Mario César Otálvaro


Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Manizales
Lo que acaba de pasar con Millonarios es la más clara prueba de que con un proyecto de planeación estratégica bien hilvanado, las empresas funcionan. La estrella catorce fue el fruto del trabajo correcto, en el que primaron criterios elementales de administración.
Millonarios es hoy ejemplo a seguir para los clubes que buscan el éxito deportivo, institucional y financiero, porque su título fue el resultado de una gestión, y no un milagro, sobre todo porque hubo pulcritud operativa, transparencia en los procesos, y ortodoxia financiera dentro de un ambiente de seguridad laboral.
Un grupo de empresarios y ejecutivos de primera línea liderados por José Roberto Arango, gestor del proyecto, desarrollaron la idea sobre manuales de crecimiento pensando en el club, dejando de lado los intereses particulares, e inspirados en recuperar la marca.
Lo curioso es que ni Arango, ni Felipe Gaitán, ni Gustavo Serpa, ni Nohemí Sanín saben de fútbol, ni son especialistas en orientar este tipo de empresas, lo que derrumbaría el mito de que hay que pertenecer a un grupo selecto de los que han trasegado por los vericuetos del deporte para poder triunfar en este medio.
Es cuestión de honestidad, orden, limpieza, respeto, como elementos sustanciales para profesionalizar la actividad y ponerla a rendir. Millonarios es la muestra, y por eso justa su corona, que ratificó además a Hernán Torres como el técnico de más proyección en el país.
Todo esto lo traigo a colación porque el Once Caldas está entrando en una etapa parecida con Kenworth de la Montaña tras superar las inclemencias de unos dirigentes oportunistas que lo saquearon y lo llevaron a la debacle (mismo caso Chiqui-López en los azules).
Inicialmente hay que valorar el gran esfuerzo que están haciendo por dotar a la ciudad de un plantel representativo, de lo que no hay duda al tenor de los nombres que están confirmados, que sin ser superestrellas tienen como garantizar producido.
Con Cuadrado, ‘alcatraz’ García, Omar Rodríguez, Edwards Jiménez, Camilo Ceballos, CarlosGiraldo, Sergio Herrera, César Arias y otros más que quieren confirmar, se arma una escuadra respetable para el medio, que dependerá de una adecuada dirección técnica.
Y a sabiendas de lo que simboliza el ‘Sachi’ como persona, y hasta sus antecedentes que incluyen 2 estrellas con Nacional, creo que había mejores opciones, y otros líderes capaces de emprender un proyecto que no se limite a la orientación táctica del equipo.
A nadie se le olvida la manera como Escobar dejó botado el equipo en 2007. En aquella ocasión, y ante el caso Dayro Moreno, le faltó criterio para entender que no podía feriar un activo de la institución por una medida disciplinaria quizá justa pero inconveniente.
Había que imponer condiciones con inteligencia y no con la fuerza de los hechos, y careció de responsabilidad para atender el compromiso, causando grave daño en los resultados económicos y deportivos. Lo que valoró como un acto para demostrar carácter, no fue más que una actitud arbitraria, vanidosa y altanera.
Además el Once Caldas de entonces no tuvo identidad, como tampoco el Nacional con gran nómina que eliminó hace un año, ni el Junior del que salió tras pésima campaña, ni el Medellín que dejó último en 2009.
Decisión con bajo contenido político por parte de la nueva junta directiva, y de la que espero sea yo el equivocado, porque el mayor deseo es que el Once Caldas recupere su gloria y deje en el olvido los horrores del pasado.
P.D. Al año 19 de publicarse dominicalmente esta columna llegaré en 2013 gracias al respaldo de las directivas de este diario en cabeza de Nicolás Restrepo. A ellos mil gracias, y a Ustedes por darme su preferencia. Felices fiestas en familia…
Hasta la próxima…
macotal@yahoo.com
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