Mario César Otálvaro

LA PATRIA Bogotá

Tarde de fútbol que invita, no por el rival, sí por el Once Caldas que está invicto, mejora en su fútbol, progresa en la propuesta, y transmite sensaciones positivas en un proceso que apenas comienza, adornado con resultados.

Alianza Petrolera no es un club encopetado, hace parte de esa galería de recién ascendidos que poco mueven el torniquete, sin una nómina fuerte, que lucha por sobrevivir en la máxima categoría, y que encaja dentro de los llamados ‘ganables’.

Sin olvidar que por calendario, y ante la fragmentación del campeonato que acabó con los clásicos tradicionales, en la novena fecha -la de los duelos regionales- se repetirá el partido, lo que en sana lógica supone una buena alternativa para fortalecerse.

Válido en consecuencia el paquete brindado a los abonados, y a los aficionados en general, quienes multiplicarán la entrada en ese loable propósito por ofrecer un marco digno dentro del estadio, y de sensibilización del hincha que agradece el gesto.

El Once Caldas ha desgastado su imagen en los últimos años, y para recuperarla es necesario emprender un camino de reconciliación, entendiendo el hoy y el ahora como una opción inmejorable, por lo que aprovechar el actual estado es altamente beneficioso.

Primero, porque cuenta con un entrenador que aglutina, que genera confianza, y que en cuatro jornadas dejó traslucir ya lo que será su impronta en la institución, y segundo por esa política directiva de puertas abiertas que tendrá retribución.

Además, y sin llegar aún al nivel que se pretende, la muestra ha gustado, con un equipo más suelto, direccionado y con futuro, al que por supuesto le faltan cosas, y hasta jugadores, pero que tiene con qué defenderse en un medio que se ha tornado menos exigente.

Quizá no se cuente con la superplantilla, pero la motivación es diferente, se juega a algo, y optimizado el producto y sus generadores, la tarea se simplifica para volver a ser protagonista en un torneo con amplias diferencias entre los de arriba y el resto.

La tabla del descenso así lo señala, para los nuevos ni siquiera la prioridad de los ocho es su preocupación, mientras que para el Once Caldas la tarea de sumar alejando esa sombra, se complementa perfectamente con sus aspiraciones deportivas.

La victoria reciente en el Pascual Guerrero, que muchos vendieron a través del mal momento del Cali, fue consecuencia de un planteo inteligente, de asegurar la pelota y atacar con velocidad, partiendo del orden que el técnico quiere como principio.

Con respuestas individuales importantes como las de Cuadrado, Hanyer, Pérez y Arango, una actitud del grupo sobresaliente, y personalidad para someter a un contrario que trasladó al campo de juego las angustias de sus males directivos.

Allá ellos, las cifras son las que valen, y construir sobre esa base siempre será cómodo, considerando sobre todo la estrechez en plazos, ya que por la realización del Mundial convirtió la competencia en una maratón contra el tiempo.

Tanto es así que en un lapso de 10 días habrá cuatro juegos, hoy contra Alianza, el miércoles ante Millonarios en Bogotá, al domingo siguiente Tolima en Manizales, y el 26 de febrero frente a Envigado, y empezando marzo ya estaremos en la mitad de la Liga.

Así que no hay margen para nada, ésta tarde ‘todos al estadio’ como decía la cuña radial, utilizando el gancho, como en el viejo circo, y el horario que algunos añoran y califican como ideal para el fútbol, y que se volvió un sueño por la imposición de la televisión.

Hasta la próxima…

macotal@yahoo.com

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El Once Caldas ha desgastado su imagen en los últimos años, y para recuperarla es necesario emprender un camino de reconciliación, entendiendo el hoy y el ahora como una opción inmejorable, por lo que aprovechar el actual estado es altamente beneficioso.