La expresión "por arte de birlibirloque" se refiere a esas cosas que suceden por arte de magia, por encantamiento. Aunque la Real Academia de la Lengua no la tiene entre sus definiciones, la Fundación de la Lengua Española plantea que es una frase que podría referirse a "estafar de repente", "tomar por sorpresa, con destreza o maestría". Un enunciado que sirve para calificar la decisión del Juzgado Penal del Circuito Especializado de Pereira al declarar inocente al exdiputado caldense Ferney Tapasco y a tres de sus lugartenientes.

¿De qué otra forma se puede calificar este fallo dado a conocer el 24 de diciembre por la tarde, luego de que las audiencias sobre el asesinato del periodista y exsubdirector de LA PATRIA, Orlando Sierra Hernández, se terminaron hace casi un año? Sin duda fue un regalazo de Navidad para estas personas y un trozo de carbón para los medios de comunicación que seguían el caso, y que -por las festividades de la época- adelantaron sus ediciones o simplemente no circularon el 25.

El fallo publicado por este medio en su portal de Internet concluye en que el juez Carlos Eduardo González Ángel quedó con "dudas sobre la participación y responsabilidad" de Tapasco, de Henry Calle Obando, de Fabio López Escobar y Jorge Hernando López Escobar, en el homicidio del periodista. Para él las evidencias presentadas por la Fiscalía (el arma perteneciente a Fabio López y que por cosas de la vida terminó en poder de alias Tilín, el jefe de sicarios que participó en el crimen, el testimonio de la hija de Sierra Hernández, del mismo Tilín -aunque haya reculado- que dijo que el asesinato lo pagó un político, entre otras) dejan vacíos para condenarlos.

Pudieron más las versiones de la defensa, que se casó con la teoría de que todas esas pruebas son "meramente referenciales". Como si lo ocurrido hubiera sido pura casualidad. Orlando Sierra murió por tiros que se le pegan por equivocación a alguien. En Colombia podría considerarse como causa natural.

Ahí está el fallo, el mismo que el despacho judicial de Risaralda pretendía mantener en reserva, para que lo lean y saquen sus conclusiones. Pero queda claro que el entorno de Ferney Tapasco está viciado: paramilitarismo, amenazas, destituciones, muertes... Tanto, que el mismo juez que los absolvió, también ordena que investiguen a Tapasco y Henry Calle Obando (alias El Perro) por su participación "en varios homicidios, entre ellos los de Alberto Correa Montañez y Luis Eduardo Muñoz Arango". Las únicas acusaciones que se le hicieron al periodista fue la de denunciar la corrupción política en Caldas y de ser un don juan.

No es un misterio que a la Fiscalía le faltó contundencia en este caso. Pasaron once años, ¡once!, tiempo suficiente para desaparecer evidencias, intimidar personas y eliminar a nueve potenciales testigos (¿en qué quedaron las investigaciones por estos homicidios?).

Quedan absueltos en primera instancia Ferney Tapasco y sus subalternos por el caso del asesinato de Orlando Sierra. Libres para hacer Ferias. Libres en pleno arranque de campaña electoral. Cuando salga a la calle y vea la ciudad llena de pendones de candidatos risueños y vacuos, pregúntese quién está detrás de ellos. De dónde vienen y quién los crió.

Recuerde que en Caldas no hay ideas políticas sino dinastías. Tapasco montó la suya. Otros personajes regionales también tienen las propias y ahí vemos a sus hermanos y a sus hijos en esos pendones. Caldas y su desarrollo pasa a un segundo plano (¿alguien le ha escuchado alguna idea a esos candidatos?) pues lo que se buscan es fortalecerse con puestos, favores políticos y cobros de dichos favores. Y quien se interponga en sus intereses puede, por arte de birlibirloque, quedar empapelado por un abogado enredador. O como Sierra Hernández.