de dudas, salvo su muerte. Todo quedó en la impunidad y la verdad más sepultada que el difunto. Como Roa se basa en una novela (ficción sobre la ficción), la adaptación se hizo –lo dijo su director- transformando esa novela según los requerimientos de la película. El hecho era mostrar más que a Gaitán a su verdugo: un joven del que poco se puede decir, salvo que se encontraba agobiado y de un momento a otro resultó haber planeado el hecho que partió en dos la historia de Colombia.
He ahí un problema mayor, Roa no es creíble, los artificios resultan de poca valía como para ponerlo como el que tuvo relación en el asesinato del caudillo. Como espectadores quedamos en un manto de dudas de lo que llevó a que hiciera tal acontecimiento. Parece ser que es el agobio social: no tener empleo, no hallarse como un ser querido, los pocos espacios (aunque no es muy claro) resultan asfixiándolo, y una obsesión (no definida y poco verosímil) de seguir a Gaitán lo ponen en la picota pública como un sospechoso. Luego una especie de mafia (no se sabe tampoco qué son) lo recluta y ahí ya está todo preparado para que creamos la versión del asesinato.
El crítico de Semana dijo que el guión de Roa parecía hecho por dos personas, uno es el Roa familiar, otro el agobiado social y yo diría que otro el que lo quiere matar. Dice Manuel Kalmanovitz: “Las dos versiones de Roa son tan contradictoras que el personaje se desdibuja. Da la impresión de que un guionista se encargó de la primera parte y otro de la segunda y que nunca se sentaron a ponerse de acuerdo sobre qué clase de persona querían retratar”. Ahora, el crítico y docente Pedro Adrián Zuluaga le apunta a Roa algo de lo que carecen muchas películas: un tono político, por el contrario están desprovistas, como si no hubiesen caras ocultas, o quien (es) orquestara (n) los hechos. Existe una despolitización, producto de obviar o no comprometerse o invalidar lo contundente de toda película: que nos convenza, que creamos, que hay coherencia (así sea con artificios).
Con el cine hay que correr riesgos sin prevenciones. Roa, si bien alienta a una tendencia de ir a los hechos históricos y reconstruirlos desde la ficción, puede llegar a motivar otras. Los señores y la familia quedan satisfechos con la técnica, que la época, que recordar, que Gaitán (aunque luce desdibujado y sin fuerza con la actuación y el telón de fondo que le dieron), pero nada más nos queda un marasmo de incomprensiones, así trascendió el hecho, así seguirá.
* Docente universitario y periodista.
Ficha técnica
Año, país, duración: 2013, Colombia, 91 minutos
Dirección: Andrés Baiz
Guión: Andrés Baiz y Patricia Castañeda, basados en una novela de Miguel Torres
Fotografía: Guillermo Nieto.
Reparto: Catalina Sandino Moreno, Santiago Rodríguez, Mauro Puentes, Rebeca López,John Alex Toro, Carlos Manuel Vesga, Arturo Goetz, César Bordón
Productora: Coproducción Colombia-Argentina; Dynamo Capital / RCN Cine / Patagonik Film Group
Género: Drama | Basado en hechos reales. Política. Años 40
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