Cristóbal Trujillo Ramírez


Son múltiples las propuestas que surgen de diferentes espacios académicos, investigativos, gremiales, políticos y gubernamentales, que pretenden en materia educativa mejorar su calidad, máxime en momentos en los cuales el país conoce indicadores de medición que dan cuenta de la baja calidad de la educación; conclusión que se extrae de los resultados de los exámenes internacionales y de las pruebas externas nacionales; es común que la gran mayoría de estas propuestas se queden solo en "paños de agua tibia", estamos acostumbrados a eludir la dimensión de las responsabilidades públicas, a justificar los resultados negativos y, como si fuese poco, a distraer la atención nacional sobre la trascendencia de los mismos.
Hace pocos días la fundación Compartir le hizo entrega al presidente de la República del informe de un estudio de investigación denominado: "Tras la excelencia docente", en el cual participaron respetables investigadores de instituciones de prestancia académica como la Universidad de los Andes, el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y la Rand Corporation; en el mencionado estudio se aborda el problema de la calidad de la educación en Colombia y se hace un análisis de los factores comunes en los sistemas educativos del mundo que han logrado importantes índices de calidad educativa; debo destacar, inicialmente, la reflexión que hace su presidente Pedro Gómez Barrero que se constituyó en el corazón del propósito investigativo: "La causa de la profunda inequidad social que existe en Colombia, se origina en la calidad de la educación que reciben unos y otros; algunos pocos reciben educación de excelente calidad y ellos son los dueños de las oportunidades; en cambio, la inmensa mayoría recibe educación de pésima calidad y éstos, carecen de oportunidades". Fue así, como este equipo investigador empezó por hallar el elemento diferenciador y determinante en la calidad de la educación de diversos sistemas exitosos en el mundo: Singapur, Finlandia, Canadá, Corea del Sur; halló que la clave fundamental es el maestro, extendió afirmaciones que ya nos son propias en esta columna como aquella de que la calidad de la educación pasa meridianamente, por la calidad de los maestros; a partir de este hallazgo se formulan el interrogante central de la investigación, así: ¿cómo mejorar la educación en Colombia a través de la calidad de los docentes? Y a este inmenso y, a la vez, significativo interrogante le han elaborado como resultado de la investigación, la siguiente respuesta:
Nivelar la remuneración salarial de los docentes con otras profesiones similares y elaborar un agresivo sistema de incentivos.
Alcanzar que los estudiantes con mejores desempeños en el bachillerato, estudien programas de licenciatura mediante el sistema de becas.
Financiar estudios de maestrías y doctorados en las áreas de su desempeño y en áreas pedagógicas, a los docentes.
Generalizar la política de evaluación del desempeño, como elemento fundamental de un plan de mejoramiento.
Adecuar un plan de retiro compensado para aquellos docentes que al tener el derecho legal para continuar, no deseen someterse a las nuevas condiciones del sistema.
Sin embargo, la propuesta va más allá y adicionalmente le indica al ejecutivo la valoración de este plan con un estimativo de 3,5 billones de pesos y señala además, la fuente de esos recursos.
Permítanme manifestar mi total complacencia con este proyecto y mi total identificación con el camino indicado, porque sinceramente considero que "por ahí, sí es la cosa"; pocas veces se ve en un estudio interpretada la realidad nacional y en muchas menos se diseña una solución pertinente, creíble y sensata; en esta ocasión creo firmemente, que esta es la vía y que si como lo dijo el propio presidente de la República al recibir el informe, Colombia adopta éste como su plan estratégico en materia educativa, no me cabe duda de que como el estudio lo indica, en el 2025 tendremos el mejor sistema educativo de Latinoamérica. Claro está que no hay felicidad completa, ya salió también la ministra de Educación a manifestar que estaba de acuerdo con la propuesta, pero que dejaba la constancia de que había varios objetivos referidos en la investigación que ya se venían adecuando en el actual gobierno; ésta es una vieja práctica que se utiliza para restar importancia a una propuesta y para justificar lo que no se ha hecho; desde acá lanzo un llamado a la sensatez, ninguno de los elementos que contempla la propuesta está en implementación, todo es una nueva mirada, todo es un nuevo horizonte y toda ella, en su conjunto, constituye una esperanza nacional, que de ser adoptada, ahí, sí se estaría dando prueba fehaciente de una vocación nacional hacia la educación de su pueblo.
El estudio se titula: "Tras la excelencia docente"; se puede encontrar en www.fundacioncompartir.org
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